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lunes, 11 de marzo de 2013

Los kelpers censuraron la historia oficial británica sobre el conflicto de Malvinas, por Federico Bernal (para “Tiempo Argentino” 10-03-13)



El grupo de presión isleño y la claudicación del historiador elegido por el Foreign Office

El 27 de febrero de 2010, el diario The Telegraph sorprendía a propios y extraños con un artículo donde informaba el rechazo de los isleños a los resultados históricos de la investigación (siglos  XVIII y XIX) del profesor Lawrence Freedman.
 

Por:
F. B.

Quién estaba detrás de semejante juicio? ¿Tal vez el partido conservador, el Foreign Office o el 10 de Downing Street? No, los kelpers. En efecto, fueron los kelpers quienes protestaron por la argentinizada versión. Y tanto protestaron que, finalmente, lograron contrarrestar los "errores" históricos que perjudicaban sus aspiraciones de autodeterminación. La obra en el banquillo de los acusados fue nada más ni nada menos que The Official History of the Falkland Campaign, publicada por primera vez en 2005 y cuyo autor fue el respetado y prestigioso historiador del King´s College of London, el profesor Lawrence Freedman. Antes de pasar al meollo de la cuestión, conviene detenerse brevemente en el significado de "historia oficial". La Jefatura de Gabinete que administra el Programa Gubernamental de Historia Oficial contrató a Freedman la investigación y el relato cronológico del conflicto del Atlántico Sur. La edición se compuso de dos tomos y fue elaborada en el marco de la Whitehall History Publishing, iniciativa que coordina los programas para la publicación de libros de historia de la Cancillería (Whitehall). Fue así pues que el bendecido Freedman tuvo el privilegio de acceder a "materiales de archivo del primer ministro, de la Jefatura de Gabinete (incluyendo minutas y memorandos), del Comité para la Defensa y las Políticas de Ultramar, del Foreign Office, de la Secretaría de Estado para la Defensa y de funcionarios del Servicio de Inteligencia" (Freedman. Ob. Cit. Pág. xiv). En otras palabras, contó con información original, reservada y oficial. Pero sucedió una inesperada paradoja. Los resultados de la investigación sobre la legitimidad de los reclamos británico y argentino hallados por Freedman y volcados a su libro, eran contrarios a los "deseos" de los kelpers. Para colmo de males, la reimpresión de 2007 reprodujo los supuestos mismos "errores" que la edición inaugural, dos años antes. ¿Qué fue lo que ocurrió? Una vez más y como viene sucediendo desde 1968, el Lobby Falkland entró en acción... y triunfó. Un par de años más tarde a la antedicha reimpresión, la revista Falkland Islands Newsletters publicaba por primera vez una suerte de fe de erratas para ser incluida en los libros ya impresos. Ni el Foreign Office ni la Jefatura de Gabinete dijeron esta boca es mía. 

Preguntas clave no respondidas (¿o sí?).

