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domingo, 31 de marzo de 2013

Otro giro del dial en las telecomunicaciones, por Ariel Garbarz (para “INFOnews” del 29-03-13)





Algunos no entienden o no quieren entender que democratizar implica cambiar estructuras.


Los monopolios y las corporaciones, además de conformar la estructura del poder económico, han colonizando durante casi un siglo la subjetividad de los funcionarios públicos de los tres poderes .
 
Por eso una de las luchas antimonopólicas más dura y prolongada, es la que se libra contra la ideología de las clases dominantes, que además de enervar todos los estamentos de la sociedad, encuentra en los funcionarios públicos coptados a sus reproductores más nocivos y obstruccionistas para un proyecto popular y democrático. Esos funcionarios pueden ser relativamente útiles a un gobierno populista, pero no a un gobierno popular en serio. Se van transformando en obstáculo a medida que el gobierno popular intenta el enorme desafío de encabezar un cambio de época y no una época de cambios, sustancial diferencia que todavía cuesta vislumbrar a mucha tropa propia. Cristina Fernández de Kirchner y Julio De Vido acaban de avanzar una vez más en ese sentido, jugando fuertemente al cambiar a altos funcionarios del área de comunicaciones, que por acciones y omisiones reiteradas, hace meses que no ejecutaban algunas fundamentales directivas políticas ni gestionaban en sintonía con la clara conducción antimonopólica de la titular del Ejecutivo y de su ministro de Planificación y Obras Públicas.
 
Los técnicos de Argentina Conectada e ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional que relevamos cientos de pueblos del interior y diseñamos decenas de proyectos de redes de fibra óptica de últimas millas, para la Comisión Nacional de Comunicaciones, para el Ministerio de Planificación y finalmente para ARSAT, comprobábamos en el trabajo cotidiano la necesidad de reestructurar el área desde su conducción.
 
Mientras que desde la cabeza de los primeros dos organismos se intentaba avanzar, desde otros y desde niveles inferiores se los frenaba. No se aprovechaban las fichas, carpetas y planos de la ingeniería de telecomunicaciones desarrollados, entregados y aprobados por los solicitantes, elementos técnicos imprescindibles para que las cooperativas y pymes puedan finalmente ser los nuevos operadores de telefonía, internet y televisión por cable, fuera de las telco monopólicas en general y de Cablevisión en particular.
 
Ese paso fundamental para democratizar las comunicaciones estaba demorado en exceso y objetivamente estaba beneficiando a los monopolios que presionan y operan para no distorsionar el mercado. Algunos no entienden o no quieren entender que democratizar implica cambiar estructuras y eso obviamente distorsiona positivamente el mercado y hay que estar dispuesto a enfrentar el desafío.
 
La militancia de la juventud llegó a los distintos organismos a través de los subinterventores , verificó las anomalías al proyecto popular y actuó como la correa política de transmisión de la necesidad del cambio. Norberto Berner (foto), el flamante Secretario de Comunicaciones, hijo de la militancia revolucionaria, militante de Hijos, meritorio titular de la IGJ y ex representante del Estado en Telecom, también es muy respetable entre las telco monopólicas a las que deberá poner al servicio del proyecto nacional. Uno de sus CEOs dijo de él en privado: “muy buena persona”. El mejor requisito para encabezar esta nuevo giro hacia izquierda
del dial de la sintonía fina en las telecomunicaciones.


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