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sábado, 13 de abril de 2013

Venezuela, elecciones: se pretende el mismo engaño, por NÉSTOR FRANCIA (para “Redacción Popular” de abril de 2013)








Es el mismo engaño de antes del 7 de octubre de 2012. La derecha sabe que va a perder las elecciones, pero tal como hemos dicho varias veces, está tratando de minimizar la derrota. Por eso el gran engaño de ayer a sus seguidores, al menos a la parte más idiotizada de ellos. Como nosotros vivimos frente a la Avenida Bolívar, Globovisión no nos puede manipular.
Hemos visto muchas concentraciones en la Avenida Bolívar. La de ayer estaba encerrada en esa arteria de la capital y la gente más o menos apiñada no pasaba del Museo de los Niños ¿Era poca gente? Quien quiera compare con lo que va a pasar el jueves, en el cierre de campaña de Maduro, y saque sus propias conclusiones.
Las concentraciones del chavismo no son solo en la avenida Bolívar sino que toman prácticamente todo el centro de Caracas ¿Por qué? Porque los pobres son más y los actos chavistas son colmados por esa mayoría. Por otro lado, la verdad es que si de avenidas Bolívar hablamos, ayer en la de San Juan de los Morros, con Nicolás Maduro, había tanto o más gente que en la del candidato burgués en la capital.
Ahora bien, el ardid mediático surtirá efecto en algunos, por supuesto, y probablemente ayudará a que baje un poco la abstención del sector opositor. Pero podría tener otra consecuencia, bastante grave para ellos. Si la ventaja de Maduro es clara, por lo menos del 10% (creemos que será mayor), la base social opositora se sentirá de nuevo defraudada, dos veces en apenas seis meses.
Volverá el estrés postraumático electoral, la depresión, y su desmovilización callejera podría ser prolongada.
Lo que pasa es que la oposición no tiene otra opción. Todo apunta a que retirarse no está en sus planes (sería una gran torpeza política, después de tanto “autocrítica” por su retiro de las parlamentarias de 2005, pero con ellos nunca se sabe), por lo que, al participar, está obligada a anunciar su victoria (ningún candidato anuncia que va a perder) y además a contarse, así que debe intentar rebajar la ventaja proyectada en su contra, para no salir tan debilitada políticamente.
Sin embargo, la derrota clara dejaría a buena parte de los suyos por el suelo, abatidos, devastados, ya que los han convencido una vez más de que pueden ganar, sobre todo a los sectores más fanatizados e idiotizados por esa dirigencia y la canalla mediática, aquellos que serían los más proclives a convertirse en carne de cañón de sus aventuras.
Claro, hay una diferencia con el año pasado, y es que aparentemente no han podido engañar a tantos. Según el opositor, encuestador y asesor de Capriles Luis Vicente León:
“La oposición no es favorita, aunque en política nada sea imposible y la historia esté llena de resultados no esperados. La realidad es que a diferencia del pasado, esto no es una sorpresa para mis pares. Más del 60% de la población cree que Maduro es el favorito a ganar esta contienda”. Están en problemas, ya que si los pela el chingo, los agarra el sin nariz.
Dentro del plan de engaño a sus seguidores, la estrategia con relación a las encuestas ha variado con respecto al año 2012. Le están aplicando a su base social los trucos propios de la manipulación mediática. Ahora no tratan de desacreditarlas per se, sino que hablan de las condiciones de la campaña, de la imposibilidad de que las encuestas sean precisas, dado lo atípico de este proceso sobrevenido y otras argucias de este tipo.
Llama la atención como han hecho desaparecer del panorama a varias encuestadoras (algunas absolutamente fantasmales) que piratearon con las proyecciones hacia el 7 de octubre pasado, por lo que ahora no tendrían ninguna credibilidad, como Consultores 21, Predicmática, Varianzas y Delphos. Pero a última hora, como parte del plan para timar a sus propios electores, inventaron una tal firma argentina (“Datamática”, qué poca imaginación) que pone a ganar a Capriles. Por lo que dicen algunos “twits”, no han faltado unos cuantos idiotas que se lo han creído.
Por cierto que el director de la encuestadora Consultores 30-11, que como todas las firmas reconocidas pone a ganar cómodamente a Maduro, coincide en la apreciación de unas de las dos líneas estratégicas que opinamos tiene la mayoría de la oposición en este momento (minimizar la derrota, y reconocer el resultado pero no aceptarlo, para descalificar el proceso y deslegitimar, al menos parcialmente, al presidente Maduro, que será electo):
“Hay un doble discurso porque al menos lo que hoy se llama la MUD siempre en los últimos años lo que ha articulado es detener el acceso al pueblo del presidente, luego confrontar y tratar de desplazar por cualquier medio del poder a Chávez. En la oposición hay distintos sectores y contradicciones fuertes… en querer participar en un proceso cuyo resultados saben que van a ser adversos y por otro lado tratar de romper la legitimidad institucional que tienen las instituciones, y eso trata de crear una matriz fuera de Venezuela de que estas elecciones está cargadas de injusticias”.
Por otro lado, el “sifrinaje” (Ramos Allup dixit) ha emprendido una nueva acción desestabilizadora, foquista, aislada, pero con proyección mediática, al iniciar una nueva “huelga de hambre”, esta vez en la zona de clase media alta conocida como La Castellana (no siguieron la sarcástica sugerencia de Ramos Allup de irse a montar guarimbas en alguna zona popular).
