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jueves, 20 de noviembre de 2014

MÉXICO Y LAS FLORES DEL MAL, por Alberto López Girondo (para "INFOnews" del 14-11-14)


De la relación de políticos y militares con las drogas, a la masacre de los 43 estudiantes. El rol de los EE UU.



Hace un par de años, en una charla en el Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos (ADEG), Leopoldo González Aguayo, cientista politico y docente en el Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de México, contaba la añeja relación de las fuerzas militares y la dirigencia política de su país con el comercio de droga. Específicamente, ironizaba, en un país que aún lamenta estar tan lejos de Dios como cerca de la principal potencia global, "eso también se lo debemos a los Estados Unidos".
La explicación no tiene desperdicio. Cuando el gobierno de Franklin Delano Roosevelt –que había hecho del aislacionismo en la segunda guerra una bandera-, percibió que le iba a resultar imposible mantenerse al margen, evaluó medidas para volver a los campos de batalla. En toda guerra es imprescindible contar con tecnología y una industria poderosa detrás. Pero entonces también se precisaba suficiente y segura provisión de morfina para aliviar los dolores de los soldados heridos o mutilados en combate.
Fue entonces que, recordaba González Aguayo, "Washington le pidió al gobierno mexicano el abastecimiento de la droga, lo que nuestra dirigencia cumplió con esmero, al igual que el Ejército mexicano. Fue así que se estimuló el cultivo masivo de amapolas en el país, esencialmente para producir opio en cantidades industriales." De ese modo se abandonaron cultivos de frutales, legumbres y hortalizas por uno más rentable.
Hay académicos que rechazan esta versión de la historia porque no han encontrado documentación que la verifique. Lo que no es de extrañar ya que se trató de acuerdos secretos. Revelarlos antes hubiese implicado reconocer que EE UU planeaba entrar en guerra. Reconocerlos después, su rol en el desarrollo de un negocio ominoso que cuesta miles de vidas de la forma más violenta y que incluso subyace entre las causas más profundas en la desaparición de los 43 estudiantes del Colegio de Ayotzinapa, un caso que arrastra a la dirigencia política mexicana en pleno a una crisis que bien pudiera ser terminal.
¿Por qué se habría impuesto el proyecto de adormideras el sur del Río Bravo? La primera razón es que las tradicionales regiones asiáticas –el triángulo dorado de Birmania, Laos y Tailandia– habían sido invadidas por Japón. Los "negacionistas" de aquel espaldarazo a una verdadera fiebre por el cultivo de amapolas –de cuyo bulbo se extrae no solo la morfina y la heroína– sostienen que las zonas elegidas en México no son mejores que otras dentro de Estados Unidos.
Sucede que Washington necesitaba garantizarse, además de la morfina, fronteras seguras. En la primera guerra Alemania propuso ayudar al México de la Revolución a recuperar el territorio que le habían birlado medio siglo antes abriendo un frente en el sur estadounidense.
El caso es que abruptamente quedaron miles de hectáreas aptas y productivas sin mercado legal. Ahí es donde comenzaron a tallar las virtudes empresariales de los sectores más dinámicos de otro triángulo dorado, el de Sinaloa, Durango y Chihuahua. "Constituye lo más granado de nuestro emprendedor y exitoso empresariado", ironizaba González Aguayo.
Para esos años, las principales drogas eran la marihuana y posteriormente la cocaína. México era productor de la primera y Colombia se fue haciendo fuerte en nuevas cepas de coca desarrolladas especialmente para cultivarse en la selva. En poco tiempo, los carteles colombianos se convirtieron en verdaderas multinacionales que vendían una cocaína de primera en los principales mercados del mundo. Estados Unidos en primerísimo lugar, y luego Europa. Para ello contaron con la ayuda inestimable de la CIA y la DEA, de fundación más reciente, para cuando el control de drogas se había convertido en una estrategia destinada a la ocupación, con Richard Nixon. Conviene no olvidar el papel de estos organismos en los '80 en la financiación de los Contras en Nicaragua por medio de negocios ilícitos, como la venta de armas a Irán y la comercialización y el peaje para el tráfico de drogas hacia el país del norte, como reveló oportunamente el periodista Carl Bernstein, uno de los investigadores del escándalo de Watergate.
Tras el homicidio de Pablo Escobar Gaviria y el desmembramiento de los cárteles colombianos, comenzaron a destacar los mexicanos, que ingresan la mercadería producida en Colombia o incluso en Perú por la frontera. El 90% de la cocaína que sale de Colombia, atraviesa América Central y sigue ese camino. Pero también venden producción propia: marihuana, heroína y compuestos de diseño, como la metanfetamina. Se supone que el 70% del tráfico de drogas ilegales que entran en Estados Unidos lo hace desde las zonas calientes de Chihuahua, Sonora o Tamaulipas.
