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sábado, 18 de febrero de 2012

IMPERIALISMO Y DERECHOS HUMANOS: LA INVENCIÓN DEL AGUA SECA, por Raúl Isman (editorial de Redacción Popular de febrero de 2012)


Si bien se halla fuera de toda duda que la cuestión de los derechos humanos se originó en Europa- más precisamente en Francia- se trata de una problemática que interesa sobremanera a los pueblos de todo el orbe. Y muy particularmente a nosotros, latinoamericanos, que hemos visto nuestros referidos derechos ser pisoteados, masacrados, violados ayer y hoy por sucesivos imperios castellanos, lusitanos, holandeses, franceses, ingleses, estadounidenses. Nunca está demás recordar que la gran revolución iniciada en 1789 que alumbró el concepto para toda la humanidad le negó el sacro derecho a una vida (digna) y libre a los esclavos que dejaban sus existencias en las plantaciones azucareras haitianas, para que los propietarios se enriquezcan sin cesar. Hace más de dos siglos quedaba claro que en boca de burgueses e imperialistas, los derechos humanos no pasaban de ser una hipócrita bandera político-ideológica al servicio de sus espurios fines. Pero para los pueblos explotados, oprimidos y esclavizados del mundo resumen el horizonte de una cálida utopía que siempre retornan a construir; pese a los retrocesos, los errores y las derrotas sufridas. Precisamente las referidas derrotas son ocasionadas- además de las inevitables equivocaciones- por la acción del imperialismo que desgasta, desestabiliza y ahoga a sangre, fuego y misilazos todo proceso favorable a los sectores populares. Ocurrió en Chile en 1973, por citar un solo caso, la acción imperial es el anverso perfecto y de los ya tantas veces citados derechos.
En la segunda década del siglo en curso se ha alumbrado esa verdadera cuadratura del círculo o la extraña pretensión de inventar el agua seca: el imperialismo “humanitario” o las intervenciones en pro de los derechos humanos. Véase que satrapías como la de Arabia Saudita (país que lleva el nombre de la casta dinástica que allí reina) o Barheim, que no han dejado atropello a las garantías mínimas para sus súbditos por cometer no reciben ni sermoneos ni reprimendas. Menos intervenciones militares. Las “humanistas” causas que explican el citado contrasentido no son otras que la libre disponibilidad para las potencias capitalistas de los recursos naturales de dichos países y la importancia estratégica de sus territorios. Dadnos vuestros recursos y podéis masacrar a los pueblos debe leerse cuando los imperialistas hablan de humanitarismo y derechos humanos. Lo sufrió Libia. Y ahora los títeres de la O.T.A.N. que fueron plantados por la acción agresiva de los colonialistas no pueden controlar más que algunas ciudades y se enfrentan con una resistencia que- dividida en infinidad de rostros y brazos- les muestra la cara única de las indomables luchas por la dignidad nacional en lo que hasta no hace mucho se llamaba tercer mundo.
Desde Tupac Amarú hasta Hugo Chávez, desde Simón Bolivar hasta Lula, desde el cura Hidalgo hasta Evo Morales, por citar sólo algunos casos, nuestros luchadores por la independencia siempre tuvieron claro que la descolonización es una batalla (que se libra también en lo) cultural. Y parte de semejante lucha es demostrar a los ojos, oídos y corazones de nuestros pueblos que los derechos humanos son nuestra bandera. Y que en el discurso del imperio es solo pretexto para seguir destruyéndolos.

Publicado en :

http://www.redaccionpopular.com/articulo/imperialismo-y-derechos-humanos-la-invencion-del-agua-seca

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