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viernes, 24 de agosto de 2012

0800, Fascismo y Frente Nacional y Popular, por Federico Bernal (para “Infonews” del 22-08-12)


Algunas zonceras neoliberales

La Argentina semicolonial y fascista sabe que su peor enemigo es la consolidación de un frente nacional y popular.

Por:

Federico Bernal

El eje de la discusión en torno a la imbecilidad macrista y sus innumerables deposiciones se centra ahora en la constitucionalidad o inconstitucionalidad del 0800, flamante invento PROcesista. El campo nacional responde aclarando a la comunidad en qué consiste la presencia de La Cámpora en las escuelas. La reacción retruca: "al fascismo y a la dictadura del gobierno nacional, ahora se le suma la irrefrenable militancia juvenil bárbara y fundamentalista, amparada por un Estado todopoderoso e intervencionista al extremo". Así como está planteado el debate, el 0800 ganó por afano. A propósito, algunas reflexiones ausentes. Por ejemplo, ¿por qué la reacción sigue calificando de fascista al peronismo histórico? En realidad y tanto por derecha como por izquierda, las experiencias nacionales y populares han sido siempre tildadas de fascistas o fascistoides, cuando no con epítetos peores. El neoliberalismo fue neoliberalismo a secas. Pero Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón fueron, para muchos, sino tremendos fascistas o nazi-fascistas, sus versiones moderadas americanas. Don Arturo sintetizó esta zoncera en la número 44 de su Manual... La tituló "Nipo-nazi-fasci-falanjo-peronista". Para Jauretche, más que un trabalenguas se trataba de un trabasesos, "en el que estaban todas las claves del país y al que no hacía falta comprenderlo ni estudiarlo" para utilizarlo contra los gobiernos populares. Es que, según creen millones, las grandes medidas tomadas por el populismo industrialista, en el fondo, poseen una génesis fascista; igual con su comportamiento ante las masas, su liderazgo y la respuesta que en ellas despierta; su forma dictatorial de gobernar el país y plantarse ante el mundo, lo mismo. Todo aquel o aquella que ose levantar sus banderas continuará la ascendencia del fascismo argentino, fundado, no ya por los fieles y lógicos herederos de Moreno, Belgrano, Artigas, Bolívar y San Martín, sino por los de Mussolini, Hitler (y Stalin, para La Nación) del subdesarrollo. Una vez más, la Argentina "granero del mundo" –crecientemente debilitada y desesperada– vuelve a levantar en alto la zoncera 44. No importa comprender ni estudiar el trabasesos. Basta repetirlo para dañar. Por eso y esta vez, la respuesta de la democracia nacional y popular deberá ser terminante. Qué fue el fascismo y qué fueron y son los grandes movimientos nacionales y populares argentinos.

¿QUÉ FUE EL FASCISMO? El notable historiador egipcio-británico Eric Hobsbawm dedica una importante cantidad de páginas de su monumental Historia del Siglo XX a la descripción del fascismo. Con esta obra alcanza y sobra para comprender la lógica del trabasesos como principal caballito de batalla de la reacción a la hora de atacar al nacionalismo democrático argentino, tanto presente como pasado. Ahora, un análisis más propio de una sociología de cabecitas negras. Fueron los cardinales trabajos de Jorge Abelardo Ramos y Enea Spilimbergo los que más y mejor analizaron el trabasesos aludido, máximo delirio del stalinismo criollo, hoy sutilmente reimplantado por el PROcesismo. Para Ramos, el fascismo fue "la expresión terrorista del capital financiero en los países avanzados; y que en los países atrasados sólo podía manifestarse como agente de la dictadura policíaca del capital imperialista". El fascismo se fundamentó en el Estado como aparato de opresión terrorista de las clases populares, básicamente de la clase trabajadora a través de la destrucción sistemática de los sindicatos. El nazismo tuvo vía libre al poder recién con la división de las fuerzas obreras en Alemania, patrocinada por el stalinismo alemán. Como sea, el problema no es tanto la incomprensión del fascismo (nacionalismo reaccionario de la Vieja Europa), sino la incomprensión del nacionalismo democrático y popular en América Latina y la Argentina. Lo más cercano al fascismo que tuvo nuestro país fue justamente el nacionalismo oligárquico, nacido alrededor de los acontecimientos que desembocaron en la Semana Trágica y perfeccionado durante las décadas del '20 y del '30. El odio a la clase obrera, el rechazo a los grandes caudillos del siglo XIX y XX; las injurias racistas hacia las clases populares, a la vez que exteriorizando admiración por la "civilizada" Inglaterra y su rol progresivo sobre los pueblos del Tercer Mundo bárbaro fueron bandera y consigna de la versión argentina del fascismo. El fascista criollo aborrece la democracia yrigoyenista y su continuación y profundización histórica, la peronista. Hoy odia la democracia kirchnerista. El fascista criollo puede ser de derechas o de izquierdas.

