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martes, 5 de febrero de 2013

“El País”, ideología en decadencia, por Juan Chaneton (para "Nos Comunicamos" de enero de 2013.


Sin códigos, sin escrúpulos, sin moral. Así actúan porque Venezuela acierta en su actual camino, no porque se equivoca. La Revolución Bolivariana es una plaza estratégica. Si la toman, asestarían un golpe como del odio de Dios, como las caídas hondas de los Cristos del alma, a toda la revolución latinoamericana.

En cada continente, en cada país y en cada metro de tierra del planeta se está librando la batalla crucial que enfrenta a un capitalismo en su atardecer histórico –que durará aún mucho tiempo- con las fuerzas sociales, políticas y culturales que pugnan por encontrar un nuevo modelo de organización social y el camino hacia ese nuevo mundo.
En este marco, los dueños del capital, del poder y del privilegio sienten que el piso tiembla bajo sus pies en Europa, en Oriente Medio, en la Persia de los descendientes de Ciro y en Sudamérica. En algunas regiones, el conflicto parece remiso a dejarse conducir; en otras, amaga con irse de las manos de los eternos promotores de guerras criminales; aquí, en el sur de América, les cuesta retomar un control que alguna vez ejercieron pero que ahora luce, a veces, en su percepción, reacio a garantizar, de nuevo, la sumisión de los pueblos.
Las transnacionales mediáticas juegan en esto un papel no menor. Televisa, de México; Globovisión, de Venezuela; la cadena O Globo, de Brasil, el Grupo Clarín-La Nación de Argentina constituyen algo así como las cenicientas del mayor de todos los de influencia local: el Grupo Prisa, jefeado por el miembro de número del Club Bilderberg, José Luis Cebrián.
Estos son de esos sujetos que se mueven por el mundo con gracejo y galanura, vestidos de tweed y olorosos a perfume, con modales exquisitos. Pero pareciera que, cada vez más a menudo en estos tiempos, supuran inmundicia y podredumbre por las costras purulentas que tapaban tanta seda y el noble porte que exhiben siempre los que corren a los otros con la vaina.
Al parecer, Pedro Ramírez, el director de “El Mundo”, también de Madrid, es decir, la competencia, prefirió no pagar los 30.000 euros que le ofrecieron unos días antes por la foto. Desconfió.
Como el odio vuelve temerario al más prudente, “El País”, nave insignia del Grupo Prisa, agarró viaje pues la primicia era de oro. O sacaron una cuentas políticas que, hasta el momento, no parecen haberles salido del todo bien. No hay daño político para la Revolución Bolivariana ni lo habrá en el futuro a causa de este inmundo proceder de ese pasquín repugnante llamado “El País”.
Obsedidos por “la enfermedad de Chávez” y deseándole íntimamente la muerte, tropezaron mal. Fractura expuesta, se diría. Enrollaron tansa, entonces, de prisa –como dicen los españoles- ; no sólo no había pesca sino que el tiburón casi se los come. Retiraron todo el papel mojado de esa primera edición y los quioscos quedaron vacíos hasta que cambiaron la “enfermedad” como vómito de tapa por otra cosa que sí se podría denominar título: “Cataluña se declara sujeto de soberanía”. En un burdel se encuentra más dignidad.
Aparecieron las justificaciones: que una agencia les había vendido la foto; que un periodista italiano; que una colega cubana. Cualquier verdura, pero ya estaba expuesta al sol su catadura. Disculpas a los lectores y la promesa de investigación hasta las últimas consecuencias, suponemos. O, por lo menos, hasta las penúltimas.
Para la familia Chávez; para el pueblo venezolano y para su gobierno no hubo disculpas. El odio ciega. Y el ciego tropieza. Puede tropezar dos veces. O más.
Una certeza nos acompaña en estos momentos. El sentido jurídico común nos dice que si un capítulo del derecho público es el que regula las relaciones entre el Estado y los particulares, en el caso que nos ocupa tenemos, por un lado, a un particular (el pasquín ya aludido) causando perjuicio intencional a un Estado soberano con el cual España mantiene relaciones diplomáticas. Ergo: el jefe de gobierno, Rajoy, no se puede hacer el distraído y mirar para otro lado como perro al que le están haciendo el amor. Es el propio Estado español, independientemente de las acciones civiles que tiene disponibles Venezuela, el que debería, en primer término, aplicar sanciones al particular injuriador sin apelar al socorrido refugio de la “libertad de expresión”, ya que ésta no sirve para calumniar, injuriar ni ofender la dignidad de nadie. Y el damnificado, aquí, es –repetimos- un Estado soberano con el cual el Reino de España mantiene normales relaciones diplomáticas y consulares. Pues de lo contrario, ¿Rajoy se queja cuando expropian a la empresa Repsol pero no cuando la empresa “El País” delinque contra otro país?
El Grupo Prisa acaba de despedir a 120 periodistas. Los echó a la calle como se echa a la calle a los trabajadores en cualquier país capitalista. Se los deja librados a su suerte. En Cuba no hay desocupación y en Venezuela nadie está librado a su suerte. Y ambos modelos navegan hacia un horizonte que muestra, cada día con mayor nitidez, que con el dinero de cien ricos del mundo se podría terminar con el hambre en ese mismo mundo. Es esa la raíz del odio de los ricos del mundo a los que tan bien representa “El País”, de Madrid: estos países sudamericanos amenazan mostrar a las masas de todo el orbe que hay otro camino, que hay otras alternativas, que se puede vivir sin hambre, sin violencia, sin drogas y sin guerras.
Acaba de publicar DPA, la agencia alemana, que en España hay seis millones de desocupados, lo cual es más que en 2012. El desempleo va en aumento en el país del rey de los elefantes y de Rajoy, tan cerca su imagen de aquella que trazó Robert Musil en su obra cumbre, “El hombre sin atributos”. En España hay más desempleo que en la Argentina de Cavallo. En España no trabaja más del 26 % de los hombres y mujeres en edad de hacerlo.
Sigue diciendo Deutsche Press Agentur que el desempleo entre los menores de 25 años alcanzó el 55,13% en 2012; 6,57 puntos porcentuales más que el año anterior. Mientras, que el número de hogares con todos sus miembros desempleados ascendió hasta los 1,8 millones, es decir, un 16,43% más que en 2011.
Según estimaciones del Banco de España publicadas, la recesión continuó profundizándose en el último trimestre de 2012, con una contracción del 0,6% en el PIB, frente al 0,3% del trimestre anterior. En todo 2012, según las cifras provisionales, el PBI se contrajo un 1,3%.
Nada de esto, sin embargo, ha sido tapa de “El País”, en los últimos meses. La mira de Juan Luis Cebrián, del Grupo Prisa y de los Estados Unidos, en repudiable amalgama contraria a los intereses del pueblo llano, está puesta en Venezuela y en su proceso revolucionario. El odio los ciega y no tienen códigos, carecen de escrúpulos y ninguna ética guía sus acciones en la vida.
El pueblo de Venezuela, en tanto, responde: In hoc signo vinces. Con este signo vencerás. Y no muestra ninguna cruz, como dicen que hizo Constantino. Eleva su puño, cerrado en símbolo de decisión de vencer o morir, y anuncia al mundo: ¡Todos somos Chávez…!

por Juan Chaneton

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