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domingo, 13 de octubre de 2013

Guerreros Digitales: Granitos de arena para desterrar la oscuridad, por Gustavo Rosa (para "Apuntes Discontinuos" del 12-08-13)


El autor de estos apuntes nunca imaginó algo así. El jueves se realizó la presentación del libro “Guerreros Digitales, cibermilitancia y batalla cultural”, publicado junto con Perra Intelectual y Adrián Corbella por editorial Dunken y con el generoso prólogo de Dante Palma. Mariana Moyano, columnista de Visión 7 y de 678, ofreció una profunda charla sobre medios, militancia, kirchnerismo y algunos temas más muy vigentes y cruciales para estos tiempos que corren. Una emoción inmensa recibieron los autores al encontrar entre los espectadores a la actriz española Susana Hornos, que dedicó elogiosas y cálidas palabras sobre la aparición del libro. El viernes, los blogueros ahora en papel, fueron recibidos en los estudios de la Tv Pública por Osvaldo Quiroga para una entrevista en su programa Otra Trama, que debería ser emitido en horarios menos noctámbulos, dada la trascendencia de sus contenidos. Lo insospechado, ocurrió. Esto, que sólo fue planeado como un proyecto personal para mimar el ego de tres ignotos escritores, parece convertirse en algo que ocurre por primera vez. 

