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lunes, 19 de agosto de 2013

Las Paso: un 2013 más pensando en el 2015, por Raúl Isman (para "Redacción Popular", agosto de 2013)


Por Raúl Isman
Docente. Escritor.
Colaborador habitual
del periódico socialista El Ideal.
Director de la revista
Electrónica Redacción popular.
Columnista en política internacional
del Canal Señal Oeste (Moreno) y
del Programa radial Periodismo consentido.

"Por eso creo que tenemos que tener mucha fuerza y mucha templanza, porque en realidad los intereses que hoy están enfrentando este proyecto no van con nombre y apellido en las listas, tienen representantes o gerentes en las listas pero están afuera. Cuando Wall Street se pone contento, muchachos preocupémonos, porque cada vez que se pusieron contentos ellos, a nosotros nos fue muy mal en la Argentina."
Cristina Fernández. Discurso del 14 de agosto del 2013.
El escenario parlamentario instalado en la Argentina de cara a la renovación parlamentaria del corriente 2013- en la que aún en una mala elección el Frente Para la Victoria mantendría el control del parlamento- instaló a las P.A.S.O. en los hechos como una encuesta de cara a la próxima renovación presidencial, dentro de dos años. El resultado- en el que el espacio nacional y popular perdió más de 20 puntos a nivel general- sepultó el sueño reeleccionista; de todos modos muy difícil de plasmar dadas las enormes mayorías que es preciso construir para en una reforma constitucional. De hecho el debate está centrado en la crucial cuestión de fin o continuidad del ciclo Kirchnerista; o para decirlo de modo más abarcativo: o continua una fuerza que confronta con el poder económico y favorece así al pueblo o el poder político vuelve a ser colonizado por quienes están acostumbrados a mandar desde la invisibilidad absoluta, tal como lo definió Cristina en su discurso del miércoles 14 de agosto. En esta segunda vertiente hacen cola desde los radicales y "socialistas"; frente renovador, peronismo disidente, pinosolanismo o republiquientos de opereta. Para no perder la costumbre en tren de errar las cuestiones políticas centrales, desde analistas y cenáculos de las trasnochadas izquierdas argentinas el punto decisivo reside... "en que nadie cuestiona al sistema capitalista". Jamás se hacen dos preguntas: una si en otras partes del orbe el capitalismo es cuestionado por destacamentos masivos y la segunda porqué desde las grandes mayorías no existe visibilidad ninguna para tales proyectos anti-sistema.
Nuestro análisis se centrará en la madre de todas las batallas, la provincia de Buenos Aires, bastión electoral del proyecto nacional y popular donde la derrota es mucho más dolorosa y en el que intentaremos esbozar algunas ideas provisorias para explicar el revés y ciertas líneas de acción para lo que vendrá.

Derrota de un proceso de construcción con límites muy marcados.

El Kirchnerismo arribó al gobierno en el año 2003 casi de modo fortuito y siendo más conocida públicamente la actual mandataria que su esposo. Con 22% de los votos el inesperado presidente y su viuda construyeron un espacio que se mantiene por más de una década en el poder a favor de una capacidad de iniciativa política encomiable y el uso del presupuesto público para la articulación de un frente de sustentación de la gobernabilidad. En diversos textos hemos llamado a tal construcción el foco pacifista; en razón que su núcleo central es marcadamente minoritario y su tarea principal consiste en extender derechos y derramar beneficios en favor de los sectores populares y otros sujetos subalternos; pero ni siquiera en caso de situaciones extremas los convoca para ser protagonistas de las transformaciones. La construcción política en el Kirchnerismo atravesó tres etapas, no estrictamente desmarcadas una de otra, sino más bien relacionadas capilarmente. Ellas son:
I) La transversalidad, apuesta primitiva de Néstor Kirchner a la construcción de un frente abarcativo de quienes se salvaron del naufragio de los partidos políticos tradicionales, que eclosionó con la crisis del 2001. Rápidamente quedó clara su insuficiencia y su fruto podrido (la traición del vicepresidente Cleto Cobos una inolvidable madrugada en 2008) terminó de remachar la muerte de la errada e insuficiente arquitectura política.
2) Luego del triunfo electoral del 2005 y ya agotada la transversalidad Kirchner apostó a una alianza con el Partido Justicialista, en particular en la provincia de Buenos Aires y su resbaladizo corpus de alcaldes del conurbano. La escasa lealtad de la pejotocracia de intendentes fueron parte de la explicación central de las derrotas del 2009 y del domingo 11 de agosto de 2013, que analizaremos con más detenimiento en el próximo apartado.
3) Asumida su segunda presidencia, la apuesta de Cristina, en términos de construcción política, fue por nuevas organizaciones juveniles cuasi o para peronistas; en particular, La Cámpora, entre otros encuadramientos bajo el paraguas común de Unidos y Organizados. Inclusive en ciertos momentos se especuló con que dicha agrupación era la única expresión del Kirchnerismo; aún desechando al P.J. Si se midiera por la eficacia para alcanzar los objetivos señalados el balance es marcadamente deficitario. Nos parece que uno de los límites centrales del conjunto de estos espacios fue privilegiar el crecimiento interno de cada agrupación, a despecho y en detrimento del fortalecimiento y consolidación del propio proyecto general. Por otra parte, la partición entre una dirigencia que baja línea y una base sometida exclusivamente a "transpirar la camiseta" para aplicarla- existente también en estas organizaciones- es una crítica que el autor de las presentes líneas realiza y escucha desde hace más de cuatro de vida política.
Las consideraciones previas permiten enmarcar las dificultades de un gobierno sin una base política propia para dialogar con la sociedad y comunicar de modo orgánico sus logros, límites y dificultades. Por otra parte, la condición de "foco" que aludíamos más arriba reforzó un cierto asilamiento con respecto a las demandas de la fracción de la sociedad que nos dio la espalda el 11 de agosto.