DE GERMANI A CODOVILLA. Gino Germani, fundador y jefe de la escuela de sociología de la UBA durante muchos años, comparaba al peronismo con el nazifascismo, describiéndolo al primero en estos términos: "Base humana de un movimiento totalitario destinado en definitiva a servir intereses que le eran completamente ajenos". En esta definición del nacionalismo popular coincidieron conservadores, el Partido Comunista, y los socialistas de Repetto, Palacios y Juan B. Justo. Según nos recuerda Ramos en su magistral Breve historia de las izquierdas en la Argentina, el primero en lanzar la piedra fue Vittorio Codovilla, padre del stalinismo argentino. En su intervención durante la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (1929), expresó: "En algunos países (de la región), los gobiernos pequeño-burgueses, agentes directos del imperialismo yanqui, se han transformado en gobiernos nacionales-fascistas; (...) y otros que pueden calificarse de nacional reformistas por su demagogia obrerista (Argentina, Uruguay, Ecuador, etc.) se están transformando de más en más en gobiernos con fuertes vistas al nacional-fascismo." Esta definición de Codovilla se reproducirá siempre, tanto por derecha como por izquierda, frente a cada irrupción de los movimientos populares argentinos a lo largo de los últimos 120 años de historia. Yrigoyen fue "fascista" y Uriburu lo derrocaba con justicia por "demagogo". Perón fue nazi y dictador. Su derrocamiento fue un acto liberador.

FASCISMO Y REFORMA UNIVERSITARIA. Tal vez no haya mejor frase para explicar y contrarrestar el 0800 creado por el sobrino de Patricia Bullrich, que la esgrimida por el joven comunista argentino Orestes Ghioldi (hermano de Rodolfo, fundador del Partido Comunista argentino), también durante la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana de 1929. Dijo este representante de la Internacional Juvenil Comunista sobre la Reforma Universitaria del '18: "(...) las organizaciones enemigas que mayor arraigo tienen en el seno de la juventud trabajadora de América Latina, son las que encarnan los movimientos nacionales reformistas, que día a día con mayor vigor toman las características de movimientos nacionales fascistas. Por su demagogia y por los medios poderosos que disponen, logran el propósito de atraer a la juventud, y por eso deben ser nuestros peores enemigos y la lucha contra ellos, en todos los terrenos, debe efectuarse sin cesar (...). Al hablar de movimientos enemigos debemos reservar un capítulo especial al movimiento de la juventud pequeño burguesa e intelectual. (...) Su expresión máxima es el llamado movimiento de la Reforma Universitaria, (...) que rápidamente se extendió por toda Latinoamérica, ejerciendo por momentos, marcada influencia en los movimientos sociales. (...) La Reforma Universitaria, después de seguir una curva ascendente, claudicó en sus principios fundamentales y hoy está en un período degenerativo, provocado, entre otras causas, por la influencia de los partidos demagógicos de la burguesía. En la Argentina, (...) la intromisión del yrigoyenismo ha marcado la aceleración de ese proceso corruptivo". Sustitúyase la Reforma Universitaria por La Cámpora, Latinoamérica por la Argentina y el yrigoyenismo por el kirchnerismo.

FRENTE NACIONAL Y POPULAR CONTRA EL TRABASESOS. El 0800, entre otras medidas, discursos y prácticas del neoliberalismo portuario, es un elemento más de la derecha para apartar a la juventud del campo nacional y popular, de la misma manera que se intentó y logró hacer con la CGT presidida por Hugo Moyano y el gobierno nacional. El kirchnerismo está provocando entre la juventud y amplias capas de la intelectualidad científica y técnica nacional, el mismo efecto que aquella Reforma de 1918 con el yrigoyenismo, retomada en su espíritu décadas después por el peronismo. ¿Pero acaso es la juventud afín al modelo vigente el peor enemigo de la reacción? No. La Argentina semicolonial y fascista sabe que su peor enemigo es la consolidación de un frente nacional y popular. Se impone, por tanto, su desmembramiento a través de la desunión de las clases populares y su enfrentamiento entre sí. Mientras tanto, la ultraizquierda, la CTA amarillista y la CGT de Moyano aportan a la oligarquía la cuota de "obrerismo" que precisa para volverse progresista y calificar de antiobrero y antipopular al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En fin, y sin un frente que aglutine a todas las clases y sectores populares, y sin un partido nacional y popular revolucionario que las interprete, la reacción argentina tendrá las manos libres para retornar al poder. La fuerza del fascismo argentino está en la división de las clases populares. El 0800 importa un rábano en sí mismo. El 0800 debe responderse con un 0800 para denunciar la destrucción sistemática que el macrismo provoca a los sistemas de salud, educación, transporte, cultura, etcétera, de la ciudad capital de todos los argentinos. El debate es otro. En la Argentina del Bicentenario, el casi centenario trabasesos debe ser desmantelado de una buena vez y para siempre.

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http://www.infonews.com/2012/08/22/politica-35254-0800-fascismo-y-frente-nacional-y-popular.php

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