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jueves, 20 de marzo de 2014

ANTES SE ROMPIERON. AHORA SE DOBLAN, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")





El polémico afiche elaborado por la Juventud Radical y difundido por la UCR criticando la política de derechos humanos de Presidencia de la Nación, contiene errores conceptuales y operativos.
Los jóvenes radicales sostienen que el 24 de marzo ellos marcharán en repudio de los crímenes de lesa humanidad de la dictadura cívico-militar de Videla, pero también en contra de la inacción de Cristina Fernández en cuestiones de derechos humanos que enumeran: la tragedia del Once, la represión a los Qom, el nombramiento del General Milani y el apoyo a la “represión en Venezuela”.
El error conceptual es que el 24 de marzo se repudian violaciones a los derechos humanos gravísimas e indiscutibles que todo el espectro político democrático rechaza en Argentina. Son realmente crímenes de lesa humanidad. Se secuestraron, torturaron y asesinaron miles de ciudadanos. Se robaron bebés. Se hicieron desaparecer cadáveres, impidiendo a sus familias disponer de ellos según sus creencias.

Ninguno de los hechos mencionados tiene similar jerarquía, ni el mismo grado de consenso en cuanto a su carácter. Incluir en el repudio del 24 de marzo hechos que dividen a las fuerzas democráticas, resulta claramente una decisión en beneficio de aquellas fuerzas que desean un retorno a regímenes como el de 1976. Es poner la política por delante de los principios.

El error operativo se vincula al análisis de cada uno de los hechos.
La “Tragedia del Once” puede ser vista como un accidente o como resultado de una mala gestión de aquellos implicados en el manejo de los trenes (conductor, ejecutivos de la empresa y funcionarios públicos encargados de supervisarlos). No se trata de un hecho intencional: nadie provocó, hasta donde sabemos, el choque “a propósito”. Nadie deseaba la muerte de esos pasajeros. Por lo tanto el símil con los hechos de 1976 es un error evidente.
La represión a los Qom fue un hecho eminentemente provincial. Y si bien el gobernador en cuestión (Gildo Insfran de Formosa) es parte del FpV, adjudicar la responsabilidad de todos los errores de los gobernadores a la Presidenta de la Nación no es justo porque no se atribuye a ésta el mérito de sus aciertos.
El nombramiento del general Milani sería el que más podría aceptarse como parte de la lista, pero con muchas salvedades. Ha habido muchas discusiones en torno a su nombramiento, incluso dentro de gente allegada al oficialismo, pero no hay un consenso claro acerca de su situación. Y dada la juventud de Milani en 1976 (22 años), sus responsabilidades, si las hubiera, serían mínimas.
Finalmente queda el último caso de la lista, Venezuela., que quizás sea el que menos debería estar en esta enumeración.
En Venezuela hubo hace diez meses elecciones controladas por diversos observadores internacionales, que no encontraron irregularidades. Los perdedores se negaron a reconocer el resultado. Convocaron a sus seguidores a la calle y generaron situaciones en las que murieron más de una decena de  ciudadanos venezolanos vinculados al PSUV –chavismo-.
Hoy parte de esa dirigencia continúa desconociendo al gobierno de Maduro (que si bien ganó por 275.000 votos las elecciones presidenciales, arrasó en las municipales, realizadas poco después). Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma convocan a sus partidarios a la calle y plantean como objetivo la salida anticipada del gobierno. Lo plantean explícitamente. Los manifestantes opositores han cortado calles, incendiado autos, atacado edificios públicos y a las fuerzas de seguridad, tendido alambres galvanizados en las calles de lado a lado para impedir el tránsito con motocicletas (generando el degollamiento de varios transeúntes motorizados)…  Hay infinidad de fotos donde se ve gente armada, incluso con armamento sofisticado, entre estos “estudiantes”. Se han detectado francotiradores atacando a integrantes de las fuerzas de seguridad.
Ha habido incidentes, con muertos entre los ciudadanos comunes (chavistas y opositores), y también entre las fuerzas de seguridad.
El gobierno de Nicolás Maduro ha sumariado a tres decenas de uniformados acusados de excesos en la represión de estos hechos.

Resulta sorprendente la similitud entre el accionar de los “estudiantes” venezolanos, y el de otros grupos que en estos últimos tiempos han derrocado o intentado derrocar gobiernos en lugares tan diversos como Ucrania, Siria y Libia. Las similitudes son difíciles de explicar, a menos que aceptemos que los ideólogos de todas estas protestas son los mismos que, en otros tiempos, sincronizaban los golpes de estado en América Latina . Esa es casi la única explicación posible…

El gobierno argentino apoya a las autoridades venezolanas legalmente constituidas frente a los que es un intento (que los mismos  opositores reconocen) de derrocarlas.
Resulta extraño que la Juventud Radical considere que cortar calles, arrojar bombas molotov, tender alambres de púas como en una trinchera y armarse, son recursos políticos válidos de organizaciones democráticas. Sorprende que los radicales apoyen un golpe de estado y accionares “políticos” de tipo terrorista. Esto está muy alejado de la rica historia del radicalismo.
La UCR es un partido más que centenario, que ha dado varios presidentes a la Argentina, e infinidad de gobernadores, intendentes y legisladores. Es realmente una pena que abandonen un apoyo a las prácticas democráticas que sostuvieron por tantos años.
Leandro N. Alem, casi mítico fundador de la UCR, dijo una vez “Que se rompa pero que no se doble”. Se rompieron hace mucho tiempo. Ahora, además, se doblan. Una pena.

Adrián Corbella
20 de marzo de 2014 

INFORMACIÓN RELACIONADA:

 Santoro: "Como radical me da vergüenza el afiche del 24 de marzo de mi partido" http://www.telam.com.ar/notas/201403/55992-santoro-como-radical-me-da-vergenza-el-afiche-del-24-de-marzo-de-mi-partido.html

Fuertes cruces en la UCR por el afiche contra Cristina  http://www.infonews.com/2014/03/20/politica-130398-fuertes-cruces-en-la-ucr-por-el-afiche-contra-cristina.php


Algún radical coherente todavía queda.

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