Las causas de la derrota.

El dolor por la derrota en la provincia de Buenos Aires no debe- más bien al contrario- obturar el análisis. Por cierto que nuestro espacio y nuestra conducción cometió ingentes errores. Pero tal vez a contrapelo de otras interpretaciones diremos que la oposición cosechada se debe mucho más a los aciertos que a los yerros.

a) En nuestra modesta opinión la principal causa reside en el mensaje (traidor) de la pejotocracia de alcaldes conurbanos que sólo aceptó a regañadientes al Kirchnerismo a cambio de ingentes recursos con los que mejoraron sus respectivas gestiones. Por cierto que no se trata de todos. En la zona sur hay un tejido de intendencias que jugó con mucha lealtad. Pero en otras zonas claramente se registró lo que un medio denominaba de la siguiente manera: "Hubo una marea massista que no pudieron resistir”, los salvan quienes no creen que Hugo Curto (Tres de Febrero), Mariano West (Moreno), Alberto Descalzo (Ituzaingó) o Mario Ishii (dueño y señor de José C. Paz) hayan jugado a dos puntas. Otros no son tan benévolos, pero evitan hablar de traición: “Trabajaron a media máquina, para mandar un mensaje”. El Kirchnerismo claramente supera los límites tolerables que aceptan estos dirigentes, que prefieren la docilidad con relación al poder real, antes que la confrontación k. Hay dos hechos que confirman nuestra afirmación. Para diputados provinciales el F.P.V le sacó al masismo la misma diferencia que este al oficialismo en curules nacionales. ¿ Si esto no es un mensaje los mensajes donde están? Pero para más pruebas, un ex leal no espero ni veinticuatro horas para declarar: "Mario Ishii, el hombre fuerte José C. Paz, ensayó una autocrítica y afirmó hoy que la "sociedad está enojada con la gestión" de Cristina Kirchner."Fue una cagada a palos tremenda en la provincia de Buenos Aires", reconoció Ishii, quien fue candidato a senador provincial por el Frente para la Victoria en su distrito, en diálogo con Radio 10" (de la versión electrónica del matutino La Nación). El autor de estas líneas se tomó el trabajo de movilizarse al citado municipio y comprobó que no existe enemistad manifiesta entre Cristina y el pueblo que recorre calles asfaltadas y las que aún son de tierra. Escucho también referencias a punteros locales peronistas que empujaban por el massismo. Además, sería tarea ímproba explicar por cientistas políticos y otras disciplinas sociales, porqué en el citado municipio hay tanto enojo con una presidente que se limitó a cumplir sus promesas del 2011 y aportó mucho dinero público para un desarrollo económico, habitacional, en salud, en educación y en muchos otros aspectos inédito en toda la existencia histórica del mencionado territorio. Por nuestra parte preferimos interpretar las declaraciones de Ischi como la (prematura) señal de largada para el desbande, operación compartida con Hugo Moyano y coordinada con La Nación, Clarín y otros medios cercanos al poder real. La verosimilitud y realidad de la dispersión anunciada está aún por verse. Pero claramente es la apuesta a la que se juegan con fervor los grandes medios de la reacción. Por otra parte, es sabido que no hay virtud más declamada y menos practicada en el peronismo que la lealtad.

b) En una elección legislativa el voto se dispersa, con relación a un comicio por puestos ejecutivos. Pero de allí a lo ocurrido el 11 de agosto hay mucha distancia, que el análisis no puede soslayar. No puede dejar de destacarse que el F.P.V. fue fiel y consecuente con su programa votado en el 2011 y perdió más votos (en cantidad y en porcentajes) que De La Rua en el 2001. El desgaste de más de una década de gestión, por exitosa que fuera, juega también para explicar lo inexplicable. Por otra parte, en Municipios amigos y leales hubo déficits de operatividad en lo territorial que ayudan a comprender el revés. Del otro lado no las tienen tampoco todas consigo. El segundo candidato a diputado nacional e intendente de Almirante Brown, Darío Giustozi, ganó en su distrito por diez puntos porcentuales, cuando en el 2011 había arrasado por casi tres cuartos de electores.

