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domingo, 30 de septiembre de 2012

Todo será usado en tu contra, por Eduardo Blaustein (para “Miradas al Sur” del 30-09-12)



Miradas al Sur. Año 5. Edición número 228. Domingo 30 de septiembre de 2012
Por 
Eduardo Blaustein


Los medios opositores piden diálogo con la Presidenta. Cuando responde, como en Harvard, no se atiende a sus argumentos. Problemas de elegir un escenario hostil.
Las preguntas de diez estudiantes privilegiados de Harvard pudieron mucho más que 38 secundarios tomados en la ciudad y tres mil pibes marchando. A esta altura de las cosas, eso no asombra. Sobre todo, a esta altura de las cosas el que escribe está podrido, pero recontra repodrido, de que se echen las culpas de todo lo feo que sucede en el universo a “la Corpo” y los medios.
...Y sin embargo. Sin embargo, en los últimos días la derecha mediática se hizo un festín con lo sucedido en las charlas dadas por Cristina Fernández de Kirchner en Georgetown y Harvard. Uno tiende a creer que astucia no les falta ni a los gerentes de programación ni a los editores de los grandes medios cuando apuestan, primero, a seguir en vivo la charla y, después, a instalarla y a expandirla con los archiconocidos recortes. Puede que cierta ceguera o su lectura los lleve a cometer errores. Pero astucia no les falta. Es aquí donde viene lo llamativo: el contraste de interpretaciones que puedan existir sobre un mismo hecho. Adelantando una conclusión posible: los que estamos de un lado interpretamos de un modo; los que están del otro se hicieron la fiestita creyendo desnudar un largo papelón presidencial. Priman seguramente (y ahí tienen buenas razones los Durán Barba) las cuestiones emocionales. Si la que está hablando es una yegua, por más que tire alguna verdad, seguirá siendo yegua. Y de todos modos: contra picos de cinco y algo de rating de la charla de Cristina, lo que más siguió “la gente” el jueves a la noche fue… Graduados (25.8). Esto, claro en la versión del mundo según Ibope.
Para el que escribe, siguiendo la transmisión en vivo, las respuestas de Cristina en la segunda charla no estuvieron nada mal. Sólo que a las pocas horas los medios opositores se centraron no en la racionalidad de las respuestas sino en algunos tonos. Cristina, en ese punto, seguramente cansada, tuvo irritaciones, canchereadas innecesarias, momentos incómodos. Pero las respuestas no estuvieron nada mal. Los medios de la derecha, previsiblemente, entendieron o construyeron en cambio todo lo contrario, o no se centraron en las respuestas sino en las preguntas, algo de lo más curioso siendo que a Cristina le reclaman “responder”. Hasta el chiste obvio sobre Harvard y La Matanza se convirtió en “desliz presidencial construido”, dado el recorte que se hizo de la ironía. La parte emocional del que escribe dice: “OK, Cris, pegales a estos pendejos prepotentes”. La parte racional sugiere: “No los gastes, no los sobres. Mañana van a decir que los maltrataste”. Piden que responda pero todo lo que responda será usado en su contra. Es jodidísimo intentar ese diálogo que demandan cuando ellos lo hacen estallar, recortando con la peor de las malas leches, agigantando auténticas pelotudeces, empobreciendo el debate público hasta el hartazgo.
Sobre la pobreza: Dios mío, Harvard, cuánto prejuicio y cuánta chatura. No importa si Jorge Lanata en persona pasó un machete de preguntas. Alcanza con registrar que las preguntas hacen a ese pobre universo de instalaciones efímeras construidas por los medios. Pudieron preguntar, en Harvard, por ciclos largos de la historia latinoamericana; por las dificultades de las transiciones democráticas incluyendo la carga asfixiante de las deudas externas; interesarse por la cuestión de los populismos; indagar sobre qué fenómenos llevaron a la presidencia a Evo, a Lula, a Correa; buscar alguna relación o tensión entre el crecimiento de la región y la crisis global. Uno imagina a Harvard entonces no como escuela de elites sino como Instituto de Reforzamiento de Todos los Prejuicios, y para colmo chiquitos.
...Y sin embargo. Ya que la Presidenta no se expone al sistema de preguntas en Argentina, ¿era necesario que lo hiciera en Estados Unidos y en un escenario hostil? ¿Que por primera vez haya tenido que ser ella la que deba sostener que la inflación no es alta? ¿Que pasaran tantos meses para que debiera ser, ella, la que deba explicar, con buenos y ordenados argumentos, las razones de las restricciones al dólar?.

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