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miércoles, 9 de abril de 2014

Las FF.AA. venezolanas: acatamiento y participación, por Agnedy Acevedo (para "Miradas al Sur" del 06-04-14)



Miradas al Sur. Año 7. Edición número 307. Domingo 6 de Abril de 2014
 
Pese a los desesperados intentos provocadores de la derecha, las instituciones militares permanecen fieles al gobierno constitucional del presidente Maduro y al ideario transformador del comandante Chávez.
La situación en la República Bolivariana de Venezuela continúa con focos desestabilizadores, la oposición al gobierno del presidente Maduro sigue tejiendo telarañas entre sus aliados con acciones de calles haciendo llamados a desobedecer a las entidades gubernamentales. El objetivo principal de la derecha es meter los tentáculos en las bases de las Fuerzas Armadas venezolanas, provocar a los militares a desobedecer su hilo constitucional para alzar una rebelión y llamar a elecciones anticipadas. El alto mando militar respondió a la provocación manifestando estar más comprometidos al servicio de la Revolución Bolivariana.
Negar un descontento dentro del ejército venezolano sería un despropósito, la inflación galopante, el desabastecimiento y los altos índices de inseguridad afectan a los uniformados, como al resto de la población venezolana; sin embargo, en las filas castrenses descuella la profunda identificación con el ideario bolivariano que a abanderado el proceso político que vive el país caribeño desde hace 15 años.
Las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, nombre otorgado por el ex presidente y comandante Hugo Chávez Frías, quien junto a su uniforme verde oliva gobernó el país durante 13 años, fue quien sacó de los cuarteles a los soldados y al alto mando militar para ponerlo al servicio de los más necesitados, los instó a salir a la calle a realizar labor social, trabajo del pueblo y para el pueblo, llegaron a vender hortalizas en mercados populares, fueron incluidos como facilitadores de las misiones sociales, recogían cartas para hacerle llegar mensajes al comandante Chávez, etcétera, hecho que tejió los lazos entre “el comandante supremo” y el resto de las fuerzas armadas.
Es obvia la participación activa de los militares venezolanos en puestos claves del gabinete gubernamental del chavismo, abarcando las áreas más cuestionadas de la población; la economía y la seguridad ciudadana. Con el comandante Hugo Chávez en el poder, más del 35% de su gabinete ministerial era compañero de armas. Esa generación del golpe de Estado de 1992 asumió cargos importantes en lo político y social.
Embajadores, gobernadores, directores de universidades, canales de televisión militares, banco de las fuerzas armadas, empresas de construcción, organismos encargados de aplicar sanciones a empresarios especuladores, entidades para bregar por la paz y orden ciudadano, suministro de dólares, entre otras, están en manos del poder militar. Son más de 400 uniformados los que han sido asignados a puestos importantes en los últimos 15 años.
Aquellas épocas . En la Venezuela de 1950, época de gobierno militar dictatorial en manos del general Marcos Pérez Giménez, dependiente incondicional de los dictámenes del Pentágono y la Casa Blanca, las fuerzas armadas eran consideradas una “institución de prestigio internacional”, siendo partícipe en proyectos continentales de defensa en los inicios de la guerra fría, firmando acuerdos para ejercer operatividad de misiones militares estadounidenses en territorio venezolano, dejando una influencia importante en los aspectos de adoctrinamiento técnico militar. Los estudiantes sobresalientes de la Academia Militar eran reclutados por Washington con becas directas a la Escuela de las Américas, para recibir entrenamiento y formación ideológica con inyección imperialista represora.
A la caída de Pérez Jiménez, la creciente politización en vías democráticas había permeado a las fuerzas armadas marcando punto de salida al militarismo gorila, lo que implicó el florecimiento de corrientes militares nacionalistas tanto de derecha como de izquierda.
Con el Pacto de Punto Fijo, acuerdo firmado por los partidos cuarto republicanos neoliberales venezolanos (Acción Democrática, Partido Social Cristiano Copei, Unión Republicana Democrática, entre otros), quienes buscaban garantizar la democracia participativa al servicio de los intereses de la burguesía y del gran capital internacional, excluye de sus proyectos políticos toda actividad militar considerándolos un “potencial enemigo regresivo”, dejando a disposición de la Escuela de las Américas todo tipo de adoctrinamiento y asesoría académica.
Los movimientos internos. Las fuerzas armadas venezolanas a diferencia de las del resto de la región, están integradas por profesionales nacidos de los sectores más humildes del país, desde el general de división hasta el último soldado de la tropa de infantería, están íntimamente ligados a las luchas populares sostenidas a lo largo de la historia. Ser militar en Venezuela, para algunos, era un camino de salida de la villa miseria; aquellos que se alistaban tenían asegurado subir uno o dos peldaños en la jerarquía social tradicional; además, si estaban “bien acomodados” se garantizaban su boleto de ida a los Estados Unidos de América.
