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viernes, 3 de agosto de 2012

Por qué conviene PDVSA a la República Argentina, por Federico Bernal (para “Infonews” del 02-08-12)


Alianza estratégica

Venezuela es garantía de más soberanía energética, tanto para nuestro país como para el Mercosur.

Por:

Federico Bernal

La alianza estratégica entre PDVSA e YPF es un hecho. Los representantes del modelo energético neoliberal lloriquean a viva voz. No es para menos. Tener como aliado energético a la principal reserva de petróleo del mundo y a la primera de gas natural del continente americano es una mala noticia para quienes utilizan la cuestión energética y eléctrica como factor de desestabilización del gobierno nacional. El caso del señor Montamat, ex secretario de Energía de la Nación, ex director de YPF SE y Gas del Estado, resulta emblemático. Su intachable currículum de eximio privatizador, su desempeño como testigo para una compañía estadounidense que denunció al Estado Nacional ante el CIADI y la opinión que le reserva al Estado (“fue mal empresario petrolero”, frase escrita por el autor en 1993, tres años después de haber abandonado la máxima dirección de YPF) lo convierten en máximo referente técnico del retorno a la desregulación hidrocarburífera y eléctrica. Como era de esperar, para Montamat “PDVSA no es lo más conveniente para YPF” puesto que no “tiene capacidad financiera”. También señaló que la venezolana carece de experiencia en petróleo no convencional y que, por tal motivo, la Argentina debería “negociar con petroleras estadounidenses”. Todo esto, entre un mar de críticas a la renacionalización de YPF, la Ley de Soberanía Hidrocarburífera y el extraordinario Decreto 1277 que pone fin a las normativas desreguladoras y provincializadoras de los noventa. Pero más que responderle a este personaje, vamos a explicar, muy brevemente y desde un enfoque nacional y popular, por qué conviene PDVSA a la Argentina.
Venezuela es miembro fundador de la OPEP y ha sido el país que revitalizó, a partir de 2001, su función primigenia de defensora de la industria petrolera de los países miembros, priorizando el interés doméstico por el de las multinacionales privadas. El país caribeño exportó petróleo en 2011 por 88.100 millones de dólares, siendo la quinta potencia exportadora de la OPEP. Su ganancia antes de aportes y contribuciones para el desarrollo social e impuesto sobre la renta fue de 35.229 millones de dólares en 2011. Cuenta con reservas probadas por 297.571 millones de barriles (la Argentina tiene 2500 millones y Arabia Saudita 265.405). En este sentido, importa destacar el substancial e inédito proceso de certificación de reservas ocurrido en Venezuela. En efecto, fruto de la eficiente e intensa labor de la petrolera estatal, el horizonte de reservas de crudo pasó de 99.377 millones de barriles (mb) en 2007 a 211.173 en 2009 y 297.571 el año pasado. Es decir, un incremento del 200% o la mayor incorporación de reservas comprobadas de crudo del mundo. Venezuela es, por esto mismo, la principal reserva de petróleo del planeta. Parándonos desde el escaso horizonte de reservas comprobadas que tiene la Argentina, nada le conviene más a nuestro país que aliarse estratégicamente con una potencia petrolera del calibre de Venezuela, a la vanguardia mundial de la exploración e incorporación de nuevas reservas. Semejante capacidad se comprueba claramente al advertir que la cantidad de pozos perforados y en producción es la mayor a nivel OPEP (cerca de un 30 y 45%, respectivamente) y casi el doble y cuádruple que Arabia Saudita, (año 2011). Al analizar sus exportaciones y mercados compradores, se advierte que estamos en presencia de la novena potencia exportadora de crudo del mundo. Mucho más relevante aun, su interés por tener de clientes a los países de la región (Caribe y América del Sur) ha crecido exponencialmente en el último lustro. Que se priorice como clientes a las economías de la Patria Grande obedece a la línea política y geopolítica de la Revolución Bolivariana, que utiliza sus hidrocarburos como herramienta y motor de la integración regional y la consolidación de los bloques de poder como el ALBA y el ALBA-Caribe. Ahora que Venezuela es miembro pleno del Mercosur, lo mismo sucederá con la quinta economía del mundo.
En materia de gas natural, Venezuela destaca por ser la octava potencia gasífera del mundo y la segunda del continente americano. Cuenta con 15 veces más gas que la Argentina, como se sabe, importador de este energético en un 15% (en relación con la demanda total). Si bien no al nivel de lo verificado con el petróleo, la reposición de reservas gasíferas fue positiva entre 2007/2011, incrementándose en un 14 por ciento. En cuanto a la producción de derivados de petróleo, por cierto, una cuestión capital desde la creciente importación de combustibles a la que la ineficiencia y la desidia privada sumergieron a la Argentina, Venezuela es sinónimo de seguridad y confiabilidad. Los niveles de refinación venezolanos se han mantenido prácticamente estables durante el último quinquenio. Es la tercera potencia refinadora de la OPEP y la tercera latinoamericana, luego de Brasil y México. En relación con nuestro país, casi que lo duplica en capacidad de refino. ¿A quién le vende combustibles? Venezuela es el principal proveedor OPEP para América del Norte (Estados Unidos) y para América Latina, con el 74% y el 63% respectivamente de las ventas totales que la referida organización mantiene con dichas regiones. En relación con las exportaciones de crudo sucede algo parecido. El principal destino de los 1,5 mb totales de exportación es América Latina, siendo Estados Unidos el segundo (en lo que va del año, los envíos venezolanos aumentaron un 65% en relación con 2011). Finalmente y por si todo esto fuera poco, Venezuela abre a YPF las puertas a los campos maduros (pozos en producción) de la Faja del Orinoco (se suma a Enarsa). ¡¿Qué nación no querría esto, por favor?! Si se confirma que el área destinada a la empresa argentina es Petroanzoátegui, no sólo estamos hablando de una producción equivalente al 25% de la producción total nacional, sino también de la única zona de la Faja que actualmente tiene la capacidad de producir GLP entre sus procesos de mejoramiento de crudo.
En conclusión, el gobierno nacional ha elegido a Venezuela como pilar regional para la profundización de la notable transformación hidrocarburífera que registra nuestro país desde la renacionalización de YPF. Venezuela es garantía de confianza, calidad y eficiencia en todos los segmentos y cadenas de la industria petrolera y gasífera. Pero esencialmente, es garantía de más soberanía energética, tanto para nuestro país como para el Mercosur, piedra angular del modelo de desarrollo vigente desde 2003.

http://www.infonews.com/2012/08/02/economia-32319-por-que-conviene-pdvsa-a-la-republica-argentina.php

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