Fue así que prosperaron los carteles de Sinaloa, Michoacán, y se hicieron famosos personajes como el Chapo Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva. Precisamente un desprendimiento de esta última organización criminal, Guerreros Unidos, mantiene una vieja disputa con los Rojos por el control del negocio en el estado de Guerrero.
Según cifras que recopiló el periodista Gustavo Castillo García en el diario La Jornada: "En Guerrero se produce más de 60% de la amapola y goma de opio de México. Estadísticas de la Organización de Naciones Unidas refieren que en el país, desde 2008, se duplicó el número de hectáreas de este cultivo ilícito, al pasar de 6900 hectáreas a 15 mil, y aumentar la producción de 150 toneladas a más de 325."
En Guerrero permanece sosteniendo su historia de luchas populares, el Colegio Normal Rural de Ayotzinapa. Es uno de las tantas escuelas fundadas en los años 20 para alfabetizar a los campesinos: ese instituto forma maestros rurales con conciencia de su papel en la sociedad. Allí se formaron Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, miembros luego del grupo Partido de los Pobres en la década del sesenta, ambos tempranamente muertos.
Con estos antecedentes, los distintos gobiernos estaduales o nacionales no vieron conveniente cerrar la escuela, pero en concreto la asfixian financieramente. Es así que los reclamos estudiantiles son moneda corriente entre el distrito de Tixtla y en Chilpancingo, la capital de Guerrero. El 12 de diciembre de 2011 en una de esas manifestaciones la policía reprimió mató a dos de alumnos.
El 26 de septiembre pasado, un grupo de muchachos iban a Iguala también con ánimo de reclamo. Las circunstancias posteriores van saliendo a la luz de a poco. El alcalde José Luis Abarca Velázquez tenía vinculaciones con Guerreros Unidos a través de su esposa. Al parecer, no quería protestas en su municipio, Iguala, y pidió impedir la posible manifestación. Los chicos habían tomado tres ómnibus para trasladarse y fueron detenidos por agentes policiales, quienes los habrían entregado a sicarios del cartel. Al día de hoy 43 siguen desaparecidos y según la fiscalía general de México, fueron asesinados y quemados hasta la disolución en polvo en los fondos de un basural, porque los Guerreros los creyeron miembros de los Rojos.
Los padres de los jóvenes solo confían en el Equipo Argentino de Antropología Forense para identificar los restos hallados. Pero la crisis política arrastra a toda la dirigencia: al PRI en el gobierno central, porque demoró una investigación seria; al PRD, el partido de izquierda fundado por Cuauhtémoc Cárdenas que era la esperanza de cambio, porque tanto el gobernador de Guerrero como el alcalde ganaron con el apoyo de esa agrupación. Las policías, porque se reveló que hasta sus salario suelen ser pagados por los narcos. El Ejército esta vez estuvo casi al margen. Buena la habían llevado en el período del Felipe Calderón en el gobierno, cuando las acciones militares no hicieron más que incrementa a límites demenciales el número y la violencia de las respuestas criminales. Por eso también calla el PAN.
Desde La Habana, los negociadores de paz de las FARC recordaron que Colombia también "ha estado sometida a estas prácticas de intolerancia y barbarie, impuestas por concepciones de defensa diseñadas por la estrategia dominadora de los Estados Unidos".
Las cifras globales no desmienten al grupo guerrillero más viejo de América Latina. Los principales productores de droga del mundo son Colombia, México y Afganistán. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el negocio representa cerca del 1,5% del PBI mundial, unos 683 mil millones de dólares en 2013, y el 7% de las exportaciones mundiales.
Cómo será que hace un mes la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, reveló que el PBI de los 28 países de la comunidad es un 2,3% más grande si se le suman los beneficios de la prostitución y del tráfico de drogas. La ONU también alerta que en 2014 las hectáreas cultivadas con amapola en Afganistán crecieron un 7% y que la producción de opio aumentó un 17 por ciento.
Conviene recordar que Estados Unidos mantiene desde 1999 el Plan Colombia, con un enorme despliegue de bases y de militares para supuestamente combatir el narcotráfico. El Plan Mérida, en México, cumple funciones similares desde 2008. Afganistán fue invadido por tropas estadounidenses y de la OTAN en 2001.

Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/11/14/mundo-172317-mexico-y-las-flores-del-mal.php

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