Páginas

jueves, 20 de junio de 2013

EARLE HERRERA: “La gente aprendió a analizar los medios y nos está dando clase”, entrevista para "Nos Comunicamos" de Junio de 2013.

Entrevista al diputado venezolano Earle Herrera


Earle Herrera es profesor de varias generaciones de comunicadores sociales en Venezuela y se muestra partidario de reformar la Ley de Ejercicio del Periodismo en su país porque ya no responde ni a la realidad del desarrollo popular-democrático de la comunicación ni a los avances digitales.

—El Colegio Nacional de Periodistas está indignado porque se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo al Comandante Hugo Chávez. ¿Qué le parece esa indignación?
—Me parece que los miembros de la directiva del CNP no han hecho ni siquiera el 1% de lo que hizo el Comandante Chávez por la democratización de la comunicación en Venezuela y en América Latina; por el florecimiento de los medios alternativos y comunitarios, y por el respaldo a las nuevas tecnologías. Venezuela, hasta en sus lugares más apartados, está sembrada de Infocentros; los estudiantes tienen su Canaimita (computadoras entregadas GRATUITAMENTE en las escuelas públicas); a través del satélite Simón Bolívar, Internet llega a todo el país; y gracias a Telesur, los latinoamericanos podemos vernos con nuestros propios ojos… Y es por ese tipo de logros que se le hace el reconocimiento al Presidente Chávez.
—La gente en la calle habla de matrices de opinión, de líneas editoriales y de otros asuntosque antes eran solo para especialistas. ¿Eso es bueno o malo?
—Es realmente positivo. Apelando a un lugar común, lo extraordinario se hace cotidiano cuando la gente sabe más de comunicación que Marcelino Bisbal (experto de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela ), o que Andrés Cañizález (directivo de la ONG opositora Instituto Prensa y Sociedad, IPYS), cuando puede discutirle a la profesora Marta Colomina o al profesor Antonio Pasquali (antiguos críticos de los medios privados, transmutados ahora en su defensores). En 2002, cuando hubo aquel silencio informativo de los medios privados, dijimos que el pueblo se había hecho periodista. Bueno, ahora decimos que el pueblo se hizo comunicólogo. Quienes tienen un periodiquito o una emisora comunitaria, no solo transmiten información, sino que reflexionan acerca de la comunicación, sus paradigmas y propósitos. En las escuelas de Comunicación Social, con pedantería académica, decíamos que había que enseñar a la gente a ver la TV, oír radio y leer los periódicos. Resulta que la gente aprendió sola y nos da clase a nosotros.
—¿Esa nueva realidad comunicacional obligaría a reformar la Ley de Ejercicio del Periodismo?
—Sí, claro, porque es de los años 70 y ya no responde a la realidad del desarrollo popular-democrático de la comunicación ni tampoco a los avances digitales. Ahora todos andan con una cámara y son corresponsales.
La información llega más rápido por los caminos silvestres que por los convencionales. Nunca pensé que la pirámide invertida (estructura clásica de la noticia en el periodismo del siglo XX) iba a morir aplastada bajo periodiquitos comunitarios. Los únicos que podrían estar más desfasados que la Ley de Ejercicio del Periodismo son las directivas del CNP y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa.
—¿Y tienen algún sentido, bajo esa realidad, los estudios universitarios de Comunicación Social?
—Sí, siempre hay que estudiar. Es como la poesía, que está en la calle, pero se estudia en las universidades. Las escuelas
deben seguir existiendo porque los conocimientos deben ser sistematizados y transmitidos.
—Los usuarios de Globovisión afirman que solo los anteriores dueños garantizaban la línea editorial que a ellos les gustaba. ¿Cómo se interpreta ese fenómeno?