La contradicción entre "historia oficial británica" y la presión kelper no podía ser desaprovechada. Adquirimos las ediciones de 2005 y 2007 para comprobar si efectivamente Freedman había sido o no "pro-argentino". Encontramos que más que "pro-argentino" había sido en verdad objetivo y sincero. Faltaba únicamente entrevistar al mismísimo protagonista de la discordia. Y lo conseguimos. A continuación, las preguntas formuladas a Freedman, basadas en los "errores" que los historiadores pro-kelpers identificaron en su primer tomo, todos referidos a fechas y hechos acaecidos en los siglos XVIII y XIX. Al final, su respuesta.  
1) Usted mencionó en su The Official History of the Falkland Campaign (Routledge, 2005), página 9: "la calidad de la demanda británica no puede depender de la credibilidad acerca del descubrimiento o la ocupación previos". Si no puede depender de estos conceptos, ¿de qué argumentos depende entonces el reclamo británico?
2) Los habitantes de las Islas Malvinas criticaron la historia oficial del gobierno sobre la guerra de 1982, alegando que contiene una serie de "graves errores" que la tornan demasiado favorable a los reclamos de la Argentina sobre dicho territorio. ¿Podría por favor decirnos cuáles son esos "errores"? ¿Ud. coincide con calificarlos de "errores"? 
3) Su libro The Official History of the Falkland Campaign fue publicado por primera vez en el año 2005. ¿Por qué Pascoe y Pepper tomaron tanto tiempo para refutar su trabajo en la prensa pública (The Telegraph, en 2010)?
4) Del trabajo de Pepper y Pascoe False Falklands History, sírvase leer la página 3. Allí se lee textualmente: "Gran Bretaña no expulsó a la población argentina de las Falklands en 1833. De hecho, Gran Bretaña hizo su mejor intento de persuadir a los residentes genuinos para que permanecieran." ¿Está Ud. de acuerdo con esto?
5) En la página 8 de su The Official... Ud. no usó el término "expulsar" para describir las acciones de Onslow del 3 de enero de 1833. Sin embargo, en la página 19 de su primer libro Britain and the Falklands War (1988), Ud. utilizó esta expresión para describir el comportamiento de Onslow: "Gran Bretaña, que nunca renunció a su reclamo, protestó y a comienzos de 1833 expulsó la presencia argentina." ¿Podría explicarnos por qué esta diferencia? ¿Fueron o no fueron expulsados?
6) Pepper y Pascoe dijeron que la mención que Ud. hizo de la colonia penal argentina (que se había asentado en las islas), y que por decisión de Onslow fueron forzados a abandonarlas, es incorrecta. Es decir, que esa colonia jamás existió. Pero Ud. la menciona en la página 8. ¿Podría explicarnos esta contradicción?
7) En la página 19 de su libro Britain and the Falklands War (1988), usted dice que "cualquiera sea la calidad de la posición británica en 1833, que está lejos de ser inatacable...". ¿Por qué inatacable? En igual sentido y en la página 11 de su libro The Official..., Ud. señala la dificultad en "salirse totalmente del tema de la legalidad de la toma de 1833. Si la posición de Gran Bretaña antes de 1833 era débil, lo fue aun más después de esa fecha." Ambas opiniones van en la misma dirección respecto de lo expresado por el duque de Wellington en 1829: "No está claro que alguna vez hayamos poseído la soberanía sobre estas islas", así como del memorando del Foreign Office de 1946 acerca de la ocupación británica de 1833. Usted mencionó estos dos ejemplos en su libro Britain and the Falklands War y en The Official... (2005) ¿Aún piensa lo mismo respecto del accionar británico de 1833? ¿Quitó Ud. esta información después de conocer las críticas de los isleños a su trabajo?
8) Pepper y Pascoe declararon en un reciente trabajo, False Falklands History at the United Nations (2012), que "la Resolución 2065 simplemente invitó a Gran Bretaña y a la Argentina a negociar sobre el futuro de las Islas Falkland, de conformidad con la carta de la ONU y los ‘intereses’ de los isleños; no emitió ningún veredicto sobre los méritos del reclamo de cada país sobre las islas. El texto de la resolución no se refiere a los ‘deseos’ de los isleños (la base de toda verdadera descolonización);  Argentina alega que eso fue para excluir el principio de autodeterminación, afirmando que Gran Bretaña había ‘expulsado a la población argentina’ en 1833 y que una población que sustituye a una ‘población expulsada’  no debe tener el derecho a la autodeterminación. Sin embargo, la afirmación de que Gran Bretaña expulsó a la población argentina es falsa, por lo que la resolución se obtuvo engañando a la ONU". ¿Coincide Ud. que la Argentina engañó a la ONU? 
9) En el mismo trabajo de Pepper y Pascoe, los autores argumentan que "la Convención de Perfecta Amistad (Convention of Settlement) fue un acuerdo internacional entre Gran Bretaña y la Argentina. Fue un tratado de paz, así que al ratificarlo en 1850, la Argentina aceptó que las Falklands eran legítimamente británicas y no las consideraba como territorio argentino". Siendo tan importante a los reclamos británicos, ¿por qué no se incluyó esta información en su libro The Official...?
10) Usted ha mencionado en su libro de 1988, página 20, que "la posición de Gran Bretaña es más fuerte con relación a la Falkland del Oeste que con respecto a la Falkland del Este". ¿Cree usted que esto podría ser parte de una solución pacífica y definitiva a la disputa? Quiero decir, los kelpers se trasladarían a la Falkland del Oeste y la Falkland del Este pasaría a ser administrada por Argentina (desmantelando la base militar)?
11) En su libro The Official History... (2005), páginas 24 y 25, usted mencionó la propuesta británica de 1967: "El Gobierno de Su Majestad reconocerá la soberanía argentina de las Islas siempre y cuando las garantías y las salvaguardas ofrecidas a los isleños por el Gobierno argentino sean aceptables para los isleños." Más adelante (página 25) mencionó la presión ejercida por el Consejo Ejecutivo de la isla en 1968 para acabar con esta negociación, la cual terminó en la frustrada visita de Chalfont (página 26). La presión ejercida por los kelpers ha sido un constante obstáculo para una resolución negociada entre 1967 y 1982 (incluido marzo de 1982 y la escalada del incidente Davidoff). Usted lo menciona en sus libros, especialmente en la página 28 de su Britain and the Falklands War (1988). También en el libro escrito con Virginia Gamba, en la página 90. Eric Hobsbawm –entre otros– piensa que la presión de la Falkland Islands Company (y del Comité de las Islas Falklands en el Parlamento británico) durante marzo y abril de 1982 fue decisiva en la escalada bélica. ¿Está Ud. de acuerdo?
12) ¿Puede darnos su opinión sobre el referéndum de marzo?

