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martes, 10 de abril de 2012

Por una Enciclopedia del Colonialismo, por Eric y Alfredo Eric Calcagno (para “Miradas al Sur” del 08-04-12)

Los procesos coloniales ocultaron la verdadera historia.


Miradas al Sur.Año 5. Edición número 203. Domingo 8 de abril de 2012

Por

Eric Calcagno y Alfredo Eric Calcagno Diputado nacional (FpV), Doctor en Ciencias Políticas

politica@miradasalsur.com


La historia nunca es neutra. No es neutra la forma en que se la cuenta y se la enseña, ya que se elige relatar ciertos hechos y silenciar otros, fundar las explicaciones en muy distintos factores (religiosos, sociales, políticos, demográficos, o la acción de “grandes hombres”) y enmarcar los acontecimientos dentro de un movimiento secular, que puede ser cíclico, evolucionista, u orientado hacia la realización de ciertas metas o destinos que se atribuyen a determinadas naciones o grupos humanos. La historia tampoco es neutra en cuanto a sus consecuencias: al inculcar en la educación y en el discurso de todos los días una cierta visión de nuestro pasado, la historia nos modela como sociedad, como nación y como personas, definiendo por lo pronto quiénes somos: qué entendemos por “nuestro” pasado. La definición de qué es relevante conocer sobre la historia y de cómo relatarla tiene pues importantes implicaciones para el presente: la historia se ve desde el presente, y vemos el pasado a través de los valores, intereses y conflictos de hoy.
Es por eso que una enciclopedia del colonialismo, enfocada desde el punto de vista de quienes lo sufrieron, es una necesidad para el mundo actual; y la actitud cínica del Primer Ministro del Reino Unido con respecto a la usurpación de las Islas Malvinas obliga a replantear ahora el tema. El colonialismo nunca fue solamente un hecho militar. La colonización mental fue siempre un objetivo de los dominadores, y oponerse a ella es el objetivo central de una enciclopedia del colonialismo.

El relato de las potencias coloniales. Todos los países elaboran relatos acerca de su historia, pero sólo se conocen los de los países poderosos. Por supuesto, los textos originados en las potencias imperiales presentan los crímenes y saqueos coloniales como actos de beneficencia y solidaridad. La desgracia es que a escala internacional se ignoran los puntos de vista de los países colonizados, los cuales reflejan su verdad histórica. Lamentablemente, en las escuelas de los países en vías de desarrollo que sufrieron el colonialismo, además de la historia del propio país, sólo se estudia la de algunos países desarrollados.
Con respecto al colonialismo, no existe un relato global y detallado de los ultrajes cometidos; sólo algunos historiadores y políticos han descripto los crímenes y saqueos en varias situaciones concretas. Hay una ignorancia generalizada acerca de estos horrores, que las potencias coloniales disfrazan como misiones humanitarias. Por ejemplo, la historia colonial de España, Gran Bretaña, Francia, Portugal, Holanda y Bélgica, es un ejemplo de crueldad y avidez que debería avergonzarlos; sin embargo, “de eso no se habla”.