—Es una ingenuidad, seguramente parte del síndrome de abstinencia que sufren. La gente teme que le bajen la dosis que le venían dando y por eso se angustia. Yo, que fui fumador, lo entiendo: cuando a uno le gusta determinada marca y se la cambian, uno se molesta porque quiere que le dé un cáncer de esa marca, no cualquier cáncer. Allí hubo una operación dentro del marco del capitalismo, los que se fueron no son mejores ni peores que los que llegaron. Lo que pasa es que a los usuarios, consumidores o adictos, como uno quiera llamarlos, les hicieron creer el mito de que eran dueños del canal y por eso no aceptan que lo hayan vendido sin consultarlos. Los pusieron a marchar, a hacer vacas para pagar las multas porque (Guillermo) Zuloaga (propietario anterior) no tenía plata, y ahora él lo vendió y ni siquiera tuvo la decencia de devolverles su potazo.
—Con estas operaciones de compra-venta, los voceros opositores dicen que el Gobierno avanza hacia la hegemonía comunicacional…
—Es muy difícil que exista una hegemonía cuando hay dos visiones de país tan opuestas y cuando la mayoría de los medios que tienen cobertura, los más antiguos y consolidados, pertenecen al sector privado. Los que han comprado ese canal de televisión y esos periódicos son empresarios y quieren competir y ganar dinero… Claro que si de paso pueden tumbar al presidente Nicolás Maduro, no van a perder la oportunidad…
—Hay un debate endógeno sobre la política comunicacional por programas que salieron del aire o cambiaron de horario. ¿Qué le parece?
—Los intelectuales que acusaron al Presidente Chávez de hiperliderazgo pecan de hipersensibles. Si estamos en una guerra, todos debemos estar donde se nos necesite. Aquí ningún programa es de nadie. Si se necesita el horario del Kiosco Veraz o el espacio que tengo en Ciudad CCS, están a la orden. Lo que sí se puede exigir es que donde te pongan se te respete como profesional, pero debemos recordar lo que nos advirtió el Comandante Fidel Castro en 1999: nuestra lucha es más difícil que la de los cubanos porque nosotros llegamos por vía pacífica y tenemos que luchar bajo la legalidad capitalista. Y eso lo deben entender, mejor que nadie, los intelectuales.
Obligados a hacer periodismo
Entre los muchos libros que ha escrito Earle Herrera (El Tigre, 1949), en su condición de periodista, poeta y humorista, uno lleva el sugerente nombre El que se robó el periodismo que lo devuelva. Así que no se puede desperdiciar la oportunidad para preguntarle si ya lo devolvieron o todavía sigue perdido. “Lo bueno es que ya el ladrón está identificado y quienes deben buscarlo saben dónde está. Lo malo es que no hay mucha intención de encontrarlo”,
dice.
No es sencillo entrevistar a alguien de quien se fue discípulo. Se siente como si te estuviera evaluando. Hay que tratar de ser agudo para que no se vaya pensando que perdió su tiempo como docente:
—¿Los medios estatales hacen periodismo o solo luchan en una guerra comunicacional?
— Las dos cosas. Están obligados a hacer periodismo porque así lo pauta la Constitución, que ordena dar información veraz y oportuna. Pero sería demasiado inocente ignorar que la Revolución Bolivariana se ha batido en una guerra comunicacional desde 1998, cuando el Comandante ganó las primeras elecciones. Estamos obligados a hacer periodismo, no desde la inmediatez ni el sensacionalismo, sino desde la información integral, que explique los problemas, sus causas y sus consecuencias. Se han dado pasos importantes, por ejemplo, entre los medios impresos, Ciudad CCS y el Correo del Orinoco hacen esfuerzos por apuntar en esa dirección, pero sin olvidar nunca que estamos en
pleno campo de batalla.
CLODOVALDO HERNÁNDEZ/CIUDAD CCS
(Natacha Salazar Pinto, desde Venezuela)

Publicado en:
 http://www.nos-comunicamos.com.ar/content/gente-aprendio-a-analizar-medios-y-nos-esta-dando-clase

No hay comentarios:

Publicar un comentario