La insólita respuesta de Freedman.

A estas 12 preguntas –que enviamos a comienzos de esta semana al diario The Telegraph y al The Guardian para que algún ilustre historiador inglés o algún funcionario de Whitehall o de 10 Downing Street se digne responder (mientras se escribían estas líneas no había llegado aún ninguna respuesta)–, Lawrence gentilmente nos contestó lo que sigue: "Estimado Federico. Estoy en Estados Unidos y sin mis libros y papeles. He llegado a una tregua con Pepper hace algún tiempo y no estoy interesado en reabrir el tema. Nadie me presionó a cambiar nada, razón sobre la que tuvimos el 

desacuerdo. No tengo ni idea en este momento por qué escribí cosas diferentes entre mis libros y no dispongo de tiempo para volver sobre esto. Probablemente, la mejor explicación sea que leí algo nuevo y que no estaba eligiendo mis palabras con abogados mirando por encima de mi hombro (¡sic!). Ese período era del todo secundario a mi principal preocupación. Se han hecho numerosos trabajos muy concienzudos en la primera parte del siglo XIX que incluyen también aspectos de la disputa respecto de la soberanía, que ciertamente  tomo con seriedad, aunque cuando salió la primera edición del libro, el trabajo mencionado estaba lejos de tener una forma definitiva. Pepper acepta que hay sólo unas 8 páginas sobre esto en mis dos libros y no declaré haber hecho una investigación original. Mi opinión es que ni el caso del Reino Unido ni el caso argentino eran particularmente fuertes en 1833, pero el caso del RU ha ido adquiriendo más fuerza progresivamente debido a la ocupación continua (no dije que la ocupación continua no fuera un fundamento) y ahora producto de la autodeterminación. Me parece ofensiva la indiferencia oficial de la Argentina con relación a las opiniones y a los derechos de los isleños. Explica por qué estamos teniendo el referéndum de marzo, para recordarle a la gente que no se trata de una cuestión de colonialismo. Si en la Argentina (a) hubiera un gobierno y una economía más atractivos y (b) hubieran sido más pacientes, entonces las cosas podrían haber sido diferentes. El deterioro social y económico, en lugar de los argumentos capciosos sobre legalidad, hubiera forzado la cuestión. Pero como la Argentina invadió, los británicos se comprometieron más y las islas prosperaron. Por supuesto que el lobby de las Falkland Islands marcó una diferencia, pero las acciones argentinas le dieron mayor credibilidad a su punto de vista. Mis mejores deseos, Lawrence." 

