Páginas

lunes, 29 de julio de 2013

El Contrato Social Kirchnerista, por Hernán Brienza (para "INFOnews" del 28-07-13)

 

La falta de discusión de políticas serias y la hegemonía que se alcanzó con la "década ganada". El caso Milani.


Por qué la campaña electoral es tan aburrida? Sencillo: el kirchnerismo se ha convertido en hegemónico hacia el interior de la sociedad. Hoy el contrato social planteado por el kirchnerismo en el 2003 es aceptado por casi todos los argentinos: un Estado fuerte, mayor presupuesto en educación y salud, Asignación Universal para los más necesitados, obra pública, nacionalismo económico, política de Derechos Humanos, defensa del valor agregado, etcétera. Entonces a la oposición no le queda otra que sonreír, dar besitos a los nenes, apelar al ceño fruncido de la presidenta, a supuestas divisiones estilísticas ("Ella o Vos", de Francisco de Narváez o la extrambótica "Argen o Tina", de Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbitzer).
La falta de ideas se debe a que no hay posibilidades de discutir políticas serias. De Narváez no puede decir lo que realmente quiere hacer porque perdería consenso dentro incluso de su propia familia. Sergio Massa tiene que hacer malabarismos musicales para hacer "kirchnerismo blanco", de la misma manera que Fernando de la Rúa hacía "menemismo blanco". (Mal favor le hacen al fariseo discurso de la no confrontación política del escudero Darío Giustozzi los hechos de violencia protagonizados el viernes por allegados del intendente de Almirante Brown contra militantes del Frente para la Victoria el viernes pasado en su propio distrito). Los partidos de izquierda, en vez de plantear una agenda positiva, se quejan del Impuesto a las Ganancias, en un minimalismo propio de Hugo Moyano, más que de revolucionarios antisistema y quedan con muy poco margen de acción propia. En UNEN capital, por ejemplo, todavía no pueden explicar por qué el autor de la Resolución 125 –las retenciones móviles– Martín Lousteau le levanta la mano a Rodolfo Terragno, opositor acérrimo a la ley creada por su compañero de fórmula. ¿Qué los une más que "las pilas" de lugares comunes?
Por su parte, el kirchnerismo decidió replegarse a una táctica defensiva de recordar todo lo que se hizo en estos años –"Kirchner lo hizo", podría ser el resumen malicioso– en vez de seguir prometiendo. De esa manera queda anclado en el pasado y no tiene la potencia de quien todavía tiene mucho por proyectar al futuro. Se trata de defender la alegría, pero mucho más de impedir que se convierta en melancolía. Por lo tanto hay que seguir alegrando, hay que continuar con la fábrica de construir sueños. En ese sentido, los resultados de la Mesa Nacional del Salarios son una realidad efectiva que astilla cualquier spot publicitario. Gobierno, empresarios y sindicalistas han logrado que el SMVM trepara a 3600 pesos, convirtiendo a los trabajadores argentinos en quienes reciben el mejor sueldo mínimo en dólares de la región, superando incluso, a una economía poderosa como la brasileña. El kirchnerismo es un gobierno de transformación permanente. En cuanto se serene, comenzará a desnaturalizarse y a perder potencia. Y todavía quedan materias pendientes: la cuestión impositiva, la reforma del sistema financiero con gravámenes a la renta, un saneamiento del sistema de salud, una mayor transparencia en las elecciones de las organizaciones del trabajo, continuar con el combate contra la pobreza estructural, etcétera. El mejor kirchnerismo, el que hace temer a la oposición, no es el que mira y se justifica en el pasado. Es el que se proyecta en el futuro. El que promete transformar la vieja Argentina de las corporaciones en el país de la democratización permanente. Porque ya se sabe que agua que no corre se estanca, y elementos que no se utilizan, se fatigan.

De corceles y de aceros. En una situación política tan delicada como es una campaña de medio término como las de octubre, alguien que realmente comprenda lo que se está jugando debería tener como principal objetivo no exponer a la conducción a situaciones críticas que la dejen en situación de peligro. En ajedrez nunca se deja al rey delante de las filas enemigas. Lo que ocurrió el lunes pasado por la mañana en la Comisión de Acuerdo con el nombramiento de César Milani como jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército fue exactamente eso: retener la pelota más de lo debido para que la presidenta de la Nación quede fuera de juego. Cuando la pelota llegó a sus pies, ya en off side, no tuvo más remedio que patear la pelota para adelante. ¿Qué interna política justificaba esta desacertada maniobra por parte del Centro de Estudios Legales y Técnicos, de aconsejar el retiro de ascenso el lunes a la mañana? El mensaje también está en la forma del mensaje.
¿Qué cruce de "bandas de inteligencias" era tan importante como para permitir ese traspié? ¿Cometió delito de lesa humanidad Milani en los años setenta? ¿Está probado? ¿O, como dijo la presidenta el martes a la noche, no hay un solo dato nuevo? Y si no hay informaciones nuevas ¿por qué hacer la jugada el lunes por la mañana? ¿Cuántos "Milani" hay en las Fuerzas Armadas capaces de articular un discurso y una pragmática acorde al proyecto nacional y popular que encabeza Cristina Fernández de Kirchner? Si hay diez, el kirchnerismo no pierde mucho con su remoción; pero ¿si hay menos? ¿Cuán "rara avis" es Milani dentro de Ejército? ¿Qué errores de inteligencia se cometieron en los últimos tiempos para que Milani fuera necesario?
En los últimos meses, la presidenta ha sugerido que es necesario comenzar a cambiar el paradigma de relación entre civiles y militares, entre kirchnerismo (como corriente de militancia) y Fuerzas Armadas. El límite, claro, es la comisión de delitos de lesa humanidad, porque eso sí pondría en contradicción flagrante al kirchnerismo y a su militantes con su propia política de Derechos Humanos, pero lo que sugiere la presidenta es que hay que comenzar a abandonar la mirada hacia el pasado y recomponer la relación con las FFAA cuya mayoría de cuadros –más allá de su corpus ideológico liberal conservador– no tuvo relación directa con la dictadura militar. ¿Es posible que, como en Estados Unidos por ejemplo, las Fuerzas Armadas estén en un futuro cercano para proteger los intereses de las mayorías, para defender el trabajo de los argentinos y no la acumulación de capitales de las minorías?

Publicado en:

 http://www.infonews.com/2013/07/28/politica-88604-el-contrato-social-kirchnerista-10-anos-de-kirchnerismo-paso-2013-derechos-humanos.php

No hay comentarios:

Publicar un comentario