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domingo, 27 de abril de 2014

NUESTRO HOMBRE EN LA CIA, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")




Arriba: En primer plano Raúl Capote. Detrás la imponente sede central de la CIA, en Langley.

Raúl Capote fue durante bastante tiempo un doble agente. Escritor de profesión, fue cooptado por agentes norteamericanos de la CIA, aunque su fidelidad estaba con la Seguridad Cubana. Como parte de sus tareas,  lideró un grupo cuyo objetivo era reclutar para Langley a estudiantes y profesores universitarios cubanos. Capote cuenta su historia en un extenso reportaje concedido a Correo del Orinoco, cuya lectura, realmente atrapante, nos remite a viejas lecturas de novelas de espionaje de Graham Greene, Robert Ludlum o Len Deighton. Pero la historia de Capote no es ficción… Capote no es Jim Wormold y su historia es la cruda realidad de nuestros tiempos. Nos levanta una cortina que nos permite entrever lo que no quieren que veamos, los entretelones de un mundo oscuro donde se mueven espías, toneladas de dinero y el destino de los pueblos.



Muchas veces resulta difícil conectar los conocimientos teóricos con las realidades cotidianas que vivimos. Prestigiosos periodistas como Thierry Meyssan, Stella Calloni o Ernesto Carmona nos explican sobre las “Guerras de Cuarta Generación” o los “Golpes Suaves”, pero siempre faltan los aspectos operativos de las cuestiones que permiten corporizar esos conceptos en experiencias de primera mano. Es aquí donde el testimonio de Raúl Capote pasa a ser trascendental, ya que, como pasaba con los personajes de las novelas de Graham Greene, el cubano aparece como un hombre común extraviado en un mundo de espías y conspiraciones que a los ciudadanos de a pie nos parece más cuestión de la ficción que de una amarga realidad en la que nos hallamos inmersos.



Thierry Meyssan explicaba ya en una nota publicada por Aporrea en  2007  (Golpes de Estado Suaves, 05-06-07) como los norteamericanos venían desarrollando una táctica no violenta (o no demasiado violenta), ya desde la década del ’80, para deshacerse de los gobiernos que no les agradaran. Estos objetivos se perseguían con acciones donde la Casa Blanca no quedara demasiado comprometida:



“La no violencia, como técnica de acción política, puede emplearse sin importar el fin. En los años ochenta, la OTAN se interesó por su utilización para organizar la resistencia en Europa después de una invasión del Ejército Rojo. Desde hace quince años, la CIA en realidad la usó para invertir Gobiernos recalcitrantes, sin levantar indignación internacional. Dispone para eso de un agradable escaparate ideológico, el Albert- Einstein Institución del filósofo Gene Sharp, que desempeñó un papel, de Irak a Lituania, pasando por Venezuela y Ucrania.”
“La focalización sobre la moralidad de los medios de acción permite evacuar todo debate sobre la legitimidad de la acción. La no violencia, admitida como buena en sí misma y asimilada a la democracia, favorece el blanqueo de las acciones secretas, intrínsecamente no democráticas.” (1)



Las acciones son “secretas” porque las autoridades imperiales no dan la cara, y utilizan para realizar dichos operativos agentes de servicios de seguridad, así como organizaciones “No Gubernamentales”,  “privadas”, aunque muy vinculadas a Langley –la sede de la CIA-. El Instituto Albert Einstein de Gene Sharp y la ONG “Freedom House”, así como el Instituto de Estados Unidos para la paz (U.S. Institute for Peace),  son las que menciona Meyssan (Capote agrega USAID). El francés afirma respecto a la primera:



“El presupuesto oficial de la Institución sigue siendo estable, pero realmente dispone de financiaciones abundantes del Internacional Republican Institute (IRI), una de las cuatro ramas del Nacional Endowment fuero Democracy (NED/CIA).” (2)



Meyssan citaba en la nota mencionada sucesos previos donde se dieron estas situaciones, como los de Yugoslavia a fines del siglo XX, la Lituania de 1990, la Venezuela del golpe de 2002, o la Georgia de Shevardnadze, pero visto desde el presente, uno debería agregar conflictos posteriores en lugares tan dispares como Ecuador, Libia, otra vez Venezuela, Siria, Argentina, Ucrania o Bolivia, que muestran perfiles muy semejantes.





La participación directa de organismos estatales norteamericanos en estas situaciones, como señala Ernesto Carmona en el caso de la guerra Siria, se oculta de diversas maneras:



“La CIA no sólo participa en este comercio ilegal de armas, sino también procura que su participación siga siendo un secreto. Operadores del área de Bengasi normalmente son sometidos a intimidación, incluyendo pruebas regulares de polígrafo [detector de mentiras] para ‘... saber si alguien está hablando con los medios de comunicación o con el Congreso’.”(3)



Carmona señala además que frente a estos conflictos, los grandes medios de comunicación convocan a “expertos” que señalan la conveniencia de una intervención, sin aclarar que dichos “expertos” tienen intereses económicos directos con las compañías que fabrican las armas que usará el Ejército norteamericano en caso de intervenir…



También la veterana periodista Stella Calloni, en una nota reciente (4) señala respecto al caso ucraniano algo aplicable a cualquiera de los otros casos:



“Pero nada de esta falsa ‘primavera ucraniana’ hubiera sido posible sin el control global de los medios de comunicación que conforman en estos tiempos la imprescindible acción contrainsurgente de una guerra sicológica, que ya no tiene límites.