Esa era la dualidad hipócrita de mediados del XX, soldados dependientes de los designios estratégicos del Pentágono y del sentimiento de la clase popular nacionalista. Esto llevó a crear focos de militares revolucionarios con pensamientos de izquierda que tuvieron las agallas de alzarse en armas y culminar con gobiernos neoliberales.
De allí surgió Hugo Chávez, quien una vez nombrado presidente de la república realizó el retiro formal del convenio de las Fuerzas Armadas Venezolanas con la Escuela de las Américas, centro de formación militar de la que egresaron ex dictadores y violadores de derechos humanos de gobiernos represores de Latinoamérica. Ese cambio radical dentro de las filas castrenses venezolanas hizo profundizar el ideario nacionalista lejano de intromisiones imperialistas y, así, afianzar el compromiso con la revolución bolivariana, que además presidía un militar.
Chávez puso en marcha una serie de reformas en los cuarteles, incluyendo el lema oficial: “Patria, socialismo o muerte”, que fue cambiado luego de la enfermedad del comandante por “Patria, socialismo, viviremos y venceremos”. Además, etiquetó a la Fuerza Armada Bolivariana como “rabiosamente chavista”. Realizó convenios militares con Bielorrusia y Rusia, situación que convirtió a Venezuela en el tercer ejército más grande de Latinoamerica con equipamiento moderno, gracias al de­sarrollo dinámico de cooperación militar entre Moscú y Caracas, donde se estimaron contratos de 11.000 millones de dólares para el suministro de material bélico, que incluye fusiles automáticos Kalash­nikov, dos plantas de ensamblaje y fabricación de municiones, helicópteros, submarinos, entre otros.
Incursión cubana. Es bien sabida la relación de hermandad entre Caracas y La Habana, infinitos convenios de cooperación enlazan ambos países. Por las calles de algunas cuidades venezolanas se escuchan acentos cubanos, no sólo en el andar de una avenida sino dentro de las entidades gubernamentales, esta presencia abarca desde una secretaria hasta asesores de emblemáticos ministros. Por los bolivarianos, sin reproches, son bienvenidos y bien atendidos “los hermanos de la isla”. Se habla de alrededor de 46.000 colaboradores cubanos que oficialmente viven en Venezuela, todos con la misión se garantizar la revolución chavista.
Esta incursión, según fuentes castrenses, se ve en los cuarteles militares, en el ala ancha de las fuerzas armadas. Esta presencia causa descontento en una parte de los militares más ortodoxos, al decir que “un extranjero no tiene que darnos clases de nacionalismo venezolano. No aceptamos adoctrinamiento cubano”, puntualizó un militar en activo consultado. Además, se refiere a que “por más línea política cubana que se inyecte y por más descontento que pueda existir por esta incursión extranjera, nada nos hará levantar armas en contra de nuestro pueblo, a la cuarta república se le pasó su tiempo. No somos maduristas, somos bolivarianos y defensores de la constitución”, concluyó.
Con el comandante Hugo Chávez en el poder era fácil escuchar a algún que otro cubano en las instalaciones de la Academia Militar; ahora, con Nicolás Maduro en la presidencia, ha aumentado el número de efectivos militares cubanos, con el fin de ejercer un sólido control sobre las fuerzas armadas, según comentan algunos miliares en función de retiro.
La representación militar opositora es muy escasa, en su mayoría se encuentra fuera del país, uno que otro queda en territorio venezolano, quienes se han acomodado a algún partido político para tener micrófono abierto y realizar declaraciones esporádicas y amenazantes. Uno de ellos es el general retirado e integrante del partido de derecha Voluntad Popular, Antonio Rivero, quien constantemente denuncia la presencia de cubanos dentro de los establecimientos militares venezolanos. Recientemente, a propósito del movimiento desestabilizador estudiantil, denunció la presencia de 300 militares cubanos que inciden en las políticas de defensa y organización de las fuerzas armadas, considerándolo una violación de la soberanía nacional. Tras estas declaraciones, un grupo de xenófobos decidió taponar algunas vías de acceso a modo de protesta por la injerencia de Cuba en la República Bolivariana de Venezuela; esta acción de calle sumó otra muerte tras enfrentamientos con los organismos de seguridad.
La herencia. Hugo Chávez, antes de su último viaje a La Habana, donde sabría que contaba con pocas posibilidades de volver a su ejercicio como presidente de Venezuela, movió sus últimas fichas, dejando a su más fiel servidor a cargo, Nicolás Maduro. Si bien Maduro representa al pueblo que siguió a Chávez en los últimos 13 años, ese pueblo obrero servil y trabajador no representa a las fuerzas armadas en ninguno de sus aspectos.