El lobby Falkland contra la historia oficial británica.

Comencemos desde el final. En primer lugar y sobre el rol del lobby de las Falkland Islands, ¿a qué acciones argentinas se refiere? En realidad, el lobby actuó por primera vez y tuvo su bautismo de fuego al presionar y revertir la decisión británica de ceder la soberanía a la Argentina, plasmada en el memorando de 1967. En segundo lugar y sobre el "deterioro social y económico" de las islas y el supuesto no aprovechamiento de esta cuestión por la diplomacia argentina, cabe responder que entre 1971 y marzo de 1982, nuestro país contribuyó enormemente (y en mucha mayor medida que Londres) a mejorar las paupérrimas condiciones socioeconómicas de los isleños. Sin embargo, tal ayuda no provocó en los kelpers ningún cambio en relación a una posible transferencia de la soberanía a la Argentina. El historiador Clive Ellerby en su The Role of the Falkland Lobby, 1968-1990 (International Perspectives on the Falklands Crisis, de Alex Danchev) demuestra cabalmente la anterior afirmación. Bastó que vuelva Perón en 1973 y que la ONU emitiera la Resolución 3160 para que el lobby se reactivara. El resultado: la misión Shackleton de 1975. En tercer lugar, nos resulta una pena que el Prof. Freedman carezca de tiempo para responder, pues nadie mejor que él para echar luz a la resolución de esta disputa en función de los resultados históricos que encontró y que, lamentablemente para los "deseos"  de los isleños, son favorables a la Argentina. Dijo también: "Probablemente, la mejor explicación [a las diferencias con Pepper y Pascoe] sea que leí algo nuevo y que no estaba eligiendo mis palabras con abogados mirando por encima de mi hombro (sic)". Replicamos: si leyó algo nuevo, eso nuevo se debió  a su calidad de historiador oficial, la cual le permitió acceder a informes oficiales clasificados. Ahora bien, ¿cómo se explica que eso nuevo que leyó le llevó a repetir los argumentos históricos favorables a la posición argentina que 17 años antes ya había escrito para su primer libro? Es decir, ¿acaso lo nuevo que leyó le indujo a reiterar iguales "errores" a los cometidos dos décadas antes? Otra cosa. Si dice que sus "errores" fueron producto de no haberse asesorado por abogados, ¿nos está insinuando entonces que a la hora de relatar las bases históricas de los reclamos británicos, la defensa de su titularidad precisa de un abogado más que de un historiador? Por último, Lawrence dice al comienzo de su respuesta que el trasfondo histórico del conflicto fue secundario dentro de su investigación. Preguntamos pues: ¿cómo puede ser que el contexto histórico sea considerado "secundario" justamente en esta disputa de soberanía, si la misma lleva ya 180 años de irresolución? El argumento de "secundario" suena más bien a una excusa, como queriendo decir que no estuvo lo suficientemente preparado. Sin embargo, y como hemos visto, su primer libro sobre Malvinas fue escrito en 1988. Y ese libro mantiene exactamente los mismos "errores" que el de 2005 y la reimpresión de 2007. ¿Cómo se explica que un historiador no logre capacitarse en determinado asunto durante casi dos décadas? ¿No sería más sencillo afirmar que los documentos oficiales abiertos al "historiador oficial" terminaron por confirmar los resultados de sus investigaciones encaradas por lo menos 17 años antes? A modo de cierre, nos gustaría traer a colación lo siguiente. Cuando entrevistamos a Freedman el año pasado (Suplemento Tiempo de Descolonización) y le preguntamos por el significado de "historia oficial", nos respondió : "En el Reino Unido, ‘historia oficial’ significa que se le ha encargado a un historiador independiente revisar todos los archivos de tal suerte de elaborar un relato creíble de los eventos." ¿Relato creíble de los eventos o "errores"? Una vez más, el lobby Falkland por encima de Londres. Más que pro-argentino, Freedman pecó de ser demasiado anti-kelper. Y es por ello que humildemente le recomendamos leer sus propias y reveladoras palabras plasmadas en su libro de 1988, página 122: "Tengo alguna esperanza de pasar los últimos años de mi carrera universitaria en 2013, examinando en la Oficina de Registros Públicos los nuevos informes desclasificados del conflicto de las Falkland Islands de 1982, chequeando las valoraciones que hice del conflicto en los años posteriores inmediatos a la guerra. Indudablemente habrá revelaciones en 2013, pero con menor probabilidad de sorpresas." ¡Oh, pero... si estamos en 2013! Sin necesidad de ninguna desclasificación, las contradicciones entre la historia oficial del conflicto editada por la Cancillería británica y los historiadores británicos contratados por el sempiterno y efectivo lobby Falkland constituyen por sí mismas una sorprendente revelación. Mal ejemplo el de Freedman a las nuevas generaciones de historiadores británicos. Queda claro que dejó sus convicciones en la puerta de la casa del gobernador kelper en Puerto Argentino. Una vez más, y como desde 1968, el lobby Falkland logró torcer el brazo a Londres.