c) La designación del intendente de Tigre, Sergio Massa, como nueva esperanza blanca y estrella de la derecha fue largamente preparada y preanunciada por los medios y se inscribe en una estrategia continental diseñada desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Tal orientación consiste en presentar candidatos "continuadores" y no opositores del proyecto que desean derrotar, "secando" de ese modo el manantial en el que naden las fuerzas populares. El primer ensayo fue en la presidencial de octubre de 2012 y les salió mal, porqué fue triunfo incuestionable del ya entonces condenado comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Pero la muerte del ilustre bolivariano obligó a nuevo acto electoral y allí las diferencias se acortaron dramáticamente, llegando Henrique Capriles Radonski a un cuasi empate. Massa se inscribe en tal orientación por razones de precedencia ideológica (proviene de la neoliberal U.C.E.D.E. y su peronismo es tan formal como vacio y oportunista), por sus raíces sociales (es expresión de las acorazadas clases medias y altas furibundamente enemigas del proyecto nacional), por sus vínculos políticos (asiduo concurrente a la embajada norteamericana en busca de luz para orientarse) y además sus modos de hacer política parecen inseparables de Mauricio Macri. No decir nada con contenido es el libreto del que procura no apartarse bajo ningún aspecto. Ejemplos, construimos hacia el futuro y no miramos al pasado es un slogan que no merece ser tomado en cuenta, si no fuera porqué impacta en una franja de personas despolitizadas, que en el 2009 le permitieron ganar a De Narvaez y ahora al intendente de la Miami fluvial del subdesarrollo. Los crímenes siempre ocurrieron en el pasado. ¿Por qué (con justicia) no hay que olvidar el asesinato que realiza un delincuente común y hay que echar un manto de olvido sobre los crímenes de la dictadura militar? Por cada agravio, una propuesta, era otro de sus latiguillos. Parece que las propuestas eran los insultos que su esposa le propinó al gobernador de la provincia, Daniel Scioli. El candidato dijo que su mujer debería disculparse. Pero no lo hizo y Massa omitió volver a mencionar el tema. En esta elección, a favor de haber capturado gran parte de la opinión despolitizada y con el discurso recién analizado según el periodista Raúl Kollman" sólo seis de cada cien personas votaron a Massa por su perfil opositor, es decir que una parte de los votantes piensan que algo así como “una nueva etapa del kirchnerismo”. Sobre ese sector es preciso focalizar el trabajo para clarificar las cosas y capturar al menos parte de esa franja para la definitiva de octubre, en la que el Frente Renovador (de la cara de los neoliberales y conservadores) puede sumar gran parte de los votos que capturó De Narvaez.

d) Por cierto que no jugaron un rol menor los medios que blindaron a Massa. En el análisis de Kollman ya citado "Seis de cada diez personas que lo eligieron fundamentaron su apoyo en “los antecedentes de Massa en la gestión”, es decir, la fama que construyó al frente de la intendencia". Mientras que destacan con brillo escarlata de sangre cada hecho de inseguridad, ocultan otros similares ocurridos en Tigre. Por otra parte, la cotidiana reiteración del desanimo, la constante instalación de denuncias sin (o con) fundamento, el aliento a la agresividad desplegada en los cacerolazos, la mentira descarada y ponzoñosa (como dudar de la salud mental de Cristina) entre otras cuestiones son los aportes realizados por los massmedia para crear el clima de época, sin el cual Massa no ganaba. El gobierno utilizó los medios propios para fortalecer su propio núcleo de apoyo, que creció en dimensión militante. Pero el sistema público fue altamente ineficiente para interpelar a quienes no se referenciaban con el espacio nacional y popular.

Lo que queda (por hacer)

