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martes, 8 de enero de 2013

Darín no es un ciudadano más..., por Gerardo Fernández (para “Tirando al Medio” del 07-01-13)




Darín no es un "ciudadano común", es un gran actor, con muchísima fama que sabe muy que cualquier declaración suya tendrá inevitablemente alto impacto. Seguramente lo traicionaron los reflejos de la Argentina de años atrás donde un famoso podía decir cualquier cosa que nadie se animaba a retrucarle. Bien, acá le pasó que la presidenta es distinta y tiene estas cosas, tiene estos impulsos de enviarle una carta abierta que, como no podía ser de otra manera, el dispositivo mediático y su correlato de opositores sin proyecto pretenden transformar en un ataque despiadado desde las más altas esferas a un pobre diablo.

En realidad, de lo que se trata antes de nada es de separar al artista del ciudadano. Se me ocurre que Darín es un gran actor pero eso no tiene nada que ver con sus opiniones ciudadanas. Me pasaba con Piazzolla, me pasa con Paquito D'Rivera, artistas que me han cautivado con su arte pero con los que no he coincidido en nada cuando de política se trata. No obstante, Darín sabe que sus declaraciones no pasan desapercibidas, entonces se tiene que bancar la reacción de Cristina que, por lo demás, no es agresiva sino muy precisa y pone las cosas en su lugar cuando, por ejemplo, dice que ningún político ha sido tan investigado como ella y su difunto marido. De eso nadie dice nada.

Lo que traiciona a Darín es ese reflejo de quedar bien con Dios y con el Diablo, ese "neutralismo", esa búsqueda del empate opinativo. No, Ricardo, en la Argentina de nuestros días, donde hay una oposición que está dispuesta a no dejar gobernar y apoyar a los kelpers y los fondos buitres con tal de esmerilar al gobierno, en esta Argentina felizmente partida en dos, se acabaron los espacios para jugar al equilibristra. No hay posibilidad de quedar en el medio, y los que como vos tienen más chapa son los que deben entenderlo si no quieren caer en el ridículo. A vos te ayudó, además de tu capacidad actoral, esa virtud de ser un buen entrevistado, un tipo que siempre te da un titular, un canchero, un divertido. Bueno, hay cosas con las que no se juega, ni se boludea.

Bancátela, man.


Publicado por Gerardo Fernández  en:


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