Denuncian y se escandalizan por bolsos,
valijas y bóvedas que jamás demuestran ligazón alguna con actos de
corrupción. Lagrimean moralina pura con el blanqueo que pretende traer
dólares al país, pero cuando entre 1976 y 2003 la deuda externa pasó de
9738 millones de dólares a 175.800 millones no hicieron sino aprobar,
apoyar y celebrar la gran transformación semicolonial de la República y
la decadencia de su pueblo. Ese endeudamiento (y la estatización de la
deuda por Domingo Cavallo) fue el mayor acto de corrupción de los
últimos treinta y siete años. Así que memoria y consciencia pública para
consolidar el triunfo popular de octubre primero y 2015 después.
LA REPUBLIQUETA AL ACECHO.
Con la sola excepción de
los años 89/90, la deuda externa aumentó invariablemente entre Martínez
de Hoz y Eduardo Duhalde. La deuda per cápita (siempre se calcula como
porcentaje de PBI así que humanicemos), la deuda per cápita en 1983 era
de 1612 dólares por cabeza; en 1991 había aumentado a 1769; en 2001 a
4.432 y en 2003 a 4448. ¡Flor de administradores! Los intereses pagados
en el lustro 1990/95 promediaron los 4500 millones de dólares y 8500
millones entre 1995 y 1999. Los capitales argentinos en el exterior
saltaron de 60.416 millones de dólares a 106.966 entre 1990 y 1999.
Asimismo y entre 1992 y 1999, las crecientes ganancias que las filiales
argentinas de compañías multinacionales enviaban a sus casas matrices
totalizaron unos 13.763 millones. Indirectamente, el endeudamiento
externo representaba la forma de conseguir divisas para permitir el
brutal drenaje de fondos. Pero la deuda debía a su vez pagarse
religiosamente con mayores intereses y amortizaciones. Sumemos a todo
esto la fuga de capitales. La redistribución regresiva del ingreso y las
privatizaciones motorizaban a nivel interno la fuga de riqueza desde
las clases populares, el patrimonio público y la economía real a las
corporaciones y los capitales locales y extranjeros especulativos. En un
artículo titulado "Datos sobre la deuda externa de 1989", el candidato
PRO Carlos Melconian, ex candidato a ministro de Economía de Menem en
2003, daba cuenta del incremento de la deuda con el FMI, la cual había
pasado de 3100 millones en 1989 (5% sobre deuda externa sector público) a
14.592 millones en 2001 (16%). Como se sabe, Melconian es uno de los
muchos candidatos reivindicadores de la década del '90. En su
indispensable libro Historia económica, política y social de la
Argentina 1880-2003, Rapoport calcula que "en las postrimerías de la
década [del noventa], la deuda externa pública había adquirido así,
gracias al apoyo y consejos del Fondo, contornos explosivos. El pago de
los intereses respectivos, entre 1993 y 2001, alcanzó a más de 53 mil
millones" (Pág. 819). Carlos Menem era la estrella invitada del acto
inaugural de la Asamblea del FMI en 1998. Ese año y según cálculos del
economista Mario Rapoport, se fugaban del país unos 100 mil millones de
dólares. En el libro del ex lobbista de Repsol Marcelo Bonelli Un país
en deuda. La Argentina y su imposible relación con el FMI (2005) se
detalla esta visita de Menem al FMI y buena parte de su discurso en el
que exhortaba a la comunidad financiera internacional a seguir el modelo
argentino como forma para salir de la crisis. Sin duda que éramos un
modelo de administración exitosa. Una semicolonia generadora de pingües
negocios para sus amos metropolitanos. La sangría de recursos, riquezas y
rentas se cargaban en containers con destino Europa y EE UU. Volvíamos a
ser una republiqueta como entre 1860 y 1943.
LA NACIÓN Y ALBERTO CAVALLO EN 2001.
En abril de
2001, el diario La Nación publicaba el siguiente artículo: "El hijo
menor de Cavallo se pone la camiseta de empresario virtual". La voz
oficial de la semicolonia anunciaba feliz el lanzamiento de una empresa
creada por Alberto Cavallo. Se trataba de Digicuenta, "un sitio para
enviar dinero y comprar por la Red". Recordemos que Domingo era, además
de su padre, ministro de Economía de la República. Seguidamente se lee:
"Para lanzar su compañía online recaudó [¿Alberto o Domingo?] un millón
de dólares de inversores privados. Apuesta a captar la atención de las
personas que no operan habitualmente con los bancos [el dinero de los
pequeños y medianos ahorristas venía huyendo en masa de la banca privada
y pública]. Desde ayer, Domingo Cavallo tiene un nuevo incentivo para
reactivar la alicaída economía nacional: del éxito de su proyecto
ministerial dependerá en gran parte la suerte de su hijo Alberto, de 23
años, que acaba de debutar como empresario al frente de una compañía de
Internet llamada Digicuenta". ¡Por dios, increíble! Ahora, menos mal que
Alberto tenía un cachito de vergüenza. La nota (léase publicidad) se
encargó de incluir un alegato del CEO de Digicuenta: "La empresa se creó
en agosto del año pasado y programamos la presentación en sociedad para
después de las vacaciones. Cuando lo hicimos ninguno de nosotros podía
imaginar el regreso [de su padre] al Ministerio de Economía." Luego, el
articulista remata: "Coincidencia o no, lo cierto es que el apellido
Cavallo servirá como herramienta de marketing, al menos para despertar
la curiosidad." ¡¡Por dios!! El resto de la nota se deshace en loas al
joven emprendedor, hoy CEO de PriceStats (ver de este autor "Los IPCs de
Cavallo y Macri". Tiempo Argentino - 5/06/13).