Los jóvenes fascistas cargan contra el CNE y hacen una serie de peticiones que por supuesto no serán complacidas: que el CNE prohíba el uso de cadenas nacionales por parte del candidato Nicolás Maduro; que el CNE sancione a los altos funcionarios que “abusan ilegalmente de las instituciones y recursos públicos” para hacer campaña; que el CNE difunda una circular pública en las instituciones del Estado en la que “se garantice a los funcionarios públicos el secreto del voto y la apertura de una línea de recepción de dudas y denuncias de amenazas e intimidación política de parte de altos funcionarios”; la destitución del Ministro de la Defensa, Diego Molero, por haber “violentado la Constitución, la institucionalidad y la soberanía de la Fuerza Armada”; la declaratoria pública y oficial del Alto Mando Militar en cadena nacional en la que “prohíba la participación de funcionares militares en la movilización electoral del PSUV o a favor de cualquier tendencia”; la salida de las milicias del Plan República.
Por supuesto, estos fracasados no tendrán apoyo alguno de la población, pero representan un problema relativo, porque si después del jueves que viene pretenden continuar su acción, habrá que desalojarlos a la fuerza, pues no se permiten este tipo de manifestaciones en medio del proceso de votaciones
¿Plan de guarimba o simple show electoral? Ya lo sabremos.
Es absolutamente necesario que la victoria de Nicolás Maduro sea con ventaja contundente (no menos de 10 puntos porcentuales, lo que significaría más de un millón de votos) para que no se produzca el peligrosísimo quinto escenario del 14-A que describimos en en otra parte:
“Escenario 5: Victoria débil, participación baja: es el peor de los escenarios probables. Se iniciaría Maduro con una presidencia debilitada por los resultados, y se dimensionarían las posibilidades de que se maneje, a lo interno y a lo externo, la matriz de fraude, así como de que haya movilización callejera de fuerzas opositoras con consecuencias imprevisibles.
“Aunque internacionalmente se reconocería finalmente la victoria de Maduro, la imagen de debilidad y derrota relativa cobraría mucha fuerza”.
Es ese el escenario con el que están contando los sectores más radicales de la oposición para tratar de incendiar el país y generar una situación de inestabilidad prolongada que pueda desembocar en una intervención foránea de cualquier tipo.
En ese sentido, las fuerzas golpistas han estado muy agitadas en los días recientes, combinando el apoyo a Capriles con las presiones para que este y su entorno desconozcan los resultados y canten el fraude.
He aquí como se ha pronunciado Oswaldo Alvarez Paz:
“Hay un enorme fraude institucional encabezado por los poderes públicos controlados, en especial el Tribunal Supremo y el Consejo Nacional Electoral. Capriles lo ha denunciado parcialmente y todos lo percibimos. Los restos calificados del chavismo, ante la inevitable derrota se radicalizan.
“No nos extrañe que el CNE, con votos o sin ellos, proclame a Nicolás como ganador antes de tiempo y amenace con los mecanismos de violencia represiva, a quienes rechacen reconocer esta barbaridad. Entonces el liderazgo opositor, con Capriles a la cabeza, estará sometido a la más severa prueba que pueda concebirse en estos tiempos. Podríamos ir a una confrontación terrible de la cual, tampoco tengo dudas, la derrota del oficialismo será para siempre…
“El apoyo cubano se hace cada día más discreto, las fuerzas armadas, fatigadas por tanta manipulación rastrera, se sacudirán a los mandos que se plieguen al fraude y harán respetar la mayoría. Son tan venezolanos como nosotros y algunos de sus jefes sólo son igualitos a lo peor que nos ha gobernado. Hay armas para todos los gustos. No se atrevan. El cambio va”.
Y también Carlos Peñaloza, conspicuo vocero de la derecha militar golpista:
“El Plan Stalin es la sumatoria de todos los fraudes coronado por una diabólica artimaña ideada para evitar que se descubra la estafa electoral. Por fortuna, este timo tiene un talón de Aquiles. Su antídoto es el voto masivo de la oposición y el conteo manual de los votos, ese proceso de verificación ciudadana que exige la Ley Orgánica de Procedimientos Electorales. Este procedimiento establecido en la Ley, que no se ha cumplido hasta ahora, debe ser ejecutado hasta sus últimas consecuencias antes (repito: antes) de que el CNE emita boletines.
“De no hacerse previamente los boletines del CNE no tienen validez legal…Este fraude electoral es un monstruo de mil cabezas creado en los laboratorios del G2 cubano. La trampa pasa por el REP, se extiende con los multi-cedulados, se financia con fondos públicos y se manifiesta en la tinta chimba, los capta huellas innecesarios y el pornográfico ventajismo mediático del gobierno, más un sin fin de otras pillerías.
”El fraude electrónico para manipular los resultados es la última línea de resistencia de los cancerberos de la trampa. La treta tecnológica esta allí en caso de que falle el ardid que fuerza al candidato opositor a aceptar su derrota públicamente al hacerse público el primer boletín del CNE…
“Capriles no tiene otra alternativa que exigir el cumplimiento de la ley y que se respete la voluntad del pueblo. Si el CNE desestima su pedimento, abrirá una caja de Pandora de consecuencias graves e impredecibles.
“Esto es demasiado serio porque el candidato oficialista ha proclamado que pretende entregar el país a los hermanos Castro. Juramos impedir esa traición a la Patria. A cualquier precio”.
Hay que luchar a brazo partido los tres días después de finalizada la campaña electoral (12, 13 y 14 de abril) para que la amplia ventaja que dan las encuestas a Maduro se transforme en votos efectivos. Nosotros confiamos en que el pueblo de Chávez se volcará a votar por Maduro y disuadirá estos planes, pero también llamamos a estar preparados para la batalla en cualquier terreno.


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