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miércoles, 18 de marzo de 2015

Algo se rompió, de tanto doblarse, por Jorge Cicuttin (para "INFOnews" del 18-03-15)


No es habitual. Más aún, diríamos que no hay antecedentes históricos de un hecho así. Pero en la madrugada del último domingo se registró un terremoto en tierras entrerrianas. Exactamente en Gualeguaychú.


No es habitual. Más aún, diríamos que no hay antecedentes históricos de un hecho así. Pero en la madrugada del último domingo se registró un terremoto en tierras entrerrianas. Exactamente en Gualeguaychú.
No hubo daños materiales, más allá de abolladuras en algunos autos. Sí heridos, golpeados. Pero no de gravedad, por lo general este tipo de heridos se recuperan con el tiempo. Se reconvierten. Eran una cosa y pasan a ser otra más conveniente.
Pero igualmente algo se rompió.
Decían que eso se podía romper, pero nunca doblar.
Un tal Leandro Alem había señalado "¡Que se rompa, pero que no se doble!" Una especie de grito ético en la batalla contra el oportunismo político.
El terremoto de Gualeguaychú terminó rompiendo una estructura ya muy debilitada de tanto doblarse.
La Unión Cívica Radical sufrió rupturas en distintos momentos de su historia.
Porque muchos prefirieron el quiebre antes que el doblez. El mantener los ideales antes que caer ante los cantos de sirena de un oportunismo electoral.
Porque habrán entendido que a veces es preferible perder antes que acoplarse al número ganador. Que sobre una derrota coyuntural se puede construir si se mantienen firmes las bases del edificio. Mejor esto que levantar los brazos de un ganador con base de barro.
La historia reciente les ofrece a los radicales un ejemplo claro de lo peligrosas que son esas alianzas electorales que sólo buscan "ir en contra de...", pero que al momento de gobernar se vuelven inmanejables.
Pero la mayoría optó por el terremoto.
Por contar los porotos y correrse a la derecha con tal de ir detrás de un candidato con pinta de ganador.
Ahora viene la etapa de negociar cargos, gobernaciones, intendencias, lugares en las listas legislativas. Contarán los porotos en cada distrito, en cada provincia. En algunos casos tendrán que sostener lo insostenible. Explicar lo inexplicable.
Un ejemplo que muestra bien esta situación es el de Santa Fe. Se viene en las próximas semanas una campaña en la que los radicales tendrán que explicarles a sus votantes lo bueno que es la centroizquierda y lo malo que es la derecha que representa el macrismo, que llevará como candidato a gobernador a Miguel del Sel. Unos meses después tendrán que hacer campaña por lo contrario: tratar de convencer a sus seguidores que lo mejor para el país es votar al propio Mauricio Macri como presidente.
Difícil de construir sobre estas contradicciones.
Tendrán que doblarse mucho.
Pero llegado el caso lo harán.
Los dirigentes.
¿Los acompañarán los votantes? ¿Se doblarán tanto para saltar de una vereda ideológica a la otra?
Este es el desafío que tienen por delante los dirigentes radicales que salieron triunfantes del terremoto de Gualeguaychú. Porque en la madrugada del domingo tuvieron que salir a las escondidas, protegidos por algunos correligionarios de otros correligionarios que le reprochaban con violencia haber sentenciado al partido centenario a ir como furgón de cola de una derecha de lo más rancia.
Sin duda encontrarán votantes radicales que comparten la idea de unirse con cualquiera con tal de asegurarse una derrota del peronismo en las elecciones de octubre próximo. Incluso algunos pensaban votar de todas maneras a un candidato no radical si este se convierte en el verdugo del kirchnerismo.
El "fantasma de la Alianza", que tanto les preocupaba ahuyentar cuando se formalizó el FAUNEN, ahora no los espanta tanto. Creen que se van a entender mejor para compartir gobierno con la derecha macrista que con la centroizquierda que representaba el Frepaso.
Por ahora, esperan que se curen las heridas producidas por el terremoto de Gualeguaychú. Que dirigentes como Julio Cobos y Ricardo Alfonsín se serenen y se acomoden a la nueva realidad. Porque el macrismo les abrirá los brazos a todos.
Ernesto Sanz, quien venía trabajando para ser el vice de Macri en una fórmula presidencial, ahora dice que van a ir a las PASO y él le terminará ganando al líder del PRO. Es decir, para Sanz, los radicales tendrán la oportunidad de votar a un correligionario para que se siente en la Casa Rosada a partir de diciembre de 2015.
En el macrismo sonríen. Macri no trabajó en esta construcción para ser segundo de nadie, para mirar la batalla presidencial desde afuera.
Pero algunos radicales sueñan. Mientras que para otros radicales esto es una pesadilla. Porque se rompieron, pero de tanto doblarse.

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2015/03/18/politica-190607-algo-se-rompio-de-tanto-doblarse.php

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