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martes, 1 de noviembre de 2011

De semicolonia a Nación. La revolución redistributiva (2003-....), por Federico Bernal (para “Tiempo Argentino” del 30-10-11)

Las tareas de la nueva etapa


Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 30 de Octubre de 2011

Por Federico Bernal
Desde 2003 un modelo de desarrollo y de verdadera nación no deja de consolidarse. Las grandes mayorías van perdiendo el miedo a las minorías, como pedía una y otra vez el ex presidente Néstor Kirchner.

Si bien existen en la Argentina dos modelos antagónicos en pugna, sólo uno de ellos puede albergar a los 40 millones. Es decir, sólo uno puede ser considerado “modelo de nación”. El otro no pasa de ser más que un sistema socioeconómico y cultural de dominación de las grandes mayorías por parte de una minoría elitista aunque fabulosamente poderosa. La atrofia de su mercado interno, la exclusión social, la dependencia foránea y el atraso económico son sus características sobresalientes, efectos voluntariamente pretendidos por esa minoría de tal suerte que ella misma pueda sobrevivir a expensas del resto, manteniéndolo debilitado, adormecido y desunido. Sin embargo y de 2003 a esta parte, un modelo de desarrollo y de verdadera nación no deja de consolidarse. Las grandes mayorías van perdiendo el miedo a esas las minorías, como pedía una y otra vez el ex presidente Néstor Kirchner. Del 2003 a esta parte, una economía para el 99,9% de la población trasmuta en realidad palpable. A continuación y basado en datos de un notable y reciente informe de los investigadores Weisbrot, Ray, Montecino y Kozameh (Centro para la Investigación Económica), las virtudes de un modelo que, si bien pensando y realizado por y para argentinos, es visto como un ejemplo a seguir por decenas de millones de oprimidos en todo el mundo.

¿POR QUÉ CRECE LA ECONOMÍA? Según se desprende del Indec (informe del 20 de octubre de 2011), las exportaciones no tuvieron una participación significativa entre 2003 y 2011. Durante la época de mayor expansión del PBI, su incidencia reportó un acumulativo del 12% sobre el crecimiento total. Y si tomamos las exportaciones netas (descontadas las importaciones) el acumulativo se torna negativo. ¿Entonces? ¿Cuáles son los motores de la expansión económica argentina? El consumo interno y la inversión pública y privada (formación fija de capital), los cuales contribuyen con un 45,4 y un 26,4 puntos porcentuales al crecimiento respectivamente (ajustados por inflación). Inclusive y si hemos de analizar el impacto de las exportaciones agrícolas sobre el PBI, observamos que su participación cayó del 5% en 2002 a 4,7 en 2008, para volver a caer a 3,7% en 2010. Y esto a pesar del incremento de estas exportaciones pero medidas en miles millones de dólares: de 6,3 en 2003 a 13,8 en 2010 (CEPAL – “BADACEL: Base de Datos de Comercio Exterior”. Octubre 2011).