 
Veamos: tres extraños habilitan en distintos momentos tres espacios virtuales para expresar su simpatía por un proyecto de país y aportar algunos granitos de arena para comprender la realidad mediática y política. Nada más que eso. Después se conocieron en las redes y comenzaron a interactuar. En mayo de 2012 se vieron las caras por primera vez y una pequeña luz se encendió entre ellos. Al poco tiempo, surgió un remoto proyecto de libro que se concretó un año después. Guerreros Digitales es el producto de un entrecruzamiento de ideas, propuestas, sugerencias, discusiones que se concretaron en la virtualidad del ciberespacio. Gracias a la magia de una diseñadora muy tímida, conocida mundialmente como Cora, el volumen adquirió un atractivo visual sorprendente. El jueves 10 de octubre, los cuatro hacedores del libro se ven las caras y celebran este emprendimiento surgido de la virtualidad. Y ésa es la segunda vez que se encuentran fuera de la matrix. El ordenamiento de los contenidos por capítulos y sub capítulos, sugiere un engarce mucho más profundo que si hubiera presentado a los autores por separado. El resultado es un diálogo sobre las dificultades y éxitos en la reconstrucción de nuestro país entre tres personas que viven en lugares distintos.
Lo de los lugares distintos no sólo desde el punto de vista geográfico. Los saberes, posiciones y estilos también son diferentes pero confluyen en un mismo recorrido: de-construir un sentido común devastador para cimentar otro más prometedor, más colectivo, más luminoso. Si este pequeño hecho formará parte de la historia, nadie lo puede anticipar. Pero los tres escritores ya no tan anónimos planean, de acuerdo al espíritu de estos tiempos, ir por más. ¿Qué hay en ese libro además de pasión, compromiso y algunas buenas lecturas de la realidad? No mucho más ni mucho menos: la honestidad de las miradas, disparada por la promesa de tiempos mucho mejores, como nunca antes en nuestra historia. O sí, pero más de medio siglo atrás. Recuperar el Sueño y no dormirse en el intento puede ser el propósito que persigue este libro surgido de tres blogueros.
Acompañar la locura gubernamental de enfrentar a los poderosos, puede ser el otro. Y defender, denunciando las operaciones mediáticas y esquivando las bombas de estiércol que los enemigos de la democracia arrojan todos los días sobre este prometedor sendero. Sumar, invitar, traducir y sintetizar. Y todos los infinitivos que aporten en la reconstrucción de nuestro país, sometido, fragmentado y saqueado por los que ahora se presentan como salvadores y custodios de la moral y la república. Desde las guaridas de Clarín vomitan improperios, hipocresías y prejuicios para interrumpir este recorrido que busca recuperar lo escamoteado en décadas pasadas. El objetivo es sembrar de sospechas el escenario político para debilitar al proyecto K y forzar su destierro. Para los desprevenidos, desde la pestilente cadena de medios que envenena a su público no se difunden interpretaciones subjetivas de los hechos, sino manipulaciones perversas que sólo buscan desatar el caos. El nuevo episodio sobre la salud de La Presidenta puede resultar ilustrativo.
Otro susto más y una amenaza menos. La operación –la quirúrgica, no mediática- salió muy bien y sólo resta que Cristina se recupere, como está ocurriendo. Y el reencuentro será un nuevo hito de esta historia que estamos escribiendo los buenos argentinos. Los malos no escriben, sólo tratan de instalar otra vez lo que está escrito desde hace mucho y resultó tan dañino. Los malos son los que quieren retornar a ese pasado tan nefasto en el que gobernaban a su antojo. Algunos pueden considerar exagerado o pueril las categorías ‘buenos’ y ‘malos’ para efectuar una lectura de los hechos. Por supuesto que otras duplas de opuestos resultarían más ilustradas, pero menos ilustrativas: fieles-traidores, oficialistas-opositores, keynesianos-neoliberales, ciudadanos-individuos, civilizados-bárbaros. Pero, más allá de las exquisiteces idiomáticas, esos simples calificativos –buenos, malos- abarcan a todos. ¿Qué adjetivo podría usarse para los que se regodearon al informar sobre la salud de CFK, sin apelar al vocabulario soez? ¿O para los que sólo siembran desconfianza para cosechar rebelión? ¿O para los que celebran un hipotético triunfo de los candidatos del establishment, que sólo amenazan con ajustes y restauración de privilegios apenas limados? Más simple: los que promueven el mal, son malos y lo que ellos quieren –acrecentar sin límites sus arcas- significaría un retroceso enorme en los derechos conquistados.
Durante la campaña para las PASO, el spot más recordado será, sin dudas, el de Argen y Tina. No por su excelencia, claro está, sino por sumergirse en el ridículo. Casi tanto como el ahora massista y dentro de poco no se sabe Felipe Solá al referirse a la capacidad de Amado Boudou para ejercer la presidencia. En el corto de Unen, la división convertía a Argentina en un país invivible. Los más insignificantes conflictos cotidianos estaban atravesados por ese invento kirchnerista de la división. No fue la única fuerza no política que explotó el antagonismo inconciliable. El menguante Francisco de Narváez impuso una frase disyuntiva, “Ella o vos”, que, además de insustancial reforzaba el individualismo que tanto alienta la derecha. Imposible olvidar la frase publicitaria que condujo al enjuiciado Jefe de Gobierno porteño a un segundo mandato: vos sos bienvenido. Un dedo autoritario que designa a los que pueden entrar y los que no. Muchas divisiones planteadas por los que denuncian la división.
La fragmentación –para no abusar de esa operación matemática- ha existido siempre y es inevitable. El kirchnerismo no la ha inventado, aunque sí la dejó en evidencia. Que hay una raya que divide en dos a los argentinos, no quedan dudas. Y, para no alarmarnos, en todos los países debe pasar lo mismo, con más o menos fiereza. Aunque algunos no puedan o no quieran comprenderlo, esa división es entre buenos y malos. Los malos nos quieren tener a merced de sus despiadadas ambiciones. Los buenos somos los que muchas veces hemos sido sus víctimas. Como no debemos permitir que esto suceda, es necesario conocerlos, controlarlos o reducirlos. En esto estamos y seguiremos estando. Y tres guerreros digitales no son suficientes para tamaña contienda. 
 
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1 comentario:

  1. Este texto puede servir como introducción del libro de próxima aparición "Guerreros Digitales II: la batalla continúa" o algo así. Y, Adrián, no sólo sos protagonista de este texto, sino alma máter (o pater) del proyecto. Abrazo y gracias por incorporar este apunte a tu espacio.

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