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miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL “CAMBIO DE RÉGIMEN” EN AMÉRICA LATINA , por Juan Chaneton (para “Nos Comunicamos” de noviembre de 2011)

En la perspectiva aparece como objetivo necesario y políticamente eficaz el vínculo entre la protesta social en Europa y en los EE.UU. con los procesos políticos, sociales y culturales que tienen lugar en Latinoamérica y cuya seña de identidad más específica es la defensa de los recursos naturales y la inclusión de los sectores más perjudicados por el capitalismo en unas políticas de Estado que procuran resolver problemas como la pobreza, la indigencia, el analfabetismo, la crisis habitacional y el desempleo.

Lo dicho vislumbra una colusión objetiva entre los “indignados” contra el capital financiero y los programas que los pueblos votan, reiteradamente, en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Argentina y Brasil.

Esta convergencia de intereses debería expresarse en una especie de internacional de lucha contra la hegemonía del capital financiero globalizado y sería auspicioso que estuviera integrada por representantes gubernamentales, personalidades reconocidas en los diversos ámbitos del quehacer político, social y cultural, organizaciones no gubernamentales con claras trayectorias y programas anticapitalistas y representaciones de estudiantes y jóvenes de todo el mundo.

Resistencia civil mundial al funcionamiento del sistema financiero internacional. Ese solo punto debería agotar todo el programa. Apuntemos al corazón del sistema y disparemos.

Lo recién descripto no está en la agenda de nadie salvo en la de los ricos del mundo, que son los propietarios de los bancos, de los medios de comunicación, del petróleo, de los laboratorios y del tráfico de armas. Una treintena de familias de EE.UU., de Inglaterra, de Francia, de Holanda, de Dinamarca, de Suecia y Noruega y de Bégica sumadas a las “coronas” que se hallan en el pináculo del sistema institucional de algunos de los países mencionados, son los enemigos naturales de los pueblos del mundo. Aquéllos (los ricos) lo saben; éstos (los pueblos), no. Así están las cosas.

Para conjurar el peligro potencial que representa una insurrección generalizada que torne inviable el control social o la “gobernanza” mundial; y para impedir el surgimiento y consolidación de un polo de poder universal alternativo, el terrorismo de Estado mundial dirigido por su vanguardia, los EE.UU., han llevado a cabo toda clase de magnicidios y de crímenes de lesa humanidad; de políticas delictivas y de abominables atentados contra los pueblos del orbe. Esas políticas -elaboradas en los centros académicos del saber geopolítico y geoestratégico de los EE.UU.- incluyen, ahora, el concepto de “cambio de régimen” y cómo lograrlo. Libia ha sido el laboratorio y hay datos que parecen indicar que América latina podría estar muy próxima en el orden de prioridades de los EE.UU.

En los días que están corriendo aparecen Siria e Irán como nuevos demonios antioccidentales, antidemocráticos y favorecedores del terrorismo. Pero bien haríamos en estar atentos por estos lares, ya que puede tratarse de maniobras distractivas. Los terroristas de Estado globales hacen, a veces, como el tero: gritan en un sitio y ponen los huevos en otro.

Sobre Siria, las “advertencias” de la Casa Blanca a Al Assad para que abandone el poder han sido recurrentes pero la dinastía sigue en el poder. Acerca de Irán recrudecen, por estas horas, no sólo las amenazas de Israel de un bombardeo nuclear al país musulmán. Ehud Barak y el premier Netanyahu son los dirigentes que, según los medios internacionales, se han mostrado más activos en pro de esa demencial decisión. Pero también los Emiratos Árabes Unidos y Barhein (dos títeres de EE.UU. en la región) se acaban de mostrar favorables a la “solución final” contra Irán.

Según cables de WikiLeaks que reporta el diario El País de Madrid, esos Estados árabes habrían asegurado al Pentágono (que ahora fija la política exterior de los EE.UU. en lugar del Departamento de Estado) que “una guerra convencional sería mejor que un Irán nuclear”. Es decir, no piden la bomba todavía, sino que los EE.UU. vayan a empantanarse a aquella geografía inhóspita en la cual se entra pero no se sabe si se sale, ni cómo se sale, ni en qué estado, ni a qué costo.