Casos notables de colonialismo. Existen casos emblemáticos no muy recordados. Uno de ellos es la Guerra del Opio (1839-1842), por la cual Gran Bretaña, en esa época potencia colonial triunfante, obligó a China a consumir opio para satisfacer intereses comerciales británicos (la obligaban a comprar el opio producido en la India Británica); de paso, anexaron a Hong-Kong y abrieron cinco puertos al comercio europeo. Poco se habla de los millones de chinos muertos y del crimen cometido por los británicos al implantar la drogadicción en China por la fuerza militar.
Otro caso representativo es la colonización del Congo, propiedad privada personal del rey Leopoldo II de Bélgica desde 1885 hasta 1908, quien a su vez ejercía la soberanía. Fue saqueado en sus riquezas, sus habitantes obligados al trabajo esclavo y sus muertos oscilaron entre 5 y 10 millones.
Los procesos coloniales abarcaron todas las manifestaciones de la vida de los países colonizados: territorial, política, económica, social y cultural. En una primera época fue la usurpación del territorio, el saqueo de los recursos naturales y la esclavitud o la explotación de la población. Después fue evolucionando, junto con el cambio de los modos de vivir y de producir. En definitiva, a través del tiempo, las potencias dominantes cambiaron, pero sus rasgos esenciales aún perduran: sólo han variado las formas.
En materia territorial y poblacional, las colonizaciones de América latina y África fueron horribles genocidios cometidos por las potencias europeas dominantes. No olvidemos el exterminio de las civilizaciones americanas precolombinas y que uno de los primeros procesos de globalización fue el comercio de esclavos. Ya en los siglos XIX y XX esas mismas potencias se repartieron impunemente el mundo.
La rapiña territorial aún continúa, como lo demuestran los 16 casos de colonialismo que considera el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas; 10 de ellos son residuos del imperio colonial inglés, entre los que figuran las Islas Malvinas.
Ahora la avidez imperial se traslada hacia los recursos naturales, económicos y financieros; el botín más preciado son el petróleo y los minerales estratégicos; pronto también será el agua. En lo económico y financiero, se trata de otro tipo de imperialismo. Los países coloniales extraen excedentes económicos de los países menos desarrollados, para lo cual controlan las economías de esos países. El principal instrumento utilizado es la deuda externa y su agente de cobros es el Fondo Monetario Internacional.
Otra rapiña permanente consiste en la implantación de enclaves militares estratégicos en todo el mundo. Esta política tiene su homólogo financiero en la creación de paraísos fiscales, en algunos casos en islas usurpadas.
En lo cultural, pretenden imponer a escala mundial los valores y el modo de vida de las potencias occidentales. Para ello cuentan con el aplastante predominio mundial de los medios de comunicación hegemónicos.

El poder de la descolonización. La descolonización no sólo tiene un significado histórico, sino también vigencia política actual. Después de la guerra de 1939-1945, se produjo el movimiento de liberación de muchos países colonizados, que consiguieron no sólo la independencia política, sino que también impusieron reivindicaciones económicas y sociales. Se dijo con ironía: “El mensaje que había de despertar las conciencias estaba destinado a las clases sociales, pero debido a un espantoso error postal se entregó a las naciones" (Ernest Gellner, Naciones y nacionalismo, Alianza Editorial, Madrid, 1988). Así, el anticolonialismo fue la avanzada de muchos movimientos nacionales y populares. Este no es un proceso terminado, como lo prueba la actual situación internacional.
No sólo deberá analizarse la conducta de los colonizadores, sino también la de muchos de los colonizados; en especial de las oligarquías locales colaboradoras o socias menores. En los procesos históricos de dominación, tan importante como la violencia de los dominadores ha sido el consentimiento de muchos de los dominados (Maurice Godelier, L’idéel et le matériel, Fayard, París, 1984). Por desgracia, el cipayismo no ha sido una rara anomalía.

Necesidas de una enciclopedia del colonialismo. Un instrumento político necesario para comprender la realidad es una Enciclopedia del Colonialismo, que analice los crímenes y saqueos colonialistas, sus efectos locales, regionales y mundiales. Ésta, nuestra Enciclopedia, se basará en una descripción de los hechos elaborada por historiadores de cada país que sufrió o sufre el colonialismo, sobre la base de documentos, investigaciones y análisis. Comenzaremos por estudiar el colonialismo padecido en los países de América latina; esperamos que después la investigación se extienda a las otras regiones.
En esta Enciclopedia del Colonialismo, a través de análisis y metodologías homogéneas, se planteará a nivel mundial la verdadera magnitud histórica del colonialismo, escamoteada por la historia oficial de los países desarrollados y de muchos subdesarrollados. De esta forma, se puede revelar la raíz de importantes conflictos actuales.
En síntesis, la política colonial llevada a cabo por los países desarrollados desde el siglo XVI, abarca una amplia geografía y población sometida por la fuerza a la avidez y voluntad de las potencias hegemónicas. Frente a esta realidad, es notable la ausencia de un relato que describa, detalle y documente, desde la óptica de los pueblos, el costo moral, histórico, económico, social, cultural y humano de este proceso. Será una Enciclopedia del pasado y del presente, con proyección hacia el futuro.
Ésta es la base para entender la política, la soberanía y la nación desde el proyecto de justicia, igualdad y paz que guía a nuestro país. Es hora de que el relato de los colonizadores deje de ser un monólogo. Ésta es la tarea que emprendemos.

Publicado en :

http://sur.infonews.com/notas/por-una-enciclopedia-del-colonialismo

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