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lunes, 17 de noviembre de 2014

Del 8N al 13N, lo que pasó fue Macri, por Roberto Caballero (para "Tiempo Argentino" del 16-11-14)

 

El ocaso de la irritación cacerolera. Cómo la derecha social que elige al jefe PRO le marca el rumbo de las urnas a la derecha empresaria. Y una pregunta: ¿Clarín puede elegir al mismo candidato que Cristina?

 

Si fuera por el nivel de concurrencia, la protesta del 13N no merecería ocupar el primer párrafo de esta nota. Pero llevada al plano de lo político, lo que tuvo de raleada y escasa en comparación a lo que ocurrió hace dos años con el 8N, obliga a preguntarse, como mínimo, qué pasó entre una manifestación y la otra.
Decíamos en este mismo espacio, aunque en noviembre del 2012: "Está bien que el oficialismo acuse recibo del 8N. Siempre se puede mejorar y hay áreas donde es imprescindible hacerlo. Se puede hacer más contra la inflación, la inseguridad y la corrupción. Pero es tan poco probable que la manifestación cacerolera tenga destino de mayoría consistente como que el genocida Videla sea indultado de vuelta mañana. Aun en una muy mala elección kirchnerista en 2013, la recreación del Grupo A volvería a naufragar en las múltiples oposiciones que existen: hay más vedetismo que ideas en el antikirchnerismo. La táctica de presentar al oficialismo como una dictadura que justificaría el amontonamiento épico para combatirla, además de ser un tackle desesperado, se sostiene solamente en la pantalla de Canal 13 y TN; no en la realidad.
Una caracterización tan disparatada sólo puede producir efectos disparatados. El propósito de los medios hegemónicos de presentar un 46% sólido y cohesionado tampoco es creíble. La marcha del otro día no lo refleja, de ninguna manera. Sería menos descabellado pensar, por ejemplo, que la foto de la marejada humana acelere los tiempos de nacionalización de la propuesta macrista o el hito fundacional de una coalición de derechas, al estilo de la vieja UCD y los partidos provinciales procesistas. Esperable, además, por la salud institucional de la república: siempre es bueno que la derecha juegue dentro del sistema y no afuera. Que gane y pierda en elecciones, como se debe; y no a través de corridas bancarias o titulares putchistas, todos los días, todo el tiempo."