¡CHE, LANATA, MELCONIAN TE DEBE UN PAR DE RESPUESTAS!
A
semanas de las elecciones presidenciales de 2003, Jorge Lanata
entrevistaba en Día D al Melconian candidato a Economía de Menem.
Recordemos que entonces dejaba más dinero al ex periodista denunciar la
Argentina saqueada de los noventa y 2001 que el gurkaje desinformativo
al que desde algunos años se abocó de lleno. Lanata, pues, pidió
explicaciones al economista sobre su patrimonio y cómo había podido
sacar del país 2,5 millones pesos (o dólares, porque no se aclara si fue
antes o después de la Convertibilidad). Melconian, manifiestamente
nervioso y superado, no quiso explicar cómo fugó ese dinero. Apiadándose
de él, el entrevistador le dice: "Bueno, contale a la gente cómo vas a
solucionar los problemas de la Argentina." El actual candidato PRO
responde aliviado: "Bueno, primero tiene que ganar Menem..." ¡¡¡Por
dios!!! Lanata en su faceta de gurka desinformativo a sueldo de la
barbarie semicolonial lleva dedicadas varias entrevistas a Melconian.
¿Volvió a preguntarle del asunto aludido? ¿Qué tamaño tenía la bóveda de
Melconian para guardar 2,5 palos? ¿En cuántas valijas o bolsos se los
llevó afuera? Lanata también entrevistó a Sturzenegger, ex funcionario
de López Murphy y Cavallo entre marzo y noviembre de 2001. ¿Acaso le
preguntó en qué quedó el pedido de procesamiento del fiscal Delgado por
su participación en el megacanje?
ELECCIONES: ¿MODELOS DE PAÍS O PROYECTOS POLÍTICOS?
Como
estos, centenares, miles de ejemplos más. Preguntamos finalmente, ¿cómo
retrucarles, cómo responder, cómo desentrañar la verdad y comunicarla a
la sociedad? ¿Qué es lo que está en juego? En estas elecciones, como en
las pasadas y futuras, no se enfrentan dos "modelos" de país, sino dos
proyectos políticos antagónicos: el de la republiqueta semicolonial y el
de la nación democrática, justa y soberana. Por la primera, vuelven a
escena los técnicos y ex funcionarios representantes del capitalismo
financiero y especulador, operadores y responsables locales del saqueo
padecido por la Argentina entre 1976 y fines de 2002. Amparados y
promovidos por los medios de comunicación de la semicolonia, regresan
los punteros de mercado, estibadores del desvalijamiento popular y
público mediante mayúsculos e interminables containers atiborrados de
nuestros recursos, rentas y riquezas por miles de millones de dólares
(los containers también partían al extranjero atestados de miles de
desesperados compatriotas que no tenían dónde caerse muertos). Entre
1976 y 2003, como entre 1955 y 1973, como entre 1860 y 1943 no hubo
ningún modelo de país en ejecución, sino la ejecución del histórico
proyecto de una republiqueta atrofiada, subdesarrollada, atrasada y
socialmente decadente, por supuesto y como siempre financiada por el
imperialismo. La republiqueta del container, con su ciudad capital en
creciente auge unitarista y separatista, endeudada hasta la médula y con
su metrobus a la inglesa (las puertas de los colectivos quedaron del
otro lado de los andenes, por tanto irán en sentido inverso al tránsito a
uno y otro lado de la 9 de Julio) es la figura, la imagen y el
argumento que la revolución democrática reiniciada en 2003
(discontinuada desde 1955), catapultada en 2008 y profundizada en 2011
precisa dar con urgente necesidad. Vuelven Melconian, Sturzenegger, Prat
Gay, Domingo Cavallo, López Murphy y Terragno. El socialismo, la
izquierda pequeñoburguesa y la ultra de Binner, Solanas y Altamira, que a
muchos escandaliza o sorprende tan afín y compañera de la derecha,
retoma su mejor tradición antipopular, antinacional, antidemocrática y
antiperonista. El sindicalismo de servicios, que queda muy corto ya a
esta Argentina, se fusiona con el histórico líder del peronismo
histórico Francisco De Narváez. Todo dicho. El mitrismo renacido y
renovado, apostándose en el campo de batalla cultural, económico,
político y constitucional. La agudización de las contradicciones (de un
lado la izquierda y la derecha neoliberales totalmente fusionadas y
perfectamente delimitadas en el Litoral y la ciudad-puerto; del otro el
país profundo, el verdadero federalismo y la democracia de masas en la
Confederación Argentina) indica que nos encontramos en un punto decisivo
que habrá de definir el destino argentino y sudamericano durante los
próximos cien años.
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