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martes, 4 de marzo de 2014

Ajustes de cuentas en Siria, por Eduardo J. Vior (para "Miradas al Sur" del 02-03-14)

Miradas al Sur. Año 7. Edición número 302. Domingo 02 de Marzo de 2014
 
Anticipando un posible apoyo de EE.UU. a los islamistas y la extensión de la guerra al Líbano, el gobierno sirio se apresura a recuperar posiciones rebeldes.
Que Alá lo acepte. Estamos llorando con toda la nación islámica el martirio de Abu Jalid Al Suri.” El comunicado del Frente Al Nusra salió inmediatamente después de que un comando suicida asesinara el domingo pasado en Alepo al representante en Siria de Al Zawahri, el máximo jefe de Al Qaeda. Aunque el Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS) niegan su responsabilidad, el líder de Al Nusra, Abu Mohammed al Golani, les dio cinco días para que demuestren su inocencia. “De lo contrario”, advirtió, “la nación va a combatir el pensamiento ignorante y agresivo.” El enfrentamiento entre ambas facciones islamistas favorece al presidente Baschar Al Assad, que está luchando por liberar la carretera que une Damasco con el norte del país, los alrededores de la capital y las vías de comunicación con el Líbano, por donde llegan las milicias chiitas de Hezbollah, refuerzo vital para sus tropas.
Assad apura la marcha, para conquistar posiciones decisivas, mientras EE.UU. está ocupado en Ucrania y las negociaciones de Ginebra se estancan. El gobierno sirio se halla aún más acuciado, por cuanto hay señales de que Washington podría entenderse con los islamistas de Al Nusra, para reunificar a la oposición y liquidar a los extremistas del EIIS. Ambos grupos islamistas proclaman su lealtad a Al Qaeda, pero el EIIS fue recientemente expulsado por Al Zawahri. Se trata de un grupo extremista especialmente fanático, compuesto mayormente por voluntarios extranjeros que aplican la ley tradicional islámica de modo brutal. Después de un año de fracasados intentos de acuerdo entre ambas organizaciones, el asesinato de Al Suri colmó la paciencia de Al Nusra. Sin embargo, su decisión dividió a los líderes de la red terrorista. Maamun Hatem, por ejemplo, urgió a Al Golani a no desobedecerlo y Abu Abdala Al Afgani le señaló que no ve “la relación entre el martirio de Al Suri y la amenaza contra el EIIS”.
Mientras tanto unidades de Hezbollah y del ejército sirio mataron el miércoles a por lo menos 175 rebeldes islamistas en una emboscada al Este de Damasco. La fuerza aérea bombardeó también posiciones islamistas en las montañas al Oeste de la capital y la artillería gubernamental atacó enclaves en la frontera con el Líbano. Según el diario libanés Al Ajbar, el ejército sirio se está preparando para asaltar los bastiones islamistas en Yabrud, al Oeste de Damasco, cerca de la frontera con el Líbano.
Por su parte, la Fuerza Aérea de Israel bombardeó el lunes un convoy de Hezbollah que transportaba cohetes cerca de la frontera sirio-libanesa, confirmó anónimamente una alta fuente de la defensa israelí a la revista Time. Por su parte, el canal de televisión saudí Al Arabiya informó desde Dubai que cazas israelíes atacaron bases de Hezbollah en las inmediaciones de la villa de Nabi Chit, en el oriental Valle de la Bekaa. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, sugirió durante una conferencia de prensa que mantuvo junto con la canciller alemana Angela Merkel que aviones de combate israelíes habrían estado involucrados en el ataque al convoy de Hezbollah.
La conducción de la organización chiita libanesa se tomó más de un día antes de confirmar, el miércoles, que el ataque se produjo dentro del Líbano y anunció que “vamos a elegir el momento, el lugar y los medios apropiados para responder”. Analistas libaneses consultados por Al Ajbar interpretaron el ataque como un test israelí para probar si la participación de Hezbollah en Siria, y su alerta ante los ataques terroristas sunitas dentro del Líbano, ha afectado su disposición para combatir contra Israel. Si así fuera, preguntan, ¿quiere decir que Jerusalén está preparando una nueva guerra contra la resistencia libanesa? ¿Pretende apoyar a sus aliados sirios atacando en la frontera libanesa? Dado el actual equilibrio de fuerzas, no es imposible que la coalición anti Assad intente alcanzar una ventaja estratégica avanzando sobre el Líbano. Si golpearan a Hezbollah, afectarían un apoyo vital para el gobierno sirio.
Como confirmando esta presunción, Hassán Nasralá, el secretario general de Hezbollah, urgió recientemente a sus comandantes y oficiales de inteligencia a operar como si estuvieran combatiendo en tres frentes al mismo tiempo: en Siria, en el Líbano y contra Israel. No se descarte entonces que Hezbollah responda al ataque israelí, para mostrarle que sigue vigilante.
Al Assad intensifica sus ataques antes de que EE.UU. se involucre nuevamente. Las armas rusas y el petróleo iraní siguen llegando y Hezbollah refuerza al ejército sirio. Los islamistas del Frente Al Nusra, por su parte, están en lucha contra el EIIS, también presionado desde Irak. En este contexto, EE.UU., acompañado por Israel, parece acercarse a Al Nusra para reunificar la oposición contra Assad.Teniendo en cuenta el rol vital del Líbano para la defensa de Siria, Hezbollah se prepara para una nueva guerra. ¿Está dispuesto Washington a recostarse nuevamente en Al Qaeda y arriesgar la extensión de la guerra al Líbano? Si así lo hiciera, obligaría a Rusia e Irán a involucrarse más profundamente y debería a su vez intervenir directamente. Es dudoso que en un año electoral el presidente Obama se meta en una guerra regional en gran escala y de duración imprevisible, pero, como dijo un analista militar israelí hablando de Hezbollah, “ésta es nuestra lógica, no necesariamente la de ellos”.

Publicado en:
 http://sur.infonews.com/notas/ajustes-de-cuentas-en-siria

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