Parto de suponer que las palabras que atribuyen al
presidente uruguayo Pepe Mujica son ciertas. Que es verdad que le dijo al
intendente de Florida, Carlos Enciso, que “esta vieja es peor que el tuerto”. Y
lo primero que tengo para decir al respecto es “gracias, Pepe, gracias por
decirlo”.
Es cierto, es peor
que él. Sólo un poco, porque él era muy bravo. Es cierto, es más terca que él.
Sólo un poco, porque él no economizaba empecinamientos. Es cierto, también que
está un poquito más vieja.
“La verdad, yo la
aplaudo a Cristina, porque hace lo que les conviene a ustedes”, me decía el
dueño de un bar en Punta del Diablo este verano comentando no sólo que habían
ido menos argentinos a Uruguay, sino que además más uruguayos que de costumbre
se habían ido de vacaciones a nuestras playas, mientras las medidas de
promoción que había adelantado el gobierno uruguayo no pasaban del anuncio.
Aquí, aunque se demonizara a Moreno, la temporada estalló de gente.
No quiero darle
demasiadas vueltas al asunto. Es verdad que cuando se trata de defender lo
nuestro no da el brazo a torcer. Y no alcanza con recostarse en Brasil para buscar
alguna ventaja o discutir a los gritos y golpear los lentes contra la mesa
rompiéndoles la patilla. No se la convence con eso. Cuando se trata de defender
lo que hemos conquistado en estos diez años, es terca.
Pero cuidado. No es
que no quiera la integración o no comprenda la importancia de nuestra hermandad
con Uruguay. Estos diez años también son prueba cabal de que lo comprende y
mucho. No hace tanto que el propio Pepe Mujica lo dijo: “Nuestra relación con
Argentina es la mejor de los últimos 50 años.” Divisas más, turistas menos, que
es algo que cada temporada puede cambiar,
Sudamérica ya no es
la misma. El tuerto, la vieja, Pepe, Lula, Chavez, Evo y Correa son razones muy
importantes de este cambio.
Por eso, al menos yo, no me pienso enojar y de corazón se lo agradezco. Doy las gracias porque me enorgullece que Cristina sea tan terca en esas cuestiones que preocupan a Mujica, pero que no nos apartan del camino de la integración.
Por eso, al menos yo, no me pienso enojar y de corazón se lo agradezco. Doy las gracias porque me enorgullece que Cristina sea tan terca en esas cuestiones que preocupan a Mujica, pero que no nos apartan del camino de la integración.
Y no me enojo porque
ante todo y aún cuando en Uruguay a muchos les siga costando entender al
peronismo, Pepe Mujica es un gran compañero.
A modo de posdata:
está muy linda la vieja. Es nuestra jefa. Y Mujica seguro recuerda cuando
Néstor evitó la guerra entre Colombia y Venezuela. Esos ojos torcidos sabían
mirar lejos.
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De cualquier modo, Mujica siempre da letra y es eso en lo que debe cuidarse. La ostentación de austeridad, por ejemplo, es funcional a la derecha apologista de los recortes. Si un presidente puede vivir con 800 dólares, un trabajador puede vivir con menos. Lo de "vieja terca" puede ser analizable desde muchos puntos de vista. Lo importante es saber por qué lo dijo, en función de qué obstáculo que no está claro. Y sobre todo, para quién es funcional que lo diga. Mientras tanto, es una anécdota, no una declaración de ruptura
ResponderEliminarEso seguro. Mujica muchas veces padece de cierta incontinencia verbal, que ataca a muchos presidentes uruguayos. Tampoco da para tanto. Y subí esta nota porque me pareció una respuesta con altura. Gracias por comentar Gustavo... casi que sos el único...
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