Permanece incólume el motivo principal que tendrían los EE.UU. para lanzarse al “cambio de régimen” en nuestros países de América latina: han dilapidado sus fuentes de energía, no tienen más petróleo y sus reservas no alcanzan para cubrir sus demandas, y ello dinamiza la tendencia a fijar políticas cuyo único fin y norte es lanzarse al saqueo de las naciones y pueblos que tienen reservas de hidrocarburos, agua potable y minerales.

En esa línea, el “premio Nobel de la Paz”, Barack Obama, acusó oportunamente al presidente Hugo Chávez se proveer de uranio a Irán y de prestar el territorio venezolano al “terrorismo musulmán” para reclutar y entrenar mano de obra dispuesta a efectuar atentados en los EE.UU.

No por extravagantes y estúpidas, estas acusaciones son nuevas. La “esperanza negra” norteamericana recita bien el libreto que le escribe el Pentágono. Acusa al país con mayores reservas petroleras del mundo en momentos en que éste se halla entrando en la recta final de las elecciones convocadas para el 7 de octubre de 2012. A Chávez las encuestas le dan el 56 % y, cuando gane, el escenario en que se hallan trabajando los EE.UU., junto a la oposición que ellos financian, proyecta como muy probables acciones callejeras violentas y continuadas seguidas de acusaciones de fraude y de golpe de Estado.

Llama la atención que pocos comentaristas argentinos de la situación internacional denuncien estos planes criminales de los EE.UU. o que, por lo menos, los consignen como opinión de otros analistas.

Digamos también que en Venezuela existe un Consejo Nacional Electoral (CNE), reconocido internacionalmente por su transparencia, su moderna tecnología, el excelente nivel de computarización de todo el sistema y su rapidez y eficacia para realizar los escrutinios. Estos reconocimientos internacionales provinieron, en su oportunidad, de la ONU y de la OEA y de instituciones de la sociedad civil de otros países que actuaron en calidad de veedoras en anteriores elecciones, así como de misiones parlamentarias que viajaron a Venezuela como observadores de los comicios.

Pero confiarse en estas realidades sería ingenuo. A la vista de lo ocurrido en Libia, a nadie le pueden quedar dudas acerca de que la falta absoluta de moral y de valores éticos y democráticos guían las políticas y los hechos cuando de los intereses de los EE.UU. se trata. Y los intereses del imperio, en esta etapa, no soportan ya más la democracia bolivariana en Venezuela, no sólo por razones económicas vinculadas a la posesión del recurso, sino también por motivos de orden estrictamente político, ya que un mejoramiento constante y sostenido de la calidad de vida de la población venezolana legitima, una y otra vez, a una revolución que, explícitamente, se propone la construcción del socialismo. Esto resulta inadmisible para unos EE.UU. y para una Europa cuyos pueblos no tienen más plato que saborear que el ajuste sobre el ajuste, el desempleo y la miseria generalizada como futuro probable. Nada peor para los ricos del mundo que los pueblos sometidos se den cuenta de que hay alternativas, de cuáles son las causas de sus penalidades y de sus sufrimientos y de cuáles son los modos de desterrarlos para siempre de su vida cotidiana.

Es muy sugerente el hecho de que ellos trabajan en varios frentes simultáneamente a los fines de desestabilizar a Latinoamérica. Tienden la mano derecha en son de amistad pero en la izquierda, por detrás de la espalda y un poco encima del culo, guardan el instrumento de la puñalada trapera. La acusación de Sarkozy de que Uruguay es un paraíso fiscal es un tiro por elevación al Mercosur y, por ende, a la UNASUR. Los uruguayos han contestado en el plano jurídico formal más no en el nivel que resultaría más eficaz hacerlo: el político. Así, Danilo Astori replicó que Uruguay cobra un impuesto a la renta de no residentes y que con eso basta para no ser considerado paraíso fiscal. Mientras que el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, explicó que mal puede Sarkozy hacer esas apreciaciones cuando Francia y Uruguay tienen firmado un convenio de cooperación tributaria desde 2009. Todo eso es cierto, pero lo que se impone es salir a contarle a la opinión pública indignada de Europa y los EE.UU. cuáles son los verdaderos propósitos de sus gobernantes. Defensa que anticipa es mejor que defensa que se abroquela. Ésta se halla más expuesta al riesgo de cometer penal.

En línea con lo anterior, trascendió que uno de los temas abordados en la reunión de la presidenta argentina con Obama habría sido la reanudación de ejercicios militares conjuntos con Argentina y otros países de la región, coordinados por EE.UU. Si así fuera, se estarían dinamitando las bases mismas de la UNASUR, pues su doctrina militar contempla este tipo de maniobras y entrenamientos sin la participación de potencias extrarregionales.