Europa hoy en crisis y decadencia ha logrado someter a sus pueblos mediante la más cruda desinformación que se recuerde en la historia de esos países, con poblaciones cegadas incapaces de tener opinión propia ante el maniqueísmo de los medios masivos que transforman el bien en mal y la verdad en mentira”



Este paraguas mediático que oculta los aspectos oscuros de las propias acciones, permite desarrollar sin trabas el llamado “golpe suave”:



“El “golpe suave” supone varias fases incluso desarrolladas simultáneamente, que van desde el ablandamiento al gobierno, deslegitimación, desacreditación y escalamiento de los conflictos hasta la fractura institucional.



El llamado a las armas de los dirigentes de los “indignados” ucranianos, los incendios provocados por estos, el intento de la toma del Palacio del Congreso y otros edificios y el escalamiento de las llamadas “bombas molotov” de fabricación casera hacia armas de guerra, llevaron al gobierno en esos días de febrero a utilizar sus defensas, como hubiera sucedido en cualquier país europeo ante una situación similar.” (5)



Frente a este conocido escenario de “Golpe Suave” y “Guerra de Cuarta Generación”, el testimonio de Raúl Capote nos brinda la posibilidad de entrever cómo estos movimientos se preparan, con años de anticipación.



Capote era en los noventa líder en Cuba de una asociación de jóvenes artistas, escritores y pintores. Los norteamericanos se acercaban como representantes de editoriales y organizaciones culturales y les ofrecían financiamiento para la publicación y difusión de sus obras, pero pronto comenzaban los condicionantes, los pedidos de que se dijera “la verdad” de lo que sucedía en Cuba. Cuando la organización terminó rechazando la presencia de estos “mecenas”, ellos comenzaron a abordar individualmente a los integrantes de la misma, hecho que se incrementó cuando Capote alcanzó en La Habana la dirección del Sindicato de Trabajadores de la Cultura.

Capote entonces simula comenzar a colaborar con los norteamericanos, y trabaja estrechamente con Kelly Keiderling, que lo instruye para la formación de líderes juveniles que trabajen dentro de las organizaciones ya existentes en la isla.

La “formación” que ofrecían estos agentes a sus reclutas era amplia:



“Una de las misiones más importante, de los líderes de la universidad, era ocupar el liderazgo de las principales organizaciones juveniles de la universidad. En el caso de Cuba estamos hablando de la Unión de Jóvenes Comunistas, y de la Federación Estudiantil Universitaria, o sea, no era crear grupos paralelos en ese momento, sino convertirse en los líderes de las organizaciones que existían en Cuba. Junto con eso, formar un grupo de líderes en las estrategias de golpe suave. O sea, entrenar gente para cuando el momento fuese oportuno, en el momento ideal poder efectuar las famosas revoluciones de colores o guerras no violentas, que tú sabes bien que, de “no violentas”, no tienen nada.”



El doble agente cubano señala que lo que ofrecían los norteamericanos eran becas y formación en Estados Unidos para los estudiantes, y adicionalmente publicación de sus trabajos para los profesores. Los que se sumaban a estos proyectos volvían a su patria con curriculums impresionantes que les permitían acomodarse ventajosamente en el ámbito académico de sus países.





Capote sostiene que ya en esos años, antes de la llegada de Chávez al poder, los norteamericanos trabajaban activamente en Venezuela:



“Este señor Mark [Waterhein], además de dirigir el Proyecto Cuba, tenía una vinculación directa con Cuba, en el tema de financiamiento del proyecto contra la Revolución, además, estaba involucrado en tareas contra Venezuela. O sea, era un hombre que, muchos de su equipo, de los funcionarios de ese famoso proyecto, también trabajaban contra Venezuela en ese tiempo. Estaban estrechamente vinculados. A veces costaba mucho trabajo diferenciar, quién trabajaba con Cuba, y quién no, porque muchas veces se intercalaban. Por ejemplo, había venezolanos que venían a trabajar conmigo, que trabajaban en Washington, que estaban subordinados a la Fundación Panamericana y a la CIA, y venían a Cuba a entrenarme también, y a traer suministros. De ahí sale la idea de crear una fundación, un proyecto que se llamó Génesis.”(6)

