Páginas

jueves, 14 de marzo de 2013

MALVINAS: La raíz de las insólitas reformas económicas de la posguerra, por Federico BERNAL (para “Tiempo Argentino” del 10-03-13)






Autosuficiencia para la autodeterminación en la colonia británica en Malvinas: "El éxito del programa de modernización y diversificación de las islas, fundamentado en la explotación colonialista de los recursos argentinos, tiene en el referendo de hoy la frutilla del postre."


Si bien el conflicto armado no resolvió la disputa de soberanía, amparada en los argumentos de una guerra que "no provocó", de la cual fue víctima (junto con los isleños) y de la que además fue absuelta de toda responsabilidad (Informe Franks), Gran Bretaña dio por finalizada la disputa de soberanía con la Argentina desde el mismísimo 14 de junio de 1982. Desde entonces, se puso en marcha un programa de modernización y diversificación económica de las islas, fundamental para las aspiraciones de autodeterminación. El éxito de tal programa, fundamentado en la explotación colonialista de los recursos argentinos, tiene en el referendo del día de hoy la frutilla del postre. No puede haber autodeterminación sin autosuficiencia. ¡Si sabremos de eso los latinoamericanos! 

INTRODUCCIÓN A LA REVOLUCIÓN "KELPER".

La modernización socioeconómica de la colonia británica de la postguerra –reforma agraria incluida (¡sí, tuvo una reforma agraria!)– fue revolucionaria por la magnitud del cambio y la progresividad medida en función de la calidad de vida de sus habitantes. Y como todo proceso progresivo de transformación estructural experimentado en el mundo, esto es, aquel que permite el pasaje de un orden social y económico atrasado a uno nuevo y más moderno,  el ocurrido en la colonia "Falklands" también contó con el Estado como pilar de esa transformación. A partir de mediados de los ochenta comenzó a gestarse (luego de casi 150 años de oprobio y ostracismo) la tan anhelada modernización y diversificación económica de las islas, el aumento exponencial de la calidad de vida de sus habitantes, una reforma agraria (basada en la redistribución de la tierra, el combate al latifundismo y la modernización de las técnicas y equipamiento), nuevas obras en infraestructura y la mejora de los servicios públicos. Los brazos de semejante cambio: el Estado británico y el gobierno colonial a través de una empresa pública en calidad de promotor, organizador e inversor del proceso de transformación. La sangre de semejante cambio, capitales británicos en una primera etapa, sumados a los capitales derivados de la explotación colonialista, ilegal e ilegítima de los recursos pesqueros del archipiélago (y desde hace algunos años, pesqueros y petroleros) en una etapa posterior. Las recomendaciones de este programa social y económico provinieron del Informe Shackleton de 1982 (versión actualizada del de 1976), pedido expresamente por Margaret Thatcher en mayo de 1982. ¡No podía haber autodeterminación sin autosuficiencia! 

EMPRESA PÚBLICA PARA EL DESARROLLO.

Una de las más importantes recomendaciones fue la creación de la Corporación de Desarrollo de las Islas Falkland (CDIF), organización fundada en 1984. La CDIF inauguró sus funciones anunciando a la población los siguientes objetivos: incremento de las oportunidades laborales, diversificación económica, aumento de la población a través de un proceso de inmigración selectiva, la mejora en las instalaciones comunitarias y la búsqueda de autosuficiencia en el largo plazo. Asimismo, apuntó a la realización de mejoras en materia agrícola, energética, en turismo y pesca. Para 1991, la CDIF compró la mayoría de las tierras a la Falkland Islands Company, que terminó migrando a la pesca y al petróleo. En la actualidad, la CDIF sigue a cargo del desarrollo económico de la colonia, llegando incluso a realizar actividades de promoción de marketing de la producción local así como asesorando individual y empresarialmente en nuevos negocios. Su dirección ejecutiva está compuesta por representantes del gobierno y de cada uno de los sectores claves de la economía isleña. 

LA EXPLOTACIÓN COLONIALISTA DE LOS KELPERS.

