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sábado, 11 de agosto de 2012

DIEGO, BELGRANO NO SE MANCHA, por Emiliano Vidal (para "Tiempo Argentino" del 08-08-12)


Les dejo una carta pública dirigida al querido Diego Maradona tras sus declaraciones no muy afortunadas contra el abogado y periodista Manuel Belgrano, publicada el miércoles 8 de agosto pasado en el diario Tiempo Argentino.

Abrazo

Soy un maradoniano y belgranino de siempre. Es bueno para el país, que Maradona y Belgrano se conozcan, aunque muchos no quisieron ni les conviene.


Capital Federal, 08 de agosto de 2012


Carta pública a Diego Armando Maradona
Diego, Belgrano no se mancha.


Diego querido, en más de una oportunidad te escuché decir comentarios despectivos hacia Manuel Belgrano. La última, fue en la entrevista radial del programa “Perros de la calle”. Lo sé, porque te sigo, porque soy maradoniano y por que en mi retina y corazón estará por siempre el recuerdo de mi cumpleaños número nueve del 29 de junio de 1986, el mismo día que salimos campeones y alcanzaste la inmortalidad. Cada éxito, cada lágrima, cada dolor, cada gol tuyo, tus alegrías, tus tristezas, fueron míos. Sin conocerte, te quiero como si fueras un hermano, un amigo, un familiar querido. Pero también soy belgraniano y vos y Belgrano tienen mucho en común y parecido, y el país necesita que se conozcan, como el nombre de esa peli que hiciste con el Negro Dolina, el día que “Maradona conoció a Gardel”. Y estos son tiempos para que conozcas a Manuel Belgrano.

Siendo el mejor jugador de fútbol, desde muy joven, te enfrentaste a los poderosos sin importar los costos. A los carcamanes de la FIFA, a los grandes medios cuando los echaste de tu quinta, a los malos dirigentes, a las injusticias contra tus compañeros, cuando los obligaban a jugar al mediodía en pleno verano, a los Estados Unidos, que aún no te dejan ingresar a su territorio. Manuel Belgrano fue un abogado y periodista que a los 36 años no dudó en tomar las armas y ayudar en la defensa de los intereses de una nación naciente, desde las primeras invasiones inglesas en 1806 hasta liderar ejércitos sin ser militar, invirtiendo su salud y todo su patrimonio económico. “Donde vaya siempre voy a defender mi bandera como un argentino más, que sigue creyendo en ella y en los argentinos”, dijiste cuando en el 2005 el Parlamento argentino te homenajeó. Esa bandera que tanto sentís, que defendiste en cada partido, en cada Mundial, ante cada insulto, porque todos nos indignamos junto a vos en Italia 90, fue el símbolo que Belgrano impulsó para estimular a la tropa a su cargo en el Ejército del Norte durante las expediciones libertadoras del Paraguay, cuando el 27 de febrero de 1812, tras inaugurar una nueva batería militar, denominada Independencia, en la ciudad de Rosario, se izaba por primera vez, con esos colores, celeste y blanco, que vos Diego revindicaste siempre en la Selección Nacional, llevando el mejor fútbol a cada rincón del planeta. Esa misma enseña que tanto preocupó al entonces secretario del Triunvirato, Bernardino Rivadavia, por no perjudicar los intereses de Inglaterra, tan relacionados con las clases ricas de Buenos Aires, que marginaban a los pobres, a los futuros nacidos, como vos, en Villa Fiorito.

Diego querido, Belgrano fue el primer revolucionario, y si Ernesto “Che” Guevara, al que tanto revindicas, es un ícono de protesta, don Manuel, que aún no es realmente conocido por los argentinos, es un ícono ejemplar para todos. Porque Maradona y Belgrano juegan en el mismo equipo y cada uno a su estilo y lugar, levantan la enseña celeste y blanca y las banderas de la honestidad, la lucha, la humildad y la dignidad.

Porque Belgrano comenzó a palpitar el sentimiento de Nación cuando los ingleses invadieron estas pampas en 1806. Fue en los tiempos en que era Secretario del Consulado del reino español desde 1793, y no quiso doblegarse ante el yugo inglés. Y vos Diego, con esos dos goles que resumen al fútbol, el de la picardía del potrero y el de la obra maestra en los octavos de México 1986, te consagraste frente a Inglaterra a cuatro años de la guerra de Malvinas. El 22 de junio de ese año sacaste una sonrisa ante tanta tristeza y frente a los “piratas”.

Hay muchos de Belgrano en vos Diego, porque los dos son hijos de esta Patria. Y también son víctimas de ellas. Yo ví tu esfuerzo físico tras la goleada frente a Colombia 5 a 0 y no dudaste en volver a la Selección porque nos quedábamos afuera del Mundial yanqui y luego, los poderosos de turno de allá y de acá, rencorosos, te cortaron las piernas y funcionales a sus intereses, festejaron tu dolor.

Son los mismos que no quieren que Belgrano se conozca y lo dejaron reposando al lado del mástil de la bandera, sin tener en cuenta que Manuel fue un abogado devenido en militar que entró rico a la política y murió pobre, solo y olvidado con su cuerpo esperando días porque nadie quería gastar dinero en su velatorio.

Los mismos “panqueques y sanwichitos” como vos los definís, que vendieron un Belgrano menos hombre porque propuso la igualdad de oportunidades en tiempos en que la mujer era resumida a una cosa, revindicando su rol, como a su coronela Juana Azurduy, manifestando que “una mujer ignorante es una mala generadora de ciudadanos, poco productivos e incompetentes”.

Porque revindican las mismas causas, porque defienden los mismos valores, la bandera nacional, porque son nuestros; como vos decís Diego, que sos “popular” y no “público”, porque no se quiere lo que no se conoce, por todo eso y más, porque vos sos diez, Belgrano no se mancha.

Emiliano Vidal

CABA, República Argentina

evabogado@yahoo.com.ar

Fuente : enviado por mail al editor del blog por el autor

Publicado en la edición de papel de Tiempo Argentino, en el Correo de Lectores.


3 comentarios:

  1. Gracias Adrian por difundir, por comprender su sentido, por ayudarme a aprender, en sí, por el gesto. Como alguna vez dijo Nietzsche "no soy un un hombre soy un campo de batalla", un abrazo de corazón y de argentino, Emiliano Vidal

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  2. De nada Emiliano. ¿Te gustó la imagen?

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  3. Si Adria, me encanto. En un correo te decía que quiero hacer un cuadro con esa foto. Abrazo grande, es bueno que Maradona y Belgrano se conozcan y alguna vez los argentinos vamos a estar cerca de este adelantado que fue Don Manuel.

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