Rota la UNASUR, el aislamiento de Chávez para su posterior derrocamiento sería más fácil de concretar. Por otra parte, Venezuela abastece, a través de Petrocaribe, a varios países de la región, principalmente signatarios del ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas). Entre ellos, hay uno que es clave: República Dominicana, cercano a Venezuela y que recibe todo el petróleo que consume del país bolivariano. Y es clave a tal punto que los EE.UU. se hallan, a estas horas, tratando de establecer con el presidente dominicano, Leonel Fernández Reyna, tratados comerciales y, sobre todo, militares. La Dominicana devendría, de este modo, excelente plataforma para la invasión a Venezuela con la garantía escrita de que se le mantendría -y aun se le aumentaría- su cuota de combustible.

Se entiende, entonces, la reacción de Chávez: “que nadie se atreva a venir aquí para aplicar la fórmula libia o lo pagará muy caro”. Y como para no quedarse en palabras, el presidente ha obtenido un crédito de Rusia (un primer tramo de 4000 millones de dólares) para equipamiento militar (entre otros rubros vinculados a la energía). El total del crédito para armamento asciende a 11000 millones de dólares, con lo cual Venezuela es, hoy, el principal importador de armas de Moscú de toda nuestra región. Sería un profundo error no defenderse de quien, se sabe ya sin dudas, carece de moral y de escrúpulos y es capaz de perpetrar matanzas de poblaciones civiles enteras, niños incluidos, como lo hizo en Libia, en Irak, en Afganistán, en Panamá, en Grenada, en Guatemala, en Cuba, en los Balcanes, en Vietnam… y siguen las firmas.

También analizamos nosotros que la Colombia de Santos la viene jugando de moderada y finge un acercamiento a la UNASUR mientras que, por detrás, se aprestaría a jugar de portaaviones de los EE.UU. para la época en que este país decida una eventual desestabilización y/o invasión a Venezuela. También podría la inteligencia militar de los EE.UU. estar trabajando en la marina venezolana con el objeto de hacer pie allí para un eventual golpe de Estado.

Y como para que no queden dudas acerca de que los escenarios que estamos ponderando tienen verosimilitud, consignamos información del canal TeleVen, en cuyo programa “José Vicente, Hoy”, el cuadro bolivariano José Vicente Rangel denunció que el Comando Sur norteamericano está invirtiendo recursos financieros en la enseñanza del idioma español a las tropas de dicho Comando, así como instruyéndolas en cuanto a las costumbres y códigos culturales de los países “hostiles” de América latina.

El conocimiento de la lengua de Cervantes –consigna Rangel- sirve a un doble propósito: antes de la invasión, para ganar las mentes de los pueblos invadidos mediante la propaganda; ya consumada la intervención, para practicar la tortura y obtener información.

Dice el analista Germán Gorraiz que “…estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora (cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década) y que tendrán a Honduras, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Brasil, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados «golpes virtuales o postmodernos» que protagonizará EE.UU. en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global”.

Y agrega el analista un dato positivo: el rol de Rusia en el continente. Sostiene Gorraiz que el objetivo ruso sería duplicar la facturación de los intercambios comerciales ruso-brasileños (10.000 millones de pesos al año), tras lo que subyacería la firme decisión de Putin de neutralizar la influencia de EE. UU. en el cono sur americano y evitar la posible asunción por Brasil del papel de “gendarme de los neoliberales” en Sudamérica, pues Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EE.UU. para América Latina , pues le considera como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la geopolítica mundial”.

No deberíamos abismarnos en la contemplación de nuestros propios logros internos ni creer, seriamente, que los EE.UU. y la Unión Europea tienen “amigos”. Debemos saber que el núcleo duro de la derecha conservadora mundial está constituido por los EE.UU., Inglaterra e Israel. Ellos no resignarán el mundo a los pueblos. Intentarán arrebatárselo a cualquier precio. Sepámoslo desde ahora. América latina y Argentina no quedan lejos del centro. Y cuando los marines estén en el obelisco ya será demasiado tarde.

Juan Chaneton

Publicado en :

http://www.nos-comunicamos.com.ar/content/cambio-de-regimen-en-america-latina

1 comentario:

  1. todo esto es bastante sensato
    usa pareciera haber dicho que europa se arrgele yo voy arreglar mis asuntos en casa
    danger!

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