CONSTITUCION DEL REINO DE ESPAÑA
TÍTULO VII.
ECONOMÍA Y HACIENDA.
1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.
Publicado en :
https://www.icbf.gov.co/transparencia/derechobienestar/icbf/const_es_pr002.html
“No se van a animar”… ¿Cuántas veces escuchamos … o dijimos … esa frase?. ¿Cuántas veces pensamos que este ciclo político había alcanzado sus límites, había traspasado fronteras infranqueables, aunque invisibles, que no se podían superar?...
Ese 54% que asombró a tantos opositores se explica por decisiones como esta, por poseer la capacidad de superar los “no se puede” y hacer las cosas que parecían imposibles.
Por tomar decisiones que se transforman en puntales de un nuevo modelo de país. Por hacer realidad medidas que constituyen viejas utopías de muchos peronistas, de muchos radicales, de socialistas, de progresistas, de gente de la izquierda clasista …
“Esa”, “Cristinita”, ”la yegua”, “Reina Cristina” , la “Viuda Negra”… ¡Cuántas cosas hemos tenido que escuchar en estos años!...
Pero evidentemente tenemos al frente del país a una dama que tiene los guantes bien puestos : y pega donde hay que pegar … Y les demuestra a todos, incluyendo a los dirigentes españoles, que la política ha vuelto, para quedarse … Les demuestra a los cultores de la Secta Neoliberal que su Dogma de Fe economicista ya no es tenido en cuenta, al menos en estas tierras del Nuevo Mundo. No queremos más espejitos de colores … queremos nuestro oro … negro.
La política ha vuelto. Las decisiones las toman los representantes democráticamente elegidos por el pueblo. La tecnocracia oligárquica de los especialistas económicos formados en las ideas de Milton Friedman ha llegado a su fin, al menos en estas tierras sureñas del Fin del Mundo…. Y seguramente no hay mejor lugar que el fin del mundo para dar comienzo a un nuevo principio, a una nueva sociedad, donde la gente, el ciudadano común y corriente que trabaja todo el día sea más importante que el Dios Mercado, que el “riesgo país” y el “clima de negocios”…
La política ha vuelto … y con ella ha vuelto la democracia, para quedarse…
YPF tiene una larga historia en el país. La compañía fue fundada bajo la presidencia del radical Hipólito Yrigoyen, una de las 4 grandes figuras políticas de la UCR –junto a Alfonsin, Frondizi e Illia- , con una actuación central del general Enrique Mosconi.
La empresa se crea con el objetivo de otorgar al país soberanía energética pero, sobre todo, para independizarse de las evoluciones del precio internacional del petróleo . Por eso la compañía se dedica a la prospección, extracción, refinado y venta al público de petróleo y sus derivados. Esta decisión de Yrigoyen no fue muy distinta a la tomada en diversos momentos del siglo XX por casi todos los países productores de petróleo, en los cuales siempre el Estado asume un rol central en el control de ese recurso no renovable.
La importancia de esta decisión de Yrigoyen fue tal que muchos historiadores han visto en el golpe de estado de 1930, que derrocó a Yrigoyen, un golpe “con olor a petróleo”, en el cual los sectores civiles y militares que lo ejecutaron respondían a los intereses de algunas grandes compañías dedicadas a la explotación del oro negro.
Pese a estas disputas, la compañía siguió en manos del estado a lo largo de las décadas, pese a que se sucedieron golpes, fraudes, y algunas elecciones limpias. YPF siguió siendo estatal con conservadores , radicales, peronistas y militares. Y siguió dando lugar a grandes polémicas, como cuando Perón en su segundo gobierno llegó a un acuerdo con una compañía norteamericana para que participase del negocio petrolero (la famosa “California”), o cuando Frondizi, gran crítico de esa decisión de Perón, hizo algo muy parecido pocos años después al ser elegido Presidente.
En las décadas del ’70 y ’80 la situación jurídica de la empresa no se alteró. Si comenzaron a prepararse las futuras privatizaciones a través de una campaña continua y sistemática de desprestigio del rol de Estado en la economía, lo que era acompañado por una política de desinversión que desguazaba todo lo controlado por el Estado (empresas de servicios, escuelas, hospitales) para luego justificar su privatización a partir de los defectos y limitaciones que se habían provocado a ese fin.
En los ochenta comenzó a hablarse de privatizar empresas del estado, y hubo algunos proyectos que no llegaron a concretarse.
Pero fue en los noventa, en tiempos del menemismo, cuando estas políticas pudieron hacerse realidad . Y estas privatizaciones incluyeron a YPF, cosa extraña porque los gobiernos neoliberales de otros países (Pinochet en Chile por citar un ejemplo cercano) jamás intentaron privatizar recursos naturales estratégicos (el cobre chileno siguió en manos del Estado).