A confesión de culpa... relevo de mentirosos

El aludido artículo de The Telegraph menciona también las opiniones de algunos isleños sobre el daño que tales "errores" producirían a los intereses nacionales británicos y a las aspiraciones kelpers de no modificarse. "Los errores objetivos contenidos en el libro The Official History of the Falklands Campaign fueron detallados por los historiadores que escribieron el último boletín de la Falkland Islands Association, un grupo de británicos reunido para apoyar a los isleños. El Dr. Graham Pascoe y Peter Pepper indicaron que los errores están en el primer capítulo del libro, que abarca los siglos XVIII y XIX. Advirtieron que el trabajo tergiversa los tratados celebrados entre España y Gran Bretaña, y repite un falso reclamo acerca de que los argentinos fundaron una colonia penal en las islas. Refieren que el libro da cuenta de un relato 'claramente engañoso' de los eventos que tuvieron lugar en las décadas de 1820 y 1830, cuando se realizaron los primeros reclamos argentinos sobre las islas. Los acontecimientos de esa época resultan fundamentales para el reclamo actual del país sudamericano sobre las islas (sic). El Sr. Pepper dijo: ‘Este trabajo tiene el sello de la historia oficial. Ese es el problema. Si fuera solo otro libro de historia, realmente no tendría importancia. Quisimos poner las cosas en claro.’ Mike Summers, vocero de la Asamblea Legislativa de las Islas, manifestó: ‘Si hubiera sido un libro de historia normal hubiera podido ser parte de un debate histórico sano, pero como se trata de la historia oficial, adquiere cierto protagonismo que de otro modo jamás tendría. Nos hemos puesto en contacto con la Jefatura de Gabinete, señalamos las inexactitudes y les sugerimos que debían ser modificadas. Siendo quien es el autor y dado que supuestamente se trataba de una historia oficial sobre la guerra, nadie querría que tuviera imprecisiones que se hubieran pasado por alto’. Colin Wright, secretario honorario de la Falkland Islands Association, expresó: ‘Hay varios errores que el gobierno argentino podría examinar y que podrían contribuir para poner en cuestión y quitar valor al estatus de las islas, a la vez que fortaleciendo sus propios reclamos’."  Cerramos este recuadro con una frase de la página 11 del censurado libro de Freedman, frase del mismo autor y con la cual no podemos estar más de acuerdo: "[Aunque Gran Bretaña quisiese] Resultaba difícil salirse totalmente del tema de la legalidad de la toma de 1833. Si la posición de Gran Bretaña antes de 1833 era débil, lo fue aun más después de esa fecha." 


