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jueves, 10 de abril de 2014

EL NACIMIENTO DE LA TRIPLE M, por Federico Bernal (para "Tiempo Argentino" del 09-04-14)



Massa, Macri, Mitre y la seguridad: la síntonía entre los políticos reaccionarios y el rol de los medios.


El periodista Daniel Tognetti le recordó al intendente porteño que la tasa de homicidios de la Ciudad de Buenos Aires es de 5,5 cada 100 mil habitantes (según el último informe de la Corte Suprema), mientras que 4,7 es la de la ciudad de San Francisco (EE UU), a la sazón actual paradero de su hija. La diferencia, un homicidio menos por año sobre igual cantidad de habitantes. Sin embargo y conforme las estadísticas del Programa Reporte Unificado de Crímenes (FBI), en 2012 la tasa de homicidios allí fue de 8,4 cada 100 mil habitantes, la más elevada desde 2008 y poco menos que el doble de la porteña. Mauricio está tranquilo porque su hija no vive en la ciudad que administra. Como se verá en esta nota, y más allá de haberla mudado a una de las ciudades más peligrosas de EE UU, la evolución de los delitos en la CABA en el último lustro le da toda la razón. Pero ojalá fuera lo más grave. En sintonía con la gran prensa y políticos neoliberales de su tipo, el líder del PRO justifica y fomenta el vigilantismo, nefasta práctica que como se verá incluso conduce a un incremento de la tasa de homicidios –con fuerte condimento xenófobo y racial– allí donde se verifica.
Macri y el exponencial incremento de los delitos en la CABA. Según informa la Dirección de Estadística y Censos porteña, los delitos informados por las fiscalías con competencia en lo Criminal y Correccional con asiento en la CABA aumentaron drásticamente entre 2009 y 2011, pasando de 208.242 a 235.568 (13,1%). La proyección para 2012 (datos aún provisorios) arrojaría casi idéntica cantidad de casos que 2011, el peor después de 2008, con 237.006 delitos. Cabe señalar que dicho año –el primero de las dos administraciones macristas– fue además el más inseguro de todos. En cuanto a los delitos ingresados a las fiscalías del Fuero Contravencional, Penal y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, el salto fue aún mayor: de 7.983 a 21.946 (un 175%). Claro que los funcionarios de Mauricio y autores de estas estadísticas, tienen siempre a mano, cuando no, el recurrente y tradicional argumento salvador: explican en el mismo documento que "el significativo aumento del volumen de delitos penales ingresados a las fiscalías de la Ciudad desde el año 2008" obedece al "traspaso progresivo de competencias penales desde la Justicia Nacional". En otras palabras y una vez más, la culpa es del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Estado de California.

Tiene 38.041.430 habitantes. El lugar de residencia de la hija del intendente porteño, se ubica en la mitad del ranking de los Estados más inseguros de EE UU, a su vez, país entre los más inseguros del continente americano. En 2012, la tasa de homicidios registrada allí fue de 4,7, mientras que 5 la de California. En cantidad de casos, unos 1884 asesinatos en el año. California participó en 2012 con el 12,7% del total de asesinatos registrados en EE.UU.. Para el Instituto de Políticas Públicas de California (datos a diciembre de 2013) el crimen allí se incrementó entre 2011 y 2012, de un mínimo histórico de 2.999 a 3.179 cada 100 mil habitantes. Por su parte, la tasa de crímenes violentos aumentó a 422 cada 100 mil habitantes (387 promedio nacional), posicionándose 16 entre los 50 estados de la Unión. Asimismo, el número de crímenes contra la propiedad se incrementó entre 2011 y 2012 un 7,6%.

Pena de muerte, una pequeña introducción.

¿Será porque el Estado de California ejecuta a condenados que Mauricio envió a su hija a estudiar allí? A propósito, ¿cómo incide tan nefasta práctica en los índices de criminalidad? Mal que les pese a los "mano dura" argentinos, la pena de muerte en California no neutralizó el incremento de todos los indicadores de criminalidad y violencia mencionados en el apartado anterior. Según la prestigiosa ONG estadounidense "Centro de Información sobre la Pena de Muerte" (fundada en 1990), entre 1991 y 2012 no hubo un solo año en el que la tasa de homicidio promedio entre los estados que aplican la pena capital fuera inferior a igual tasa para los que no la aplican. En 2012, para citar el último año con cifras disponibles, el promedio para los primeros fue 4,7 contra 3,7 para los segundos. Del 2003 a esta parte, la diferencia incluso promedió el 30% a favor de los que ejecutan como pena suprema.

Pena de muerte, homicidios y linchamiento.