¿POR QUÉ PROGRESA LA SOCIEDAD? Para Weisbrot y colaboradores, a su vez en base a datos del CEDLAS y del Banco Mundial (World Development Indicators – Octubre 2011), la pobreza cayó en un 75% desde su pico en 2001-2002: de casi la mitad de la población viviendo en la pobreza (menos de 4 dólares/día) a 14,3 a comienzos de 2010. Por su parte, la pobreza extrema cayó en igual período de 29,2% a 6,6%. Asimismo, la inequidad en el ingreso también disminuyó drásticamente. En 2001, el 95 percentilo ganaba 32 veces más que el 5 percentilo. Para 2010, la brecha había sido reducida a casi la mitad: de 32 a 17 veces más. Como acertadamente plantean los autores: “Este cambio en la distribución del ingreso a favor de los más pobres fue en gran parte producto de una mejora en sueldos, jubilaciones, pensiones, programas sociales, etc, y no tanto como consecuencia de una disminución de los ingresos a los más ricos.” Importante también es destacar que los efectos más pronunciados en la mejora del ingreso a favor de las clases populares se verificó en el 50/5 (ver gráfico). Si bien vendrán tiempos donde deberá aplicarse una política tributaria y tarifaria de servicios públicos que discrimine por ingresos y ganancias de mejor y más efectiva forma, está claro que el modelo vigente beneficia al 99,9% de la población.
¿POR QUÉ LOS TRABAJADORES Y OBREROS ESTÁN CON EL MODELO?. Entre 1992 y 1996, el desempleo aumentó un 150%, de 6,8% a 17,7%. Luego cayó al 12,8% a fines de los años noventa para volver a incrementarse a 18,4% entre 2001-2002. Sin embargo, entre 2003 y 2010, el desempleo registró una caída casi invariable, ubicándose a comienzos del año pasado en 8%. La tendencia inversa se verificó a nivel empleo, que aumentó del 46,4% de la población económicamente activa a 55,7% en igual período. Una vez más, los autores agregan una interesante reflexión: “El récord histórico en materia de empleo tiene que ver no sólo con un impresionante 87,7% de la fuerza masculina total empleada, sino también con un incremento significativo en cuanto al ingreso de la mujer al mercado laboral.” ¿Cuándo será el tiempo que la inclusión de la mujer al mercado de trabajo sea considerada también un indicador de verdadera justicia social? Al excelente desempeño de los índices mencionados debe sumársele la inversión estatal en revolucionarios y universales programas de bienestar social para los más desposeídos: “el gasto social [léase, la inversión social] que casi se triplicó entre 2002 y 2009, lo hizo al ritmo de las utilidades fiscales percibidas por el Estado. En 2009, el Gobierno lanzó la Universal Allocation per Child [así la denominan los autores], un programa similar al Bolsa Familia de Brasil y al Progresa-Oportunidades de México, pero de mucha mayor participación relativa en el PBI nacional”. Weisbrot y colaboradores terminan agregando que la AUH alcanzó en 2011 un 0,6% del PBI, contra un 0,4% para los programas brasilero y mexicano. Finalmente, los autores dedican un apartado completo al tema inflacionario. Si bien destacan las diferencias entre mediciones públicas y privadas, recalcan lo fundamental a la hora de analizar la inflación: “Puede ser que la inflación sea muy alta en la Argentina. No obstante ello, son el crecimiento de la economía real y la distribución del ingreso los factores que más importan a la hora de analizar el bienestar de las grandes mayorías. Por tanto, creemos que el Gobierno obró correctamente cuando decidió no sacrificar el crecimiento económico en el combate a la inflación.”

UNA ECONOMÍA PARA EL 99,9% Y LA CONCIENCIA DE LAS CLASES POPULARES. A un año de la desaparición física de Néstor Kirchner, mentor de la refundación nacional en el nuevo siglo que despunta, casi ocho años de vigencia de un modelo de desarrollo autónomo y soberano terminaron por colocar el destino argentino en manos de su propio pueblo. Se explica así la advertencia de la presidenta, horas después de conocerse los resultados de las elecciones: “No vamos a cometer la ingenuidad de no creer en la existencia de intereses y proyectos políticos que piensan retornar a otro país, a otro modelo. Yo no soy ingenua ni tonta. Pero sé que son minorías, poderosas pero minorías. Depende, entonces, de las grandes mayorías, conformadas por nuestros trabajadores y por nuestras clases medias, no ser desviados del camino como nos ha pasado en tantas oportunidades de la historia y hacer fracasar proyectos que servían al conjunto de la Nación.” De la misma manera que la recuperación argentina y el éxito del modelo vigente no obedece a ningún viento de cola y mucho menos al sector agro-exportador, no será por convencimiento de los sectores socio-productivos ligados a una Argentina semicolonial que el modelo de nación puesto en marcha en 2003 termine por imponerse y triunfar. En tiempos donde los “presuntos civilizados” se vienen a pique, masacrando en su inevitable caída a pueblos y naciones enteras del Tercer Mundo y la periferia europea, la Argentina brilla como ejemplo a seguir por todos aquellos hombres y mujeres que aspiran y luchan no sólo por mejorar su calidad de vida, sino por hacer del mundo un lugar más justo, equitativo y civilizado.

Publicado en :

http://tiempoarg.elargentino.com/notas/de-semicolonia-nacion-revolucion-redistributiva-2003?nocache=1

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