Hablamos entonces de "marejada humana" porque había existido. Señalamos a un sector de la clase media –y no a toda–, porque era el sujeto activo de la protesta. Advertimos también que se trataba de la base social eventual del macrismo urbano en un intento por nacionalizar su propuesta en una "coalición de derechas" al estilo de la vieja UCD, dentro y no fuera de las instituciones. Y vaticinamos que el vedetismo, al estilo de lo que terminó ocurriendo en el FAUNEN con Carrió y la máquina de lanzar candidatos a presidente personalistas y sin propuesta, iba a terminar en la crisis que terminó.
La respuesta a la pregunta es: pasó que Mauricio Macri lanzó su candidatura en firme a la presidencia y con eso descomprimió el espiral de infelicidad militante de ese núcleo antikirchnerista harto ya de estar harto. Cualquier otra lectura, que conceda al oficialismo la centralidad en esto, es un desperdicio. Es cierto que en lo macro, la rienda corta y el aseguramiento de la gobernalidad de parte del kirchnerismo y, sobre todo, el haber conjurado las corridas cambiarias destituyentes, despejó de incertidumbres el escenario, evitó volantazos evitables y garantizó un piso de estabilidad política e institucional que hizo su parte en todo esto. Sin embargo, fue Macri, al dejar de lado sus titubeos originales, el que respondió a la demanda de las miles de personas que hace dos años ocuparon las mismas calles que, esta semana, vaciaron en medio de un gran cri-cri.
Esa gente tenía hambre de líder. Cristina Kirchner expresa, sin duda, a una mayoría social compacta que comparte su proyecto. Si nos remontamos al 2012, si revisitamos los diarios de ese tiempo, el antikirchnerismo no tenía a quién acudir. Estaba huérfano y a la intemperie. El motor de aquella protesta fue la desesperanza de esa parte de la sociedad que necesitaba expresarse políticamente por fuera del dispositivo de sentidos, símbolos y realizaciones que propone el oficialismo. Cuando el líder del PRO se decidió, las cacerolas volvieron al estante. Por eso el 13N fue lo que fue: el fracaso de la antipolítica o, si se quiere, el triunfo de la política que incluye a los opositores que quieren jugar dentro de la cancha.
El masivo 8N fue una emergencia. Lo de este jueves que pasó, en cambio, una comedia protagonizada por los más exaltados, al estilo Sabsay en el Coloquio de Idea, producto sin duda de la parafernalia discursiva de Clarín y La Nación que creyeron que Clarín y La Nación iban a acompañarlos más allá de la puerta del ridículo. Fanáticos hay en todos lados, como puede verse.
La noticia es que la derecha social tiene candidato, y gente, mucha gente dispuesta a votarlo, que hace dos años inundaba la Plaza de Mayo y, en cambio, hoy, espera el 2015 para confrontar en las urnas con el modelo kirchnerista, sin querer embarcarse en aventuras violentas. Si algún oficialista piensa que esto es una mala noticia, se equivoca. Cuando un proceso de transformación va en serio despierta en los sectores conservadores una reacción de igual porte. Nunca el 100% de una sociedad acompaña los cambios, si estos son de tal magnitud que conmueven lo reconocible como normal, lo admisible como sentido común previamente instalado, lo asumido como inmodificable por generaciones. La unanimidad es la utopía de los dictadores, nunca la del pensamiento democrático.
El macrismo podrá ser un estadio de la política reprochable para aquellos que piensan en la inclusión social y no dudan de cuál debe ser el rol equilibrante del Estado en esa epopeya igualitaria, pero para los que todavía añoran el lugar privilegiado que ocuparon en la sociedad gracias al neoliberalismo es una tabla de salvación, una posibilidad de expresión, una identidad a la cual aferrarse después del indefinido o definitivo naufragio que les propone el populismo K. A ver, para que quede claro, los que piensan que puede haber un "Día del panadero" y no otro que homenajee al Padre Mugica y la identidad villera, también tienen derecho a tener un candidato. El CEO de Shell, Juan José Aranguren, ex votante asumido de Carrió, ahora dice que votará por Macri, que se convirtió así en una figura gravitante capaz de producir una fractura de hecho en el radicalismo, el cortejo enamorado de la jefa de la Coalición Cívica y una idea que gana fuerza entre las segundas líneas del massismo de bajarse de la disputa por la presidencia e ir por la gobernación bonaerense a aportarle votos en el territorio donde el macrismo hace agua, atento a que las encuestas proyectan que divididos –macristas por un lado y massistas por el otro–, no le estarían ganando en primera vuelta al FPV.
De la misma nota "El 8N pudo haberse evitado", vale rescatar un recuadro. Llevaba por título "Moralmente obligados". Aludía una noticia sorpresiva: "La Iglesia, a través de un mensaje de la Comisión Episcopal Argentina, se comprometió a investigar la complicidad de sus miembros en la última dictadura cívico-militar. También pidió perdón a quienes defraudaron o no acompañaron en aquellos tiempos. Habrá quienes crean en la sinceridad de la propuesta y quienes no, pero lo importante en términos políticos es que públicamente, y después de mucho tiempo, los obispos comunicaron a su grey lo siguiente: 'Exhortamos a quienes tengan datos de niños robados o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes.' No es mucho, pero es algo. Queda pendiente el pedido de excomunión para los condenados por crímenes de lesa humanidad y la posibilidad de que los sacerdotes queden liberados del secreto de confesión, cuando el feligrés haya sido testigo o protagonista de crímenes horrorosos. Por ejemplo, los que se siguen cometiendo día tras día contra los nietos apropiados que no saben su identidad biológica real y son criados, en muchos de los casos, por los victimarios de sus propios padres. Son cuatrocientos."
Esto ocurría hace dos años. Parece un siglo, claro. Hay que decirlo con todas las letras: lo que comenzó en bosquejo de disculpas se convirtió en una política vaticana desde que Bergoglio es Papa y Monseñor Arancedo, flamantemente reelegido como presidente del Episcopado, aparece en los spots televisivos, flanqueados por las Abuelas Estela de Carlotto y Rosa Roinsiblit, leyendo como un alumno aplicado el mismo pedido a toda la grey católica.
Los militantes del prejuicio –conste que el autor de estas líneas no se exime de la autocrítica– deberán revisar todas o parte de sus certezas. La única persona que creyó que la Iglesia Católica, cuyo núcleo mandamás fue cómplice de la dictadura cívico-militar, podía asociarse de algún modo a la idea de Memoria, Verdad y Justicia fue Carlotto, y consiguió que una institución conservadora finalmente se sumara a un pedido colectivo que lleva tres décadas y media. Lo impensable también sucede. Habrá que empezar a mirar a la titular de Abuelas como lo que es, además de la luchadora pública de una familia atravesada por la tragedia de los '70: Estela se convirtió en un cuadro político que, en un país que había sido rediseñado por criminales impunes, corrió los límites de lo posible, y entendió la época que se abrió en 2003 como un oportunidad única, la que había estado esperando desde que le entregaron el cadáver de su hija Laura. La foto con el Papa Francisco, junto a su nieto Ignacio Guido Carlotto Montoya, es la imagen que confirma un tiempo histórico inédito, aunque produzca escozor en algunos.