Los medios de prensa ultraconservadores británicos y sus repetidoras en el Tercer Mundo explican al mundo que la guerra “no provocada” por Gran Bretaña ni por los kelpers, y de la cual ambos fueron víctimas, no reportó más que beneficios a los isleños, eternamente oprimidos por la Argentina. Olvidaron el cuasi-genocidio social y económico infligido por Londres a los colonos por ella implantados entre 1833 y 1982. De hecho y de no haber sido por la Argentina en la década del setenta, la población hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Pero la desmalvinización hace el relato inverso. Pues bien, todo eso cambió después de junio de 1982. La colonia gozaría de las mismas leyes de la revolución burguesa verificada en las naciones hoy industrializadas de occidente: reforma agraria, combate al latifundismo, estatización del desarrollo, diversificación y modernización económica, acumulación primitiva de capital, etc. Sin embargo y como es sabido, en las naciones occidentales europeas el capitalismo industrial, el Estado de bienestar y el incremento progresivo de la calidad de vida de sus ciudadanos durante buena parte del siglo XX, sólo fueron posible gracias a la explotación colonial de la periferia toda. A pesar de su particular situación, la “colonia británica Falklands” no fue ni es ninguna excepción: el capitalismo británico la rescató entre 1982/86, pero desde entonces, tanto su subsistencia como su viabilidad futura se fundamentan en la explotación de la periferia (explotación colonialista, ilegal, ilegítima e imperialista de los recursos naturales de la República Argentina).

HACIA LA AUTOSUFICIENCIA COLONIAL.

Como se dijo, una vez culminada la guerra, comienza a verificarse en las islas un proceso revolucionario de transformación a imagen y semejanza del acontecido en las naciones europeas durante el siglo XIX, pero en simultáneo con un sistema de explotación no ya colonial sino colonialista. A lo dicho más arriba, Londres y el gobierno colonial trabajaron en la reducción de la fuga de capitales desde la redistribución de las tierras, corazón de la reforma agraria (el Informe Shackleton colocaba como fundamental la venta de tierras de los “no residentes” a los isleños), con el objetivo de frenar el drenaje de divisas que los terratenientes “no residentes” provocaban al girar al exterior las utilidades derivadas de la explotación de sus tierras. Finalmente y con la explotación de la pesca ya reportando sus primeros ingresos para 1986, sumada a la casi completa reducción de la remisión de utilidades a Gran Bretaña, la inversión de la Madre Patria se reduciría drásticamente hasta anularse a partir de 1991/2 (sólo la ayuda financiera en lo militar seguiría en pie).  El Informe Shackleton de 1982 proponía destinar a la reconstrucción de las islas y a su desarrollo ulterior unas 35 millones de libras entre 1983/1988. En materia de inversiones para el desenvolvimiento del sector pesquero “alrededor de las Falklands y las Georgias”, preveía unos 40 millones adicionales. En total, y durante el primer lustro, la metrópoli invirtió un 50% de lo previsto por Shackleton y su equipo. 

CONCLUSIONES.

El triunfo británico en la guerra colonial de 1982 inició el auxilio económico-financiero para el despegue de la colonia y la supervivencia de sus habitantes, aislados y olvidados por Londres desde su implantación con la invasión de 1833. Así hasta 1986. Ese año, con el inicio de la explotación colonialista de los recursos pesqueros por parte de las autoridades coloniales y la Falkland Islands Company –por supuesto en connivencia con metrópolis– la autosuficiencia económica y financiera de las Falklands (no así en defensa) habría de alcanzarse seis años más tarde. Cuando se enseña al mundo que la guerra fue el motor del despunte económico y social de los kelpers se miente, a la vez que se abona la posición colonialista británica. La guerra en sí no generó ningún cambio, sino los más que “revolucionarios” factores aquí analizados -históricamente negados a los pueblos latinoamericanos por Gran Bretaña y demás potencias “civilizadas”- parte de la estrategia imperial para convertir a su colonia en autosuficiente y de allí en más apoyar sus infundados anhelos de autodeterminación.

Publicado en:



No hay comentarios:

Publicar un comentario