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viernes, 28 de septiembre de 2012

Miguel Adami, un elegante, por Perra Intelectual (para “perraintelectual.com.ar” del 07-09-12)



Si, en efecto, la elegancia es el atributo de ser excepcionalmente eficaz y sencillo, a pocas personas les cabe tan bien el adjetivo “elegante” como a mi amigo Miguel Adami. Fundador y factótum de la Iglesia Universal de los Últimos Tintos (en adelante, IUDLUT), Miguel se dedica a explotar la esperanza de sus feligreses con un modo que ya quisiera tener el Sai Sri Ladri que anda por Buenos Aires en estos días. A cambio de una cuota mensual, destinada a su supervivencia y a la de sus “ositas” incondicionales, Monseñor Adami es capaz de mantener la atención de al menos cincuenta personas durante días, a fuerza de escritura, ironía, labia porteña y esa cualidad de “bon vivant” que lo hace irresistible.
Dicen las malas lenguas que “Miguel Adami” es el seudónimo que enmascara su verdadero nombre, pero es difícil creerlo, y mucho más difícil probarlo. Hay algunas personas que aseguran conocerlo en persona y haber tenido el gusto de compartir un tinto con él; más aún, no falta quien afirma que conoce a su hermosa señora madre y a su prima, María Felicitas. Mitos urbanos.
Lo que hay de seguro es que Miguel Adami aparece acompañado de la elegancia: en el humor, en la ironía, en el afecto y en el comentario político.
Cuando empecé a microbloggear en el viejo muro de 678 Facebook, había alguien que, muchas veces sin decir ni comentar nada, me ponía un “me gusta” a cada posteo. Tanto me acostumbré a ese acompañamiento, que si un día Miguel no estaba, no sabía si seguir escribiendo o no. Después nos fuimos haciendo amigos.
Como la gente inteligente y sensata sabe bien, las redes “no permiten establecer relaciones reales”, así que probablemente mi percepción de que lo quiero tanto sea falsa. Quizá no sea cierto que es mi amigo, que me acompaña siempre, que puedo contar con él, y él conmigo. Seguro que todos los parroquianos de la esquina virtual, donde tiene sede la IUDLUT, o los oyentes de la radio en la que tanto participa, están confundidos. Dice la gente sensata que estamos locos, o que somos tontos, o que no ponemos el cuerpo, o que no nos comprometemos, o todo eso junto.
¿Y por qué será, entonces, que hoy que me enteré de que está pasando un momento jodido, siento que se me estruja el alma?
Querido Miguel Adami, vaya este abrazo ENORME, militante, amigable, cariñoso, de parte mía y del resto de tus amigos, para que todo este cariño hecho nudo en la garganta, te sirva como mimo de terciopelo rojo para tu rojo corazón.

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