En EE UU ha sido siempre tema de exhaustiva investigación (y enconado debate) encontrar los motivos por los cuales los estados sureños ostentan desde hace más de una década los peores índices de homicidio a nivel país. ¿Clima, pobreza, analfabetismo, tradición histórica, pena de muerte? Pues bien, unos años atrás se sumó una cuarta explicación, hasta ahora entre las más categóricas: el linchamiento. Se trata del trabajo publicado en la revista American Sociological Review en 2005, titulado "El legado del linchamiento y el homicidio sureño". Su autor, Steven F. Messner de la Universidad de Albany, demuestra contundentemente la alta correlación existente entre los Estados con las mayores prácticas históricas de linchamiento y los Estados que en la actualidad cuentan con los índices más elevados de homicidio (los sureños). En igual dirección, un segundo trabajo científico publicado en la misma revista y en igual año titulado "Vigilantismo, amenaza racial y sentencias de muerte", comprueba que los Estados con la mayor cantidad de ejecuciones por pena de muerte (blancos y afroamericanos) son también los Estados con la mayor cantidad de casos de linchamiento a lo largo de su historia. Esta relación, según confirmaron los autores, se intensificaba al analizar las sentencias de muerte en casos de afro-americanos. No se puede estar más de acuerdo con las conclusiones de la investigación: "la pena capital se ha transformado en el remplazo legal de los linchamientos".

Medios y linchamientos: del KKK a La Nación.

Podríamos agregar a los trabajos citados uno más: "La prensa y los linchamientos de afroamericanos" (Journal of Black Studies - Enero de 2000), notable y altamente recomendable investigación del Profesor Richard M. Perloff de la University de Cleveland. Se trata, como sus autores destacan, del primero en analizar cómo la gran prensa estadounidense cubrió la epidemia de linchamientos que afectó a la nación entre 1880 y primeras décadas del siglo XX (aunque los casos se prolongaron hasta 1968, con un pico en 1930). El Sur, una vez más, fue testigo de los mayores asesinatos. Siete y hasta ocho de cada 10 víctimas fueron afroamericanos. Perloff compila una frondosa cantidad de artículos periodísticos sobre los distintos linchamientos. Salvo honrosas excepciones, la prensa los cubría con lujo de detalles, tildando despectivamente a la víctima de "Negro" y sugiriendo que el acusado (por los linchadores) era culpable de los crímenes cometidos. El denominador común, nos explica Perloff, es la ausencia de denuncia del asesinato o del intento de asesinato por parte de la ciudadanía involucrada. Dice La Nación en editorial del pasado domingo 6: "El inadmisible fenómeno de las golpizas de vecinos a delincuentes tiene su origen en la ausencia de una política de Estado para combatir el delito". ¿Cómo sabe el editorialista que eran delincuentes? ¿Acaso llevaban en la frente ese veredicto firmado por la justicia? Luego agrega: "El Estado se retiró de las calles cediéndoselas a los delincuentes... Es lógica, entonces, la sensación de indefensión que padecen los ciudadanos... Si el gobierno no reacciona y sigue optando por permitir el reinado del delito, la sociedad no puede convertirse en su cómplice (¡sic!)...". Cómo destaca Perloff en su trabajo, las prácticas de linchamiento deben ser denunciadas lisa y llanamente, evitando todo argumento que las justifique. La Nación no las denuncia sino que las promueve, dando a entender paralelamente que todos los "linchados" son delincuentes, olvidando que la potestad de determinar la culpabilidad o inocencia es potestad de la justicia.

La Triple M.

En sintonía con Massa y Macri, los medios reaccionarios respaldan los recientes casos de vigilantismo, esto es, de ciudadanos que se erigen en jueces y verdugos, castigando con la muerte, tortura o golpiza a supuestos delincuentes. Por su parte, lo más avanzado de la sociología estadounidense ha encontrado una relación directa entre los Estados y condados (del propio EE UU) con las mayores tasas de asesinatos (crímenes letales) y aquellos con el mayor historial de casos de linchamiento, a su vez, práctica altamente fomentada por la prensa. Massa, Macri y Mitre (la Triple M), trátase en definitiva de una vieja práctica de la oligarquía argentina: desconocer las leyes, la Constitución Nacional, las instituciones, la paz popular, el Estado de derecho... ¡el Estado! No sólo pretenden reproducir en la Argentina el accionar del neoliberalismo venezolano que hoy por hoy padecen pueblo bolivariano y gobierno de Maduro por igual, sino también reeditar la anarquía social, la xenofobia, el racismo y el asesinato en masa que caracterizaron a los estados sureños de EE UU entre 1880 y 1930. El Código Penal de California en capítulo "Crímenes contra la Paz Pública" define al linchamiento como la "extracción deliberada por parte de una revuelta popular de cualquier persona bajo custodia policial". Se pena con 2 a 4 años de cárcel. La reforma de nuestro Código debe penar severamente a los instigadores de tan brutales prácticas contra la civilidad, la democracia, la justicia y la paz social.

Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/04/09/politica-138823-el-nacimiento-de-la-triple-m.php

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