La economía pura y dura empieza a crearle
problemas a la propia oposición y abre muchas dudas sobre la posibilidad
de que la población elija iniciar un cambio de rumbo en los próximos
comicios. Sin un proyecto alternativo, sin referentes claros y
atomizados por sus propias veleidades, la mejora de los indicadores
asociados, fundamentalmente a los sectores que más dinamizan la
economía, como la industria automotriz, la construcción, la
agroindustria y el consumo interno, debilitan cualquier propuesta que no
sea superadora al modelo económico actual. Por ende, también se
fortalecen las chances del gobierno de lograr un triunfo en las
elecciones legislativas de octubre. Casi todos los economistas, incluso
aquellos de las consultoras más enfrentadas con el modelo, empezaron a
corregir los números al alza para no quedar tan descolocadas, y
reconocen que la Argentina crecerá este año entre el 3 y el 4por ciento.
Y las más serias también los acomodan, obligados por la voragine de la
coyuntura. Miguel Bein, uno de los economistas más consultados y
respetados por el propio stablishment, admite que corrigió al alza una o
dos décimas el crecimiento del PBI para este año. Bein y Asociados estimó en octubre del año pasado una mejora del 4%,
pero ahora cree que podría cerrar el 2013 con una suba del 4,2 por
ciento. "La Argentina está con un nivel de actividad altísimo, récord
histórico. Lo que no puede es seguir creciendo 7 u 8% porque la
recuperación ya se produjo; necesitás un incentivo mayor en la inversión
y en la infraestructura", señala Bein. El economista sustenta la mejora de las perspectivas del año próximo
en una cosecha de granos de 103 millones de toneladas, que aumentará un
22% los ingresos respecto de la anterior si se toma en consideración la
mejora en el precio de la tonelada de soja que se ubicará en promedio a
U$S555, lo que explicaría entre 1,3 y un 1,4% del 4,3% del Producto
Bruto. Otro medio punto Bein lo justifica con el fuerte crecimiento que está
teniendo la industria automotriz que este año podría alcanzar ventas
por más de 850 mil unidades, y un nivel altísimo de exportaciones
traccionados por Brasil. El economista también incluye la mejora del consumo interno y tampoco
olvida la dinámica que va a tener en los últimos meses del año los
proyectos de infraestructura. "El empuje previsto de la obra pública de
julio a octubre va a resultar importante", acota Bein. El frente externo, fundamentalmente por la fuerte política
proteccionista de Europa, que frena el ingreso de productos provenientes
de todos lados, sigue siendo el principal problema de la Argentina. El
caso más resonante que afecta al país es la decisión de la Unión
Europea de congelar las exportaciones de biodiesel local. "Hay un mundo
proteccionista porque hay sobreoferta de productos industriales, Europa
exporta cada vez más y frena el ingreso de otros productos. Desde ese
lado vos te ves perjudicado: Hay proteccionismo en lo comercial y
fuertes presiones para ganar mercados en todos lados y esto presiona
contra el empleo industrial", advierte Bein. Mariano Lamothe, de abeceb.com. admite en una nota de su autoría que
la expectativa de crecimiento para 2013 también es bastante uniforme.
Todos esperan una recuperación respecto de 2012. Aunque prefiere no
hacer previsiones anuales, el economista y profesor de la Universidad de
Buenos Aires, Bernardo Kosacoff, indica que el "comentario generalizado
es que hubo una recuperación en este trimestre por la cosecha y la
industria automotriz sumado a la mejora de las asignaciones y el
salario". Además, Kosacoff precisa que "hay un repunte de la construcción
asociado a la actividad de refacciones, ampliaciones", pero advierte que
"no se observa el inicio de obras nuevas, salvo las asociadas a los
planes Procrear". El negocio de los ladrillos lleva tres meses
consecutivos de recuperación a tasas del 3% anual y, como dijo Bein, es
muy probable que en la segundo semestre del año se vea beneficiado por
el repunte de la obra pública, y también por el efecto de los
Certificados de Depósitos de Inversión (CEDIN). Por su parte, Enrique
Déntice, economista de la Universidad de San Martín, opina que "estamos
en una etapa que va a haber que acostumbrarse a crecer entre el 3 y el
5% en 2013 y 2014". Aunque a tasas muy inferiores a las de años
anteriores, este nuevo de contexto de crecimiento plantea un dilema
político. Quiza, el senador de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz es
el que planteó la idea muy clara cuando tuvo un sincericidio y dijo que
esperaba que al país le fuera mal para que a la presidenta Cristina
Fernández y al gobierno también le fuera mal en los comicios de octubre. Lo preocupante de este discurso de Sanz es que desnuda las enormes
incongruencias de la oposición, que, ante la ausencia de un proyecto
político alternativo propio, el único recurso que les queda es rezar
porque al modelo económico le vaya mal, aunque para ello se tenga que
hundir el barco en el que navegan 40 millones de argentinos. Para el
oficialismo, también implica un desafío porque si pretende continuar en
el poder debe sentar las bases y explicitarlas que marcarán la segunda
etapa de su gestión en materia socioeconómica. Es decir debe fortalecer
el proceso de inclusión social, sumando a aquellos que aún miran por TV
las bondades del modelo, mejorar los mecanismos de regulación y
contralor del Estado y sentar las bases para que el crecimiento sea
sustentable en el tiempo y se transforme en desarrollo. Aquel sector o referente político que logre ofrecer más
previsibilidad política a la ciudadanía seguramente también tendrá más
chances de anotarse un triunfo en octubre. Hoy el kirchnerismo le lleva
varios puntos de ventaja a la oposición porque tiene una gestión para
mostrar. Sobre todo en un momento en que cambiar de barco puede generar
muchísimas más incertidumbres que certezas respecto del futuro del país.
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