Hace diez años política era una mala palabra. El odio a la política, la no participación de la gente en la actividad donde se decide la marcha del país, el confundir a la política con los malos políticos, el pretender que "se vayan todos" sin proponer a nadie ni nada en su reemplazo sirvió, únicamente, para regocijo de las clases dominantes. La despolitización, caer en la indiferencia, despreciar la participación y la falta de movilización son algunas de las peores cosas que puede sufrir un pueblo.
Sin la participación popular el territorio de la acción política quedaba vacante para que los que dominaban todos los resortes de la economía, las finanzas, las comunicaciones, y en definitiva todas las áreas del poder real, pudieran decidir a su antojo. Así se les presentaba el escenario ideal. Un pueblo dominado con sus dominadores ejerciendo el poder sin límites.
El país enyesado y absolutamente dependiente, asfixiado por una deuda externa que nos tenía postrados frente al imperio, quince monedas diferentes sin valor ninguno, la prepotencia patronal sobre los trabajadores cuyas conquistas les habían sido robadas son sólo algunas de las viejas fotografías de la Argentina de principios de este siglo.
No había entonces sueños ni esperanzas en medio de las ruinas. Si bien es cierto que dentro de aquel marco de resignación y de bronca sin orientación hubo sectores que no aflojaron manteniendo encendida la llama de las luchas por la dignidad, parecía que jamás saldríamos del pozo en el cual nos habían hundido las dictaduras y los gobiernos incapaces.
Allá por el año 2001 nadie tenía recetas ni había quien o quienes asomaran con alguna mínima condición para levantar el país de su postración. Tuvo que ser el peronismo la fuerza que tomara el timón, y aunque sea a los tumbos, quien comenzara a encarrilar las cosas. No reconocer esto, aunque algunos de los protagonistas de aquel tiempo luego perdieran el rumbo y se alejaran de los intereses populares, es de una mezquindad extrema.
Con el triunfo electoral de Néstor Kirchner en el año 2003 pareció que, de golpe, despertábamos en un país diferente. País en el cual sí era posible volver a soñar, ponerse de pie, perder el miedo y lanzarse a la lucha para enfrentar, en todos los terrenos, a los poderes que, hasta ese momento, parecían intocables. Tuvo que ser aquel presidente venido de la difícil patagonia del frío intenso y vientos bravos quien, desde sus gestos y palabras iniciales, actuara, de ahí en más, como nadie podia imaginar. Un presidente que de movida se lanzó en medio de la multitud para abrazar y ser abrazado, sin custodios ni nada que le impidiera estar en contacto directo con su pueblo, ganó inmediatamente la simpatía y el amor de muchísimos que, hasta ese momento no creían en nada ni en nadie.
También desde ese momento, Néstor Kirchner comenzó a ser el personaje más odiado por los enemigos del pueblo y, digámoslo sin tapujos, por cuanto cagatinta cuyo eterno verso "revolucionario" fue a parar al inodoro. Que el más grande asesino de nuestra historia como el ex general Jorge Rafaél Videla haya dicho que los Kirchner fueron lo peor que le pudo haber pasado habla de la grandeza, de la potencia y de la gran capacidad que tuvo Néstor Kirchner para producir el enamoramiento de la mayoría de los argentinos, especialmente en el sector juvenil. El asesino, mediante su afirmación, elevó al ex presidente ante los ojos del pueblo. Curiosamente, una vez más, la derecha y la izquierda boba coincidieron en elegir el destinatario para su profundo odio.
¿Que habían visto antes del año 2003 los jóvenes que hoy tienen entre 20 y 40 años de edad?. Presidentes pusilánimes y faranduleros que sumieron al país en la miseria. ¿Que observaron despues de esa fecha? A dos presidentes, Néstor y Cristina, capaces de abrir varios frentes de lucha, vencer en todos, acumular poder, lograr el crecimiento del país, recuperar el orgullo y la dignidad de nuestro pueblo y aliviar la situación de las clases más desposeídas. ¿Que decidieron y deciden entonces estos jóvenes? Participar, organizarse, ganar la calle, llenar los estadios, abrirse camino, alcanzar posiciones importantes en la política, tener un lugar en las gestiones de los gobiernos locales, provinciales y nacional.
Por eso la Juventud Sindical, La Cámpora, el Movimiento Evita y las miles de organizaciones dentro de las cuales las y los jóvenes llenan de militancia, de alegría y de futuro a este momento apasionante de progreso y de renovadas esperanzas.