Tan excepcional, que el Vatican Insider, el diario oficialista de la Santa Sede, publicó esta semana una crónica titulada "Archivos secretos del Vaticano, abiertos por desaparecidos" y firmada por el periodista Andrés Beltramo Álvarez que resume el cambio operado y el papel que Estela y Francisco juegan en él. Dice la nota: "'Cuenten conmigo, estoy a su disposición'. Con esas palabras Francisco se despidió de Estela de Carlotto. Corría abril de 2013. En una audiencia pública, el Papa aseguró su ayuda a la presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿El motivo? La apertura de los archivos eclesiásticos por casos de desaparecidos en la última dictadura cívico-militar argentina. Ella lo solicitó y el pontífice cumplió su palabra, como parte de una reforma legal inédita. Pero muchos meses después de ese paso histórico, ningún juez solicitó aún documentos al Vaticano. El 11 de julio de 2013 la Santa Sede publicó un ‘motu proprio’ (decreto papal) con el cual se aprobaron dos leyes: VIII y IX.  La segunda introdujo una serie de modificaciones a los códigos Penal y de Procedimientos Penales del Estado de la Ciudad del Vaticano (…) En medio de esa larga lista de modificaciones, se incluyeron apartados fundamentales para echar luz sobre la dictadura argentina (1976-1983). La Ley IX introdujo una nueva redacción del artículo número 636 del Código de Procedimientos Penales según el cual 'a los Estados solicitantes es asegurada la más amplia asistencia judicial por cualquier investigación o procedimiento penal, en los modos y en los límites previstos por la normatividad'. La reforma fue muy explícita al citar los motivos por los cuales el Vaticano autoriza tal asistencia. Entre ellas incluyó la de adquirir pruebas, declaraciones de personas, obtener actas, copias de documentos e informaciones (…) Aquella reforma constituyó en la práctica una apertura de los archivos papales. Apertura indirecta porque, para acceder a los informes, es necesario presentar una instancia judicial. Un procedimiento común, cuando se trata de relaciones de Estado a Estado (…) Algunos meses después la histórica reforma produjo su primer resultado. En junio la Santa Sede aportó dos documentos en su poder relacionados con el asesinato del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, en 1976. Se trató de una carta y un informe enviados por el propio prelado al entonces nuncio apostólico en Buenos Aires, Pío Laghi, pocos días antes de su muerte el 4 de agosto de aquel año. Su homicidio pretendió ser camuflado como accidente de tránsito (…) Los papeles custodiados por casi 40 años en los archivos vaticanos y sacados a la luz a instancias de Francisco, se convirtieron en pruebas clave que aseguraron la condena de prisión perpetua a los militares Luciano Menéndez y Luis Estrella."
A la luz de estas novedades, y no desde el testimonialismo cegador, hay que interpretar las palabras de reconocimiento al Papa, que no impiden que el Poder Judicial argentino avance, incluso, contra la complicidad clerical con Videla & Cía, y tampoco que la Iglesia Católica (ver tapa de Clarín de ayer) insista en tomar distancia del kirchnerismo.
Por último, es recomendable leer lo que sigue con algo de humor. La movilización sonámbula del 13N tuvo un ingrediente sorpresivo: las críticas de los participantes a los medios del Grupo Clarín S.A. por no darle cadena nacional a su reclamo. Fueron injustos, de todos modos. Tanto el diario de Magnetto como La Nación avisaron durante dos largas semanas el "espontáneo" caceroleo que se organizaba. Habrán desistido de amplificar la protesta cuando se dieron cuenta de que, aún en manos de un buen camarógrafo y un editor inteligente, los claros a mostrar eran mayores a los grupos de consorcistas enojados que se apiñaban en la plaza. Lo mejor, habrán pensado, fue evitar coberturas bochornosas.
O quizá, y vuelve a remarcarse que estas líneas son en clave de chiste, haya un acuerdo, como dicen los caceroleros, entre Clarín y el gobierno. Cosa inimaginable, aunque leyendo la página 41 de Clarín del viernes 14, la duda queda habilitada. Allí, en su "Panorama Empresarial", esta vez titulado "Una misión de Estados Unidos vino a revisar qué pasa en el país", el inefable Marcelo Bonelli destaca que "los funcionarios de Barack Obama elaboraron un informe muy crítico sobre el Gobierno argentino y sus ataques a las empresas norteamericanas". Aclaremos, se trata de Bonelli, no del hijo de Tato Bores. Sigue: "Los emisarios tomaron contacto con referentes de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri (…) Clarín confirmó que Bruce Friedman y Benjamin Gedan iniciaron el lunes la misión en Buenos Aires y que estaban volviendo a Washington con un borrador del 'paper' confidencial sobre la situación política y económica del país. Los dos se encargan de seguir el 'caso argentino' en la Dirección de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. Friedman es experto en Argentina y ocupa la Subdirección del Departamento del Cono Sur y Brasil y su compañero de viaje, Gedan, monitorea exclusivamente al gobierno de Cristina."
Vamos por partes. Dice Bonelli en Clarín que funcionarios de la administración Obama viajaron de manera casi clandestina al país y elaboraron un 'paper' confidencial cuyos autores salen con nombre y apellido en Clarín, que también refleja lo que dice ese "paper", supuestamente, reservado: nada del otro mundo, lo que Clarín publica todos los días. Suena raro, muy raro.
Si Cristina tuviera necesidad de un Duran Barba, de esos que aconsejan a qué manejos oscuros recurrir para repuntar en las encuestas, el imaginario ecuatoriano K, del menú de opciones que ofrece el manual del príncipe, podría sugerirle, palabras más, palabras menos: "Bueno, que Estados Unidos aparezca enfrentando al gobierno, que surgiera un nuevo Braden, el antimperialismo, en sociedades populistas como las nuestras, siempre paga."
¿Hay algo más parecido a Braden que los amigos Friedman y Gedan, según el relato? No parece. Por eso, es rara la nota de Bonelli. Podría decirse, además, inconveniente para los intereses de Clarín y los candidatos al casting de Magnetto. ¿Por qué habría de asociar Bonelli a estos "Bradens" de última hora con Scioli, Massa y Macri? ¿Qué ganan ellos?
Tal vez, en el medio de la ensalada, lastimar a Scioli, que viene haciendo un curso acelerado de canciones de Los Olimareños para tomar distancia de los Pimpinela y conseguir, de última hora, la bendición de Cristina para el 2015. El combo, por ahora, es: una canción de los uruguayos, una encuesta que lo pone por encima de todos los otros candidatos K; una foto con Pepe Mujica, otra encuesta donde aplasta a Randazzo; una imagen con Kicillof, otra encuesta que sepulta a Uribarri. Canciones de protesta y encuestología bien paga, hay que ver si llega con eso a convencer a Cristina.
Por lo pronto, la nota de Bonelli podría ser la confirmación delirante de la sospecha cacerolera con formato Borenzstein, una simple torpeza de aprendiz consular de una potencia extranjera, o estar destinada a mostrar al establishment local que Scioli –al igual que Macri y Massa– entra, de alguna manera, en el radar amistoso de los Estados Unidos.
En ese caso, se acaba el chiste. Es increíble que Cristina bendiga al mismo candidato que Magnetto y La Embajada.
Alerta policial temerario

