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lunes, 6 de agosto de 2012

Un guardiacárcel negro y peronista, por Martín Piqué (para “Tiempo Argentino” del 05-08-12)

El personaje de la semana

El mismo día que asumió como titular del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel anticipó que llegaba para producir un "cambio cultural" en la institución. Dirige una fuerza militarizada regida por una ley de la dictadura de Agustín Lanusse. Quién es el hombre que ocupa la atención de los medios por ejecutar una política que cree en la reinserción de los presos.

Por:
Martin Piqué

Y de pronto todos comenzaron a hablar de él. Era el murguero que bailaba con los presos, el funcionario que aparecía en el penal de Devoto vestido como el Hombre Araña, el responsable de que Eduardo Vásquez, condenado por el asesinato de su esposa, participara de actividades culturales fuera de la cárcel. A un año y tres meses de su designación al frente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), el abogado Víctor Hortel está en el centro de la polémica. Conocido como el “Negro” por amigos y allegados, que le dedican mensajes de aliento y le desean fuerza a través de las redes sociales, Hortel se convirtió en el destinatario de todas las críticas. Desde el radicalismo reclaman su renuncia, la derecha penalista se monta sobre el escándalo para forzar un retroceso de los derechos que están consagrados en la propia Ley de Ejecución Penal.

Hortel sabe que muchos quieren ver su cabeza en la picota. Con la avidez de un torero que ve sangrar al toro, los medios hegemónicos promovieron el escándalo. Forzaron algunos hechos, informaron sobre otros, aprovechando lo que el titular de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni definió como “imprudencias” y “errores políticos”, y el titular del SPF pasó a ser el jefe de una unidad básica que quiere sumar militantes entre asesinos y violadores. El escenario resultante impactó a Hortel, que a pesar de todo tiene la piel curtida. En el Ministerio de Justicia lo definen como “un tipo con carácter, capacidad de mando, para nada liviano”. Resignado a atravesar el mal momento, pero convencido de que el trazo grueso de su política es correcto, Hortel le agregó una palabra al nombre que lo identifica en su perfil de Facebook: “Satanás”.

El director del SPF es hijo de Eduardo Carlos Hortel, ex profesor de Derecho Procesal I en la UNLP y en la Universidad Católica de La Plata. Eduardo fue, también, miembro la Sala II del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires. El ex titular de cátedra es un reconocido especialista en Derecho Procesal y en Seguridad. Su hijo mantuvo la tradición al elegir la carrera de Derecho. Y al titular del Servicio Penitenciario tampoco le faltan pergaminos y, perdón por la palabra, antecedentes. Graduado como abogado en la UNLP, especializado en Derecho Penal, también escribano y procurador, Víctor Hortel siempre mostró una fuerte preocupación por los Derechos Humanos. Fue jefe de Gabinete en la Subsecretaría de Promoción de Derechos Humanos en la secretaría que encabezaba Eduardo Luis Duhalde y, años antes, durante la gestión de Aníbal Ibarra en el gobierno porteño, fue el defensor general de la Ciudad Autónoma, con jerarquía de juez de corte. Allí trabajó junto al prestigioso Mario Kestelboim.

Hincha fanático de Estudiantes, ex jugador de rugby –tiene la contextura física de un forward, los que van al choque en la primera línea–, Hortel avisó desde el principio que venía a hacer reformas. “Quiero generar un cambio cultural en el Servicio Penitenciario”, anunció en el acto en el que el ministro de Justicia, Julio Alak, lo puso a cargo de las 34 cárceles federales del país. Allí se alojan 9700 detenidos. Aunque no lo haya dicho en público, el modelo que se propuso seguir Hortel está encarnado por Roberto Pettinato (padre del conductor de TV), director de Asuntos Penales nombrado por Perón. Pettinato erradicó los trajes a rayas, clausuró definitivamente el penal de Ushuaia (donde se enviaba a los detenidos por razones políticas) y promovió la resocialización de los presos. En agosto de 1955, un mes antes del golpe, Pettinato tuvo una activa participación en el primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, que se realizó en Suiza. Una de sus innovaciones fue impulsar competencias de fútbol entre los presos de distintos pabellones y penales. Hortel se inspiró en aquellos campeonatos para crear el Torneo Nacional de Fútbol en Contextos de Encierro, que fue bautizado “Goles de Libertad”. El partido inaugural se jugó en el estadio de Gimnasia y Tiro de Salta. Lo jugaron presos de las cárceles federales de Salta y Jujuy. El padrino del torneo es Carlos Salvador Bilardo, el ex DT de la Selección, un héroe para todos los hinchas de Estudiantes. La iniciativa del director del SPF fue un éxito absoluto: “De 9700 presos se anotaron 3000, el 30% de la población carcelaria. Es un récord”, contaron a Tiempo Argentino desde la cartera de Justicia.

La gestión de Hortel en el Servicio Penitenciario comenzó en abril de 2011. Desde entonces ya se pudieron ver algunos resultados que –en caso de mantenerse en el tiempo– son prometedores. La reincidencia de los presos que cumplen su condena en las cárceles federales bajó del 24 al 22%, según números oficiales. En el mismo plazo hubo una mejora en las condiciones de alojamiento de los detenidos, ya que el SPF tiene capacidad para 11 mil plazas y hay 9700 presos: el avance fue reconocido por el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD), con sede en Costa Rica. Otras instituciones vinculadas a la cuestión penitenciaria, como el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC), han combinado elogios, algunas críticas específicas y advertencias sobre la campaña de la derecha, Clarín y La Nación para “recortar los derechos” que tienen los ciudadanos privados de su libertad. «

En pocas líneas

Enemigos íntimos : Rol clave en el traslado de represores

Hortel puede haberse ganado enemigos. Desde que desembarcó en el SPF, un grupo de represores de alta graduación condenado por delitos de lesa humanidad fue trasladado desde la cárcel VIP de Campo de Mayo, en terrenos del Ejército argentino, hasta el penal federal de Marcos Paz.

También formó parte de la agrupación política y cultural Negros de Mierda y tiene relación con Vatayón Militante, organización kirchnerista que impulsa actividades culturales, como recitales de rock, recitados de poesía, murgas y bailes, con participación de los presos.

Publicado en :

http://tiempo.infonews.com/2012/08/05/argentina-82804-un-guardiacarcel-negro-y-peronista.php

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