Páginas

viernes, 30 de enero de 2015

LA DIFERENCIA ENTRE DECIR Y HACER, por Daniel Mojica (para "Cuestión Cultural" del 28-01-15)





La dirigencia opositora no termina de despertar del sueño inducido por los medios hegemónicos. Siguen hipnotizados por los mismos cantos de sirena que, primero condicionaron, luego extorsionaron y por último hicieron naufragar gobiernos democráticos desde que recuperamos la democracia en 1983.
Ese es el modus operandi de la nueva alianza surgida entre los personajes reciclados de la dictadura genocida con sus socios y cómplices de siempre. Cuyas ramificaciones atraviesan sectores políticos, empresarios, sindicales, judiciales y mediáticos. Que tiene como uno de sus ejes a la “comunidad de inteligencia”.
Dirigencia que por acción u omisión terminan como partícipes necesarios de cuanta operación desestabilizadora es orquestada contra el gobierno nacional que no se somete a los designios de quienes defienden sus intereses de clase en contra de la inmensa mayoría de la sociedad.
¿Son tan ingenuos? ¿O tienen tantos compromisos inconfesables? ¿Tan vulnerables son a los “archivos”?
Si se observa el desarrollo de los acontecimientos que desencadenó la muerte del fiscal Alberto Nisman, apenas se vislumbra la punta del iceberg de una asociación  en que la corrupción en sus más diversas formas y la muerte forman parte del menú que ofrecen.
Como contrapartida, la Presidenta de la Nación le puso el cascabel al gato que nadie se animó a enfrentar y les ofrece en bandeja la oportunidad de sumarse a una tarea que viene a oxigenar la democracia en lo más oscuro de las relaciones políticas tal como funcionaban. Esto es, sumarse al debate y ofrecer su opinión, críticas y propuestas a la ley que creará la Agencia Federal de Inteligencia, en el ámbito que la democracia tiene para esos avatares: el Congreso Nacional.
¿Qué respuesta daría una oposición comprometida con la democracia y no con las movidas propiciatorias de “golpes blandos”, como los nombra el ex juez Eugenio Raúl Zaffaroni? Con seguridad abrazarían la iniciativa y brindarían sus aportes.
Pues la dirigencia opositora en la Argentina “…rechazó debatir el proyecto de ley en el Congreso.” (Diario “Tiempo Argentino” del 28/1/15) con un insólito argumento: “…es una maniobra para profundizar la politización de los servicios de inteligencia.” (Ib idem)
Si existía una posibilidad de que la dirigencia opositora se pusiera del lado de la democracia, en los hechos y no sólo en declaraciones o conferencias de prensa vacías de contenido, la han dejado pasar. Poniendo de manifiesto donde están sus convicciones, o quienes señalan el camino por donde deben transitar. Que no es la sociedad, tal vez ni siquiera la mayoría de sus votantes.
Resulta evidente que estos dirigentes no están a la altura de las exigencias que la sociedad manifiesta para una democracia soberana, independiente y sin condicionamientos.
Es de esperar que el pueblo tome nota de la falta de coraje de esta dirigencia en momentos cruciales para la Nación.
Daniel Mojica

No hay comentarios:

Publicar un comentario