Grupos como la “Fundación Génesis para la Libertad” debían tener un discurso aparentemente revolucionario, pero con contenidos reales de derecha. Buscaban generar en Cuba protestas “espontáneas” como las logradas en otros países, y cuando Capote les señaló la poca disposición de los cubanos para participar de esas protestas, y el riesgo físico que podrían correr los “indignados” cubanos y su lider, le contestaron textualmente:



“ ‘lo mejor que a nosotros nos puede pasar, es que a ese hombre lo maten’; ‘si a ese hombre lo matan, sería perfecto’, y me explica qué es lo que va a pasar. ‘Sólo hace falta que él provoque. Que salgan pa’ la calle, y que haya un choque allí. Si ocurre eso, la prensa se va a encargar de construir lo demás’, y me dice, ‘vamos a armar una gran campaña mediática para demostrar que en Cuba hay caos; que en Cuba hay ingobernabilidad; que en Cuba, Raúl es incapaz de sostener las riendas del Gobierno; que se está asesinando a la población civil, que se está reprimiendo a los estudiantes en la calle, al pueblo en la calle, que la policía está cometiendo crímenes’. Cualquier semejanza con Venezuela, no es pura casualidad. Es así.” (7)



El espía cubano señala que esta labor de los norteamericanos avanzó mucho en Venezuela, y que junto a los integrantes de los servicios trabajan las ONGs y los medios:



“CNN ha estado siempre muy vinculada a todas estas cosas. CNN, desde su primer período de trabajo, sobre todo esta última etapa de trabajo, y, sobre todo, CNN en español, ha sido una herramienta indiscutible del trabajo de esta gente, pero, el problema es que hay que entender una cosa, para poder comprender lo que está pasando, y, para poder armar una campaña de estas, hay que entender que, hoy en día, no existe ningún tipo de cadena de televisión que actúe por sí sola. Ahí están los conglomerados, y los conglomerados de las comunicaciones, ¿quiénes los dirigen? Porque, por ejemplo ,Time Warner y Aol, y todas estas grandes compañías de las comunicaciones de la televisión por cable, de la televisión de cine, de televisión en general, al final, ¿quién es el dueño? Ahí está Westinghouse, ahí está General Electric. Los mismos que te fabrican un avión de combate, la misma industria armamentista norteamericana, es la misma gente que hoy en día son dueños de las cadenas de televisión, de las productoras de cine, de los periódicos, de la gente que produce libros. Entonces, los mismos tipos que producen un avión de combate, que una galletica dulce que te vas a comer en la noche, que te la presenta un artista, son los mismos que dirigen los diarios del mundo entero.”



Capote señala finalmente que estas subversiones “pacíficas” de los gobiernos populares han fracasado en aquellos lugares donde dichos gobiernos tienen un respaldo popular sólido, pero que los norteamericanos:



“Lo van a seguir haciendo, ellos lo van a seguir perfeccionando. Nosotros somos el enemigo. O sea, Venezuela, Cuba, todo lo que se está haciendo en América Latina como una alternativa. Nosotros somos los disidentes del mundo. Nosotros vivimos en un mundo donde domina el capitalismo. Donde domina esa nueva manera de ser del capitalismo, que ya ni siquiera se le puede decir imperialista, es algo nuevo, algo que va mucho más allá de lo que los estudiosos del marxismo escribieron en la historia, años atrás. Es algo nuevo, novedoso. Es un poder, prácticamente global, de las grandes transnacionales, de esos megalopolios que han creado. Entonces, el enemigo somos nosotros. Nosotros estamos presentando un proyecto alternativo. La solución que nos propone el mundo, no es esa. Nosotros sabemos cómo hacerlo, y Cuba, Venezuela, los países del Alba, han demostrado que se puede hacer, que no es nada más, uno o dos días. La Revolución Cubana tiene 55 años de existencia. Está validada por 55 años de existencia, y, con voluntad política, ha logrado cosas que el Gobierno norteamericano, ni con todo el dinero del mundo, lo ha logrado hacer.”(8)



Frente a tanta confusión mediática, “Nuestro hombre en la CIA” nos cuenta los entretelones de una política mundial que nos amenaza, y frente a la cual no debemos descuidarnos.





 Adrián Corbella
25 de abril de 2014


NOTAS:



(1): Thierry Meyssan: “Golpes de Estado Suaves”, en Aporrea del 5 de junio de 2007 http://www.aporrea.org/tiburon/a35946.html

(2): Meyssan, op.cit.

(3): Ernesto Carmona: “Noticias censuradas sobre Siria”, en Nos Comunicamos de abril de 2014  http://www.nos-comunicamos.com.ar/content/noticias-censuradas-sobre-siria

(4):  Stella Calloni: “Ucrania y Venezuela: el fracaso de los golpes suaves”, en  http://www.michelcollon.info/Ucrania-y-Venezuela-el-fracaso-de.html?lang=es



(5): Calloni, op.cit.


(7): Capote, op.cit.

(8): Capote, op.cit.










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