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jueves, 3 de julio de 2014

Buitres: otra batalla política, POR Francisco Balázs (para "INFOnews"del 03-07-14)

En medio de la pasión futbolera que recorre al país, y mientras sigue soñando que los restantes rivales de la Selección nacional queden en el camino, la Argentina está jugando otro partido, también de visitante, en la cancha de los poderosos (la FIFA del sistema financiero) y con un árbitro bombero decidido a fallar en contra.


La estrategia sería llegar al tiempo suplementario, pasar a la instancia de los penales, y que el último que defina el partido se patee el 2 de enero del 2015. En medio de todo esto, un elemento resulta indispensable: el apoyo de los 40 millones de argentinos y argentinas.
A poco más de dos semanas desde que la Corte norteamericana desistiera de revisar el fallo del juez Thomas Griesa en favor de los fondos buitre, los vertiginosos y apocalípticos análisis iniciales, políticos y económicos por parte de la prensa hegemónica, las ramplonas propuestas opositoras de acatar el fallo sin más, o las irresponsables proclamas de sentarse a negociar "dignamente", (haciendo énfasis en negociar más que en la dignidad), fueron mutando hacia debates y posiciones más complejos, tal como lo amerita la situación que enfrenta el país y el sistema financiero y jurídico internacional.
Se trata, en definitiva, de comprender y de aceptar que la disputa, a esta altura, tanto en el plano externo con en el interno es esencialmente política, y que lo que está en juego es mucho más que las consecuencias económicas que afectarían a la Argentina, sino a sostener un mínimo equilibrio dentro de las lógicas del capitalismo que resultan esenciales para que el sistema del casino financiero que implican los procesos de endeudamiento y su la lógica de refinanciamientos continúe generando las cuantiosas ganancias y beneficios de las que participan los principales y más poderosos países del mundo a través de los organismos de crédito internacional y el mismo sistema financiero.
Mientras tanto, en la Argentina, los medios de comunicación y la dirigencia opositora dan a entender lo contrario, aduciendo el intangible calificativo de impericia y errores (nunca especificados) que le atribuyen al gobierno nacional por quedar atrapado en la encerrona que dictaminó Griesa.
El lunes próximo comenzarán las negociaciones entre los titulares de los fondos buitre y la delegación argentina que designe el gobierno nacional. Amparados por el triunfo jurídico que les otorgó el juez Thomas Griesa, no habría que esperar que modifiquen o ablanden su posición.
El peso de la negociación recaerá, nuevamente, sobre Griesa que deberá resolver, entre otras cosas, si toma o no la decisión, (que hasta ahora esquivó) de embargar el depósito que realizó el gobierno nacional en el banco de Nueva York para el pago de los vencimientos de los tenedores de bonos reestructurados en los años 2005 y 2010, es decir el 92.4% del total de bonos defaulteados entre 2001 y 2002.
Será el nivel de presión que se logre ejercer sobre las futuras decisiones de Griesa lo que deberá primar en las negociaciones. Entre los jugadores que estarán en esa cancha de la negociación, además de la Argentina, habrá muchos, que aunque habitualmente son adversarios, en esta circunstancia, extraña y solamente a partir del fundamentalismo del juez neoyorquino, apoyarán la posición argentina.
De ahí la intervención de actores de peso político y financiero de todo el mundo demostrando mayoritariamente un fuerte rechazo al pronunciamiento de la justicia norteamericana, no porque estén realizando una defensa de la Argentina sino de la continuidad de sus propios intereses que ven que les estallaría en pedazos si el fallo lograra hacer derrumbar la reestructuraciones de deuda en los años 2005 y 2010.
La realidad impone que el margen de maniobra que el fallo de Griessa impuso al país es prácticamente nulo. Sentarse a una mesa de negociación para lograr un acuerdo, cualquiera sea, que no gatille la cláusula que habilita a los tenedores de bonos, buitres y los que ingresaron en las reestructuraciones, es a esta altura muy poco probable.
Este fue, claramente, el objetivo del fallo y el posterior desentendimiento de la Corte estadounidense. Es una posibilidad, entonces, que la Argentina sea forzada a quedar en la entelequia que significa un default técnico.
En cuanto a las consecuencias de llegar eventualmente a esa instancia, dependerán esencial y proporcionalmente al daño que la Argentina decida causarse a sí mismo o no.
Esto involucra de manera insalvable a la dirigencia política opositora y empresarial, y al pueblo mismo. No hay margen para quien pretenda desentenderse de la responsabilidad que le toca a cada uno en la compleja hora que atraviesa el presente y futuro del país.
Es necesario recordar que los hombres y mujeres que llevaron adelante las grandes gestas independentistas de la patria, que lucharon por un país soberano, dueño de su propio futuro, lucharon principalmente contra los consejos y pronósticos locales, de quienes, ya entonces, se negaban a dejar de ser una colonia española por el riesgo a enfrentar a los poderosos y quedar excluidos del mundo.
Sin ese espíritu libertario, no hay nación posible.

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 http://www.infonews.com/2014/07/03/politica-152071-buitres-otra-batalla-politica.php

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