Estas organizaciones y esta participación activa de las y de los jóvenes son una bendición. Es comprensible que algunos dinosaurios propios y ajenos miren de reojo esta irrupción juvenil que, sin las cargas del pasado, poco a poco va generando la posibilidad de que las nuevas inteligencias avancen hacia porciones importantes del poder. Ojalá que este avance de la juventud no se de solamente en el peronismo kirchnerista. También lo necesita el radicalismo, el socialismo y mucha izquierda boba conducida por personajes pasados de moda y vencidos por el tiempo. En Lanús por fortuna tenemos a dirigentes como Juan Manuel Moreyra, a los sindicalistas Juan Vanatti y Leonardo Dino Cajal, a los intelectuales brillantes como Aritz Recalde, Juan Godoy, Dionela Guidi, Mariela Fernández, Roberto Rojas, a las y los militantes de "La Cámpora" y a una lista -¡gracias a Dios! interminable de sangre nueva con fuerza militante que más temprano que tarde tendrá en sus manos el destino de nuestra ciudad.
Bueno: para dar respuesta a nuestro título podemos decir que el piberío que hoy nos llena de vida está presente en la escena nacional porque vieron predicar con el ejemplo. Los kirchner lo hicieron posible. ¿Que tal?.
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http://www.redaccionpopular.com/node/5011
DISCURSO MUY CONVINCENTE EL SUYO, LO FELICITO POR SU RETÓRICA, PERO ME GUSTARÍA LEER ALGÚN ARGUMENTO QUE LE ACLARE A LA GENTE QUE COMO YO, NO NOS NUTRIMOS DE PALABRAS SINO DE ACCIONES COTIDIANAS Y ESTÁ CANSADA DE VIVIR CON MIEDO A QUE LAS MATEN POR ROBARLE 10$, A QUE NO LES ALCANZA EL SUELDO PARA VIVIR TODO EL MES, A QUE LA AFIP TE ROBE EL 10% DE SU SALARIO, A SUBIR A UN TREN CON EL TEMOR DE NUNCA LLEGAR A DESTINO, A QUE NOS MIENTA DESCARADAMENTE CON LOS ÍNDICES DE INFLACIÓN, A QUE NOS COMPAREN CON AUSTRALIA Y CANADÁ, NADA MENOS!! SON SOLO UNAS POCAS CUESTIONES IMPORTANTES EN LA VIDA DE QUIENES PADECEMOS LA MENTIRA ORGANIZADA, LA CORRUPCIÓN ENRRAIZADA Y LA IMPUNIDAD DESCONTROLADA DE QUIENES TODAVÍA NOS GOBIERNAN. RESPETUOSAMENTE LO SALUDA UNA VECINA DE LANÚS
ResponderEliminarEstimada vecina anónima de Lanús:
ResponderEliminarSi bien no coincido con su comentario, creo en la libertad de expresión y lo publico porque ha sido respetuosa (aunque escribe en MAYÚSCULA lo que en medios digitales se interpreta como GRITO). Quisiera comentar su comentario. Lo primero sería que la nota trata un tema puntual y usted sale con otros. Pero bueno, hablemos de esos otros temas si son los que a usted le interesan. Los índices de INSEGURIDAD de Argentina, Chile y Uruguay son los más bajos de toda América Latina. Si siente temor en Lanús ni se le ocurra asomarse a lugares como México, Colombia o Brasil que son un infierno. Usted me dirá: "Yo vivo acá". Bárbaro... pero por cada posibilidad que tiene de que un chorro la mate por diez pesos tiene 25 POSIBILIDADES de morir en un accidente de tránsito. En Argentina hay por año menos de 200 muertos por inseguridad y más de 5.000 por accidentes de tránsito. Tengale más miedo a los conductores que a los chorros...
INFLACIÓN. Las personas calculamos la inflación "a ojo" a partir de los 50 productos que más consumimos (pan, leche, carne, fideos, arroz, polenta, alguna fruta y verdura, alguna bebida). El INDEC mide 5000 productos, algunos de los cuales jamás en la vida hemos consumido. Los índices nunca van a parecer reales. Ahora: LA INFLACIÓN LA GENERAN LOS EMPRESARIOS. Y cuando el Estado ha intentado actuar con dureza contra sectores empresarios que generan inflación (desde la 125 al actual debate sobre la ley de medios) las personas que más se quejan sobre la inflación son las que MÁS APOYAN A LOS EMPRESARIOS QUE LA PRODUCEN. Coincido con usted en que sería muy bueno tener menos inflación, pero le aclaro una cosa: la inflación es a la economía lo mismo que la temperatura al cuerpo humano. Si tenemos mucha temperatura, hay un problema. Si no tenemos temperatura, estamos muertos... eso pasaba en los '90, y volvería a pasar si la oposición toma el poder.
ResponderEliminarPor último le señalo: los Estados, para cumplir sus funciones específicas (Salud, educación, justicia, seguridad, etc) necesitan dinero que se obtiene a través de los impuestos. En Argentina el que cobra impuestos es la AFIP. No entiendo la posición del que se queja del Estado pero a la vez no quiere pagar sus impuestos. Me parece muy contradictorio.
ResponderEliminarPodría decir más cosas, pero estoy corto de tiempo.
Gracias por su comentario en mi blog, aunque la nota no sea mía.
Buenos días, que tenga un buen domingo.