En el 2009, luego del duro revés sufrido ante De Narvaez, Néstor Kirchner levantó la frente y salió a caminar el país con ánimo y perspectiva militante bajo la consigna evitar la restauración conservadora. Si bien por motivos diversos y complejos las condiciones hoy son mucho más complejas que las recién mencionadas, el pinguino, Chávez y todos los luchadores por nuestros pueblos deben ser recordados rescatando lo mejor de sus trayectorias. Y no hay otra perspectiva progresista viable para gobernar el país que el F.P.V. Alentar o permitir que el F.P.V. deje el ejecutivo equivale a complicidad con el neoliberalismo.
Dado el ordenamiento resultante de los comicios y que la derecha ha conseguido dar con su profeta que la puede guiar en la travesía por el desierto para alejar para siempre la "malvada noche kirchnerista", el tinglado legislativo resultante - en caso de sostenerse los resultados del 11 de agosto- pierde relevancia y no traerá modificaciones sustanciales. La cuestión de fondo es quién gobernará la Argentina desde el 2015. Desde la oposición, además vergonzante, el lugar del massismo es relativamente fácil: colecta votos de las clases altas y medias rabiosamente anti-k y de votantes tibios no enemigos del gobierno. Pero construir una opción de gobierno es mucho más complejo y las burdas contradicciones entre su discurso y la realidad quedarán por demás expuestas y amplificadas. Por ejemplo, sus apelaciones al budismo zen se dan de patadas con la presencia en su espacio del matrimonio Barrionuevo; ella campeona de boxeo parlamentario y él quemador de urnas. No pasaron tres jornadas desde la elección y afiches callejeros ya proclaman a Massa candidato a las presidenciales. Mauricio Macri deberá volver a sus empresas (claro que no a trabajar), De la Sota deberá exiliarse en Córdoba y Cobos será obligado por el grupo Clarín a ser actor de reparto en la construcción de un presidente sumiso al poder económico.
En una campaña "limpia" y normal El F.P.V., que conserva el 30% a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires, cuenta con enormes chances de revalidar la presidencia e ir por otra década ganada. Pero los próximos dos años estarán, probablemente, alejados de toda normalidad. La derecha al oler la posibilidad de volver a colonizar al poder político se pone como las fieras frente al aroma a sangre. Partamos de la base que desde el pan-radicalismo, el Pro y el patético "socialismo" argentino no puede nacer candidato competitivo alguno. La cosa es Massa o Cristina, aunque la presidente no puede competir para el sillón que ocupa. Pero puede ser candidata a gobernadora en la provincia de Buenos Aires. ¿Quien puede ser el candidato a ese sitial del Massismo? ¿Giustozzi, Graciela "Mike Tyson" Barrionuevo?
En una elección ejecutiva los logros de gestión se ponderan mucho más. De modo que la campaña del frente para la victoria dependerá mucho de los restantes dos años de gobierno. Y gran parte de la burguesía se prepara para actuar como "fondo buitre" desestabilizando la economía argentina, única posibilidad de sacar del juego a Cristina. Tal situación fue la que la presidente salió a enfrentar con su discurso del miércoles 14 de agosto, conminando a los grandes empresarios industriales y bancarios a debatir un modelo de país. Hermes, "la esfinge litoraleña" Binner, demostró una vez más su ruindad política y moral al cantar a coro con el grupo Clarín sandeces acerca de la salud de Cristina para invisibilizar al poder económico. Sería deseable que las reuniones- a las que también están convidadas las cúpulas sindicales- fueran públicas y televisadas de modo que en caso de intentar desbordes hiperinflacionarios, fuga de capitales o cualquier triquiñuela quedasen adecuadamente señalados. No es un camino fácil, pero nunca hay que olvidar que Raúl Alfonsín ofrendó al poder económico el abandono de lo mejor de sus planteos progresistas e igual lo trituraron. Ganemos, empatemos o perdamos este combate de fondo hay que ser consciente de contra quien contendemos para no hacer el ridículo que realizó el doctor Juan Carlos Pugliese, ministro económico de Alfonsín, que declaró frente al ataque empresarial "les hablé con el corazón, me respondieron con el bolsillo". Sólo un radical puede creer que en el espacio en que tales buitres sólo tienen euros, dólares o yens pudieren albergar sentimiento alguno que no fuera la insaciable codicia que los motiva. La presidente señaló la gran tarea estratégica de la hora y se la cargó para sí. No pasaron ni veinticuatro horas y la derecha respondió de modo artero poniendo en dudas la salud mental de la mandataria a través de tres de sus peores lacayos, Nelson Castro e Hilda Duhalde, además del ya citado Binner. No se trata de resaltar los objetivos golpistas claramente implícitos, sino de remachar que la reacción jamás debate los temas de fondo. Su objetivo no es polemizar si no oscurecer todas las cuestiones. La pinza mediática, articulada con la económica pueden ser la herramienta para enviar este magnífico proyecto nacional, popular, democrático y progresista al desván de la historia. Otros objetivos fundamentales pasan por disminuir la distancia en la provincia de Buenos Aires, evitar la dispersión política en nuestro espacio y apoyar desde la cotidianeidad los esfuerzos que se hacen por evitar la desestabilización económica. Depende de los ciudadanos votantes, de la abnegada militancia- que debe sumar eficacia a su habitual sacrificio-y de muchos factores más que el 2015 se parezca al 2011 y no sea un definitivo Waterloo.

Publicado en:
 http://www.redaccionpopular.com/articulo/las-paso-un-2013-mas-pensando-en-el-2015

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