Algunos legisladores opositores han manifestado sus críticas al rol del justicialismo en las privatizaciones de los noventa, e incluso a algunas decisiones tomadas en el siglo pasado por Cristina Fernández o por su esposo, fallecido en 2010. Evidentemente, la inmensa mayoría del justicialismo apoyó las privatizaciones en la década de los noventa. Pero no estuvieron solos … Hay que recordar que Menem fue elegido por el voto popular en 1989, reelegido en 1995 –tras el Pacto de Olivos, en el que el radicalismo acordó la reforma constitucional de 1994-, y salió primero (con 24% de los votos, pero primero al fin) en 2003. Sus votos y los de otro gran privatista, el ex-radical Ricardo López Murphy, superaban el 40% de los sufragios en el 2003… mucho no habíamos aprendido de pasados errores.
En otras palabras, si vamos a hacer una “autocrítica” de las decisiones de los noventa, la tarea excede a los dirigentes del justicialismo de aquellos años (principales, pero no únicos responsables). Ellos deberían hacer obviamente una autocrítica, pero acompañados por dirigentes de otros partidos, burócratas sindicales, intelectuales, dirigentes empresariales, periodistas “independientes”, y grupos mediáticos varios …
Y no deberían estar acompañados sólo por ellos. Las privatizaciones no despertaron en los noventa ninguna “crispación” popular, sino más bien apoyo. No se vieron por las calles de las ciudades argentinas furiosas amas de casa de clase media haciendo sonar las cacerolas … Essen o de aluminio … Cuando se privatizó YPF hubo una convocatoria “popular” de repudio ; fueron tan pocas personas que la policía ni siquiera se tomó la molestia de reprimir…
Algunos se preguntan, como siempre ante medidas del kirchnerismo, porqué ahora… ¿Por qué ahora, por qué no hace uno, cinco u ocho años?
La pregunta tiene dos respuestas complementarias : una política y la otra económica.
La respuesta económica es que el manejo que REPSOL hizo de YPF terminó generando el fin del autoabastecimiento petrolero y gasífero. Lo generó ahora, no hace cinco o diez años.
La respuesta política es más simple aún : el kirchnerismo obtuvo un 22% de los votos en las elecciones presidenciales de 2003, 46% en las de 2007 y 54% en las de 2011.
Los votos de 2007 se licuaron rápidamente debido al conflicto agromediático, que culminó con la traición del vicepresidente Cobos y las escisión del FpV (apareciendo el Peronismo Federal o disidente que se sumó a la oposición) . Este traspié fue seguido de una mala elección (30% de los votos) en 2009, que permitió dos años de control opositor del Congreso (vía formación de una megacoalición opositora que abarcaba desde la izquierda a la derecha, conocida como “Grupo A”).
En otras palabras, ahora existe la necesidad económica de recuperar YPF (para no seguir importando 3.000 millones de dólares en combustibles, como se hizo en 2011), y la capacidad, la fuerza política para emprender semejante tarea.
En definitiva, podríamos cerrar con algunas reflexiones :
* La inmensa mayoría de los Estados petroleros (de Noruega a Venezuela, de México a Irán) tienen la explotación de hidrocarburos bajo control del Estado.
* Las razones por las que Yrigoyen y Mosconi crearon hace nueve décadas YPF siguen vigentes en el siglo XXI. Tan vigentes que Petrobrás, compañía estatal brasileña creada sobre el molde de la vieja YPF, es hoy una compañía muy importante a nivel mundial.
* Hoy Cristina Fernández de Kirchner propone volver a ese camino virtuoso inaugurado por Yrigoyen y Mosconi. Propone orientar la política hidrocarburífera según los intereses y necesidades del país, en lugar de manejarla según los intereses y necesidades de una compañía trasnacional con capitales de diversos países.
Por todo esto, este proyecto excede los intereses de un gobierno, de una fuerza política, o de CFK. Por eso la propia presidenta pide en el proyecto que sea aprobado por dos tercios de ambas cámaras para transformarse en política de Estado, muy difícil de modificar por el resultado aleatorio, circunstancial, de una sola elección.
Lo que estamos discutiendo es si recursos naturales tan vitales como los combustibles fósiles deben manejarse como una mercancía cualquiera, como si fueran papas, lápices o caramelos, o como un recurso estratégico que requiere que su manejo quede a cargo del Estado.
Por eso los argentinos, independientemente de que en octubre hayamos votado a CFK o a otro candidato, debemos pensar en qué país queremos para nuestros hijos y nietos.
Adrián Corbella 18 de abril de 2012.
adriancorbella.blogspot.com
Muy bueno y contundente. Y los que se oponen, sabemos por qué lo hacen. Ya no tienen máscara y nos muestran sus repulsivos rostros. Ya está, estamos más cerca de la victoria
ResponderEliminarGracias Gustavo ... De todas maneras, yo me enamoré de la imagen ... Los guantes rosas, la risa, los escuditos ... Soy como el Dr. Frankenstein ...
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