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jueves, 4 de octubre de 2012

Chávez, corazón de mi patria…, por Juan Chaneton (para “Nos Comunicamos” de octubre de 2012)



El asesinato de tres partidarios de Capriles y el burdo intento de cargárselo a Chávez dan una pauta -no por esperable menos diáfana- en cuanto a calibrar hasta dónde pueden llegar los EE.UU. en su movida estratégica orientada al “cambio de régimen” en Venezuela. Sería demasiado ingenuo suponer que aceptarán de buen grado una derrota de la derecha, esto es, revolución bolivariana hasta 2019 por lo menos.
Todas las encuestas dan ganador al PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) salvo la de la agencia que trabaja para Capriles, pero también es cierto que a Chávez no le alcanza con ganar: si gana por poco la revolución se debilita.
Nadie puede creer que Capriles es “lo nuevo” ni tomarlo en serio cuando dice que en Venezuela falta salud y educación y que con sus políticas el pueblo accederá a esos bienes. En simultáneo con ello, la clase media parece estar mirando la película con un difuso temor de que un triunfo de la derecha desorganice el país por la vía de la pérdida de conquistas que sus beneficiarios no tolerarán de buen grado y que, como consecuencia de ello, la opción por Capriles se parezca mucho a un salto hacia la ingobernabilidad del país. Aun deseándolo, el fin de la revolución de los pobres llegaría, en la óptica de estos sectores medios, con menos sobresaltos y más sensatez si se espera al desgaste y al cansancio que otros seis años de chavismo deberían producir en la sociedad. Si de este modo fueran las cosas, el comicio podría arrojar una victoria de Chávez por dos dígitos.
El problema de esa base social timorata y prejuiciosa que exhibe Capriles es que habita un mundillo del tamaño de su bolsillo y de sus módicos intereses de clase, por lo cual no va, en política, más allá de lo que puede ir en su desarrollo económico y, lo que es peor, no advierte que la incidencia de los factores externos pueden ser el detonante de lo que tanto temen, es decir, del caos que haga peligrar sus bien ganados ahorros.
Venezuela ha aumentado su estatura estratégica en Latinoamérica. Ha aumentado la cantidad de influencia que Venezuela puede ejercer en un escenario en el cual la propia Venezuela tiene un interés estratégico. Esto ha ocurrido no sólo ni principalmente porque Venezuela es la tercera reserva mundial de petróleo sino también porque:
1) La renta petrolera ha financiado las dos terceras partes de los programas sociales del gobierno.
2) El nivel de distribución de la educación y la salud ha incluido a prácticamente la totalidad de los sectores que la socialdemocracia y el socialcristianismo dejaban siempre afuera y al 80 % de la población total de Venezuela, con tendencia a mejorar esos índices.
3) Un pueblo masivamente culto, educado y encuadrado en un mando único es un pueblo al que será difícil volver a someter.
4) La fuerzas armadas y de seguridad responden a la oficialidad comprometida ideológicamete con el ideario nacional y soberanista.
5) Venezuela e Irán son socios en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y tienen el potencial de incidir en una eventual cartelización del precio del crudo, algo que ninguno de ambos países se propone pero que los EE.UU. ven como amenaza. Venezuela apoya también el programa pacífico de desarrollo nuclear iraní, ha incrementado su comercio con ese país y las inversiones iraníes en materia habitacional en Venezuela han sido, en los últimos años, considerables. No hay datos precisos respecto de acuerdos en materia de defensa.
6) Venezuela acaba de firmar ocho acuerdos con Rusia en materia de emprendimientos petrolíferos en la “Franja del Orinoco” y se ha abastecido, en los últimos años, con material militar defensivo de fabricación rusa en el marco de acuerdos entre ambos países.
7) Convenios con China en materia aeroespacial, minería y ferrocarriles abren otra puerta más al competidor estratégico más importante que tienen hoy los EE.UU. en el mundo.
8) Venezuela en el Mercosur fue un resultado no previsto ni por el Pentágono, ni por el Departamento de Estado, ni por la inteligencia estadounidense. Brasil, como Venzuela, cultiva con Irán, Rusia y China relaciones amistosas y de mutuo beneficio económico.
9) La consolidación del modelo venezolano de distribución de la riqueza a partir del uso soberano de sus recursos naturales es políticamente perjudicial, en el largo plazo, para los planes de restauración dominial de los EE.UU. en nuestro continente.

La prieta síntesis que antecede explica, en parte, la importancia de las elecciones en Venezuela y de su resultado. Se trata de dos proyectos antagónicos que miden fuerzas en Venezuela pero cuya tensión política atraviesa todo el continente. También en Brasil, en Bolivia, en Uruguay, en Ecuador, en Nicaragua y en Argentina, bajo formas diversas, se libran batallas de clase en las cuales el cogollo es la producción y la distribución de la riqueza.
Estados Unidos logró unir a toda la oposición a Chávez en una movida del tipo toda la carne en el asador. Si ganan (lo que no es probable) vienen por todo, es decir, en primer lugar, por la ruptura del proceso integrador (Unasur, ALBA). Las derechas del continente (la argentina en primer lugar) han ido a aprender y a hacer fuerza por Radonsky. En Argentina tratan de imponer al pueblo la percepción de que Cristina es igual a Chávez, lo que es bienechoramente cierto en algunos puntos y correctamente inexacto en otros. La derecha, en ningún país de América Latina, puede expresar su programa pues, de hacerlo, la votarían pocos. Apelan, entonces, a clamar por las “libertades”. Y critican, tanto en Venezuela como en Argentina, “…la presión sobre la prensa, el ahogo a la iniciativa privada y el ejercicio de un liderazgo personalista y autocrático” (Pagni, La Nación, 1º/10/12).
Y así como amenazan a Chávez con las represalias del Pentágono, aquí hacen lo mismo con el gobierno argentino. El procesado por espía Pagni acaba de decir que, hasta ahora, Argentina era considerado por EE.UU. como un país que hacía un uso pacífico de la energía nuclear, pero que después de la reunión de Timerman con su par iraní, “…orientó la proa del avión hacia el centro del huracán”.
Todo concatenado, entonces. Si desestabilizan a Chávez las campanas comenzarán a doblar por todo el continente, doblarán por todos los gobiernos que han hecho de la soberanía nacional un principio irrenunciable.
Y en un escenario de triunfo popular consolidado Venezuela marchará, presuntamente, a la superación de las contradicciones que siempre existen en todo proceso revolucionario. Tascar el freno y parar un poco equivaldrá, tal vez, al comienzo de la derrota por otros medios. Profundizar, en cambio, el modelo bolivariano creando poder popular, cualquiera sea la forma que asuma este poder popular, significará transferir al pueblo y sus organizaciones la responsabilidad histórica que hoy recae sobre las espaldas de un solo hombre a quien las elecciones burguesas han instaurado, hasta ahora, en el lugar institucional de Presidente de la Nación.

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2 comentarios:

  1. No nos engañemos,, los 3 muertos en la campaña no se suicidaron, las patotas chavistas hicieron lo suyo. Seguramente ganarán las elecciones, pero que bueno, Venezuela comienza a despertar.

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  2. No importa lo que decida el propietario del blog,, ya sabe que la gente está harta de Chavez y que su persona es nefasta,, VIVA VENEZUELA LIBRE

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