El mismo día que fracasaba la protesta cacerolera, la Policía Federal irradió un alerta temerario. Por orden superior, todo el personal policial en servicio debía estar alerta a identificar posibles artefactos explosivos, preferentemente ubicados en estaciones de subte y tren, dentro de bolsas de residuos de consorcio de color negro. En el mismo, se enfatizaba en no manipularlos y en llamar a personal de Explosivos para desactivarlos, ante la mínima sospecha. Esa misma noche, un auto de Presidencia de la Nación fue robado a 200 metros de Comisaría 48, del barrio de Lugano.
En el primero de los casos, hay que recordar que Santiago de Chile hace poco se vio sacudida por un atentado en el subte para recibir el nuevo mandato de Michel Bachellet. Si la Policía Federal dio el alerta con tanto nivel de detalle (artefactos explosivos, estaciones de subte o tren, dentro de bolsas de residuo negras) es porque había información de Inteligencia que le daba un alto nivel de veracidad a un posible atentado durante esa jornada o las posteriores. Lo del auto quizá sea obra de la casualidad, aunque nunca se sabe.
Volviendo al presunto atentado, así como en la nota principal se festeja, de alguna manera, que buena parte de los denunciadores voz en cuello de “la dictadura K” hayan encontrado, finalmente, a un Macri candidato que los haga pensar menos en el formato odiador intoxicante y más en las urnas como opción, conviene nunca bajar la guardia con la derecha antipolítica capaz de producir un baño de sangre ante la impotencia y el malestar que les produce el avance democrático de esta última década y, según las encuestas, su fortaleza electoral de cara al 2015, cualquiera fuere su candidato, donde algunos ya predicen una muy buena performance kirchnerista en primera vuelta.
El alerta irradiado por la PF dura 1:14 minutos y hay 48 mil policías que pueden atestiguarlo.

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2014/11/16/politica-172495-del-8n-al-13n-lo-que-paso-fue-macri.php

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