The telegraph: “la historia oficial británica sobre la guerra de las falklands se considera demasiado pro-argentina”

A continuación, el artículo referido en el título (publicado el 27/2/2010): "Los habitantes de las Falklands (sic) han criticado la historia oficial del gobierno sobre la guerra de 1982, alegando que contiene una serie de ‘gruesos’ errores que la hacen demasiado favorable para los reclamos argentinos en ese territorio. Los críticos dicen que varias afirmaciones sobre los hechos que aparecen en el libro son ‘tonterías’ y presentan ‘serias deficiencias’, haciendo que el reclamo histórico de Buenos Aires sobre el archipiélago del Atlántico Sur ‘parezca más fuerte de lo que realmente es’. La asamblea legislativa de las islas escribió a la oficina del gabinete que encargó la obra, para quejarse y pedir que se corrijan los errores. El profesor Sir Lawrence Freedman, que es el autor del libro y también miembro del grupo de investigación de Chilcot que está investigando la guerra de Irak de 2003, dijo que estaba ‘feliz de aceptar las correcciones’. El episodio tiene lugar en momentos en que la Argentina está intensificando la presión diplomática sobre la soberanía, después del arribo de una plataforma petrolera británica a las aguas territoriales la semana pasada. [...] La respuesta del Dr. Pascoe y del Sr. Pepper ha sido publicada completa ahora en el Falkland Islands Newsletter, bajo la forma de una separata para ser insertada en las copias del libro. El profesor Freedman, subdirector del King's College of London, también escribe en la separata. Esta, la explicación de Freedman: 'No era parte de mi misión hacer mucha investigación original respecto del siglo XVIII. Estaba tratando de explicar la naturaleza de los argumentos. No investigué las fuentes principales. No puedo decir que sea un historiador de ese período. Mi trabajo se ceñía a 1982.' Más adelante, se exculpaba diciendo que 'en ningún momento he dado indicios de apoyo al reclamo argentino sobre la soberanía. Es más una cuestión histórica que de apoyo a la Argentina. Sucede. Es la naturaleza del trabajo. No creo haber cometido ninguna falta grave [....].' La oficina del gabinete omitió hacer comentarios. Algunos errores: 1) Historia oficial: Cuando España devolvió el asentamiento de Port Egmont, en las islas, a Gran Bretaña en 1771, los españoles declararon en el tratado con Gran Bretaña que 'reservaban su posición respecto de la soberanía'. Corrección: Esta afirmación no se hizo en el texto final del tratado; 2) Historia oficial: Otro tratado entre España y Gran Bretaña 'impedía claramente que Gran Bretaña ocupara las Malvinas'. Corrección: El tratado permitía la fundación de un asentamiento si otra potencia (como Argentina) lo hacía; 3) Historia oficial: Cuando un marino británico, el capitán Onslow del HMS Clio, llegó a las islas en 1833, le dijo al capitán de un buque de guerra argentino que 'las islas no pertenecían a nadie'. Corrección: El motivo principal del viaje de Onslow era apoyar el reclamo británico, que databa de su base en las islas 60 años antes. Eso le dijo al comandante argentino; 4) Historia oficial: Después del arribo de Oslow, los convictos de la colonia penal argentina establecida en las islas fueron forzados a abandonarlas. Corrección: No existió tal colonia penal. Onslow dijo a la guarnición argentina que se fuera pero pidió a los civiles que se quedaran, como terminó haciendo la mayoría de ellos."


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