En cambio, Diosdado Cabello, militar y participe del golpe de Estado de 1992, fue el elegido por el comandante Chávez para representar a la milicia bolivariana, por ser un hombre respetado por los uniformados. “Palabra santa la de Cabello”, comentan dentro del Fuerte Tiuna, zona militar caraqueña. Este último es el más temido por la derecha venezolana por ser frontal y sin filtros, radical en decisiones, ha sido quien ha elevado denuncias ante el ministerio público y gracias a él ya van más de cuatro detenidos entre alcaldes, gobernadores y dirigentes políticos por amparar la violencia en la calle.
Se comenta que Diosdado Cabello, actual presidente de la Asamblea Nacional venezolana y militar retirado, no acepta injerencia de ninguna índole dentro de las fuerzas armadas, incluyendo la cubana. Se habla de un resquebrajamiento en las filas militares, además se ha mencionado un autogolpe de parte de Cabello para asumir la presidencia, entre otros chusmeríos televisivos. El mismo Diosdado Cabello declara ante estos rumores que le parecen “falacias desestabilizadoras. Nosotros estamos unidos y trabajamos por el pueblo bolivariano en defensa del legado del comandante Hugo Chávez”.
Los militares frente a las protestas. Con la oposición en la calle protestando y exigiendo una “salida” nada constitucional, los militares se han manejado al servicio de preservar el orden público; sin embargo, tanto civiles como efectivos militares han caído en el asfalto perdiendo sus vidas por armas de fuego. La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, sostuvo que ya son 38 los fallecidos durante el mes y medio de protestas opositoras, 29 de ellos civiles y 9 funcionarios de la policia militar.
En más de un mes y medio, la derecha desencantada y derrotada no sabe a dónde enrumbar las culpas de las protestas, ya no esperan el accionar de los dirigentes que abanderan “la salida”. En una de sus deliberaciones, comentan que la única manera de salir de Nicolás Maduro es que se teja una alianza entre Diosdado Cabello y los militares, atribuyéndole la crisis económica directamente al mandatario caribeño y no al chavismo, hecho que tocaría directamente al ala militar más ortodoxa, liderada por Cabello, lo que llevaría a tomar las riendas del poder manifestando que las Fuerzas Armadas Bolivarianas son los únicos garantes del ideario del fallecido Hugo Chávez.
“No queremos a un obrero mandando, preferimos a Diosdado que por lo menos tiene un estudio universitario”, es el comentario de un joven estudiante que se siente frustrado ante el desamparo de los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática. “Capriles es un cobarde y el resto (la Mesa de la Unidad) juega con nuestros sentimientos, nos prometieron que esto ya iba a terminar, llevamos casi dos meses y esto es insostenible, que los militares le hagan un golpe de Estado a Maduro y se acabó todo”, concluyó el joven estudiante, quien lleva dos semanas haciendo piquetes en las afueras de un complejo residencial.
La única esperanza de la oposición son los militares venezolanos; sin embargo, un rayo de luz les tocó cuando el presidente Maduro anunció la captura de tres generales de la Aviación de la Fuerza Armada Bolivariana que supuestamente pretendían realizar una sublevación armada contra su gobierno. “Por fin alguien distinto se pronunció en contra de Nicolás”, comentaban en las barricadas caraqueñas, sin contar que inmediatamente después del pronunciamiento, las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas publicaron un comunicado donde rechazaban rotundamente las presuntas acciones desestabilizadoras perpetradas por una minoría que no representa a las filas oficiales.
“...Hoy más que nunca estos escollos reafirman nuestras convicciones, para indicarnos que estamos en el camino correcto. No estamos dispuestos a aceptar que sea vulnerada nuestra soberanía ni a retroceder en el camino hacia los logros que se han venido alcanzando en beneficio de todos.
No somos esa Fuerza Armada elitesca ni alejada de las realidades de nuestro pueblo. Hoy como nunca estamos convencidos, preparados y dispuestos a seguir con la moral en alto.
Siempre nos hemos crecido en la adversidad y creemos firmemente, ahora más que nunca, en la justicia de nuestro país, que se aplicará para cada uno de los victimarios, de esta violencia provocada por actores, quienes han planificado el enfrentamiento del pueblo contra el pueblo”, reza parte del escrito.
Con Nicólas Maduro el activismo político de los verde oliva se encuentra en el tapete, los oficiales mutaron de “patria, socialismo, viviremos y venceremos” a “ fuerza armada antiimperialista, socialista y chavista”.
 
 
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