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lunes, 17 de octubre de 2011

Coloquio de IDEA: ¿cambió Cristina o fueron los empresarios?, por Roberto Caballero (para “Tiempo Argentino” 16-10-11)


En el último Coloquio de IDEA, los dueños del poder y del dinero se pelearon para ver quién sonaba más kirchnerista. Lo antedicho tiene una cuota de exageración, pero tampoco tanta. El opositor diario La Nación, en la nota principal de su suplemento Economía & Negocios del viernes 14, reflejó esta tendencia en un párrafo, que desmintió, incluso, su propia tapa del día, en la que hablaba de crisis y ajuste: “Parece haber calado hondo el discurso del gobierno respecto de que la Argentina está blindada, pues esa percepción se cristalizó en la encuesta (de D’Alessio Irol, que refleja qué piensan y cuál es el verdadero estado de ánimo del establishment local). El 58% (de los empresarios) dijo que la crisis internacional no afectará o lo hará positivamente contra el 42% que consideró negativo sus efectos. Con su particular estilo, el creador de Cardon, Gabo Nazar, lo puso en palabras cuando contó su experiencia ante unos 500 empresarios: “¿Estamos blindados? Ni en pedo. Pero estamos mejor preparados que nunca.” Faltó agregar, entre otras cosas, que eso se debe al equilibrio macroeconómico que logró este gobierno y no otro. No hizo falta, claro: se sobreentiende. El también antikirchnerista Clarín, quizá sorprendido porque la misma encuesta reveló que ocho de cada diez empresarios creen que les irá “igual de bien” o “mejor” en el próximo semestre, redujo las definiciones del coloquio en su portada del mismo viernes a un recuadro donde, a regañadientes, en la bajada, reconoció que los empresarios “son moderadamente optimistas sobre la situación económica”.

Hasta el año pasado, IDEA era un foro opositor, al que asistía Daniel Scioli, siempre afecto a mostrarse como la versión pragmática del modelo. Esta vez ocurrió lo mismo. Fue Scioli, pero ni la presidenta ni los ministros viajaron a Mar del Plata, aunque estaban advertidos del mensaje conciliador que preparaban los dueños de las 500 empresas más importantes del país. El kichnerismo puro no fue, ni va a IDEA, del mismo modo que tampoco se deja ver en los Tedeum de Bergoglio. No lo hizo antes, y tampoco ahora.

¿Quiénes cambiaron, entonces? La respuesta es una: los empresarios. ¿Fue por el resultado de las primarias? ¿O por el de sus balances contables? Por ambas cosas, quizá. Tampoco se puede descartar que ahora le tiren flores al gobierno pensando en trasladarle cualquier problema si es que la crisis internacional repercute en la Argentina. Eso hicieron siempre, desde que Domingo Cavallo reestatizó la deuda privada. No es un comportamiento novedoso. Esta vez, lo distinto pasa del otro lado. Alpargatas, Fiat y Renault tuvieron que desactivar sus planes preventivos, que incluían suspensiones de personal, porque estos no contaron con ningún aval gubernamental. Pueden preguntarle a Cristiano Ratazzi. Hoy no gobierna, Menem ni De la Rúa. El mensaje oficial es claro: reajustar costos no incluye bajas salariales ni retracción de planteles. Los accionistas de las empresas deberán optar por retirar menos dividendos, achicar su costo financiero y hasta replantearse la política de bonus gerenciales, pero la Casa Rosada ya los emplazó: no va a dejar que el hilo se corte por lo más delgado. A veces, a los empresarios les gusta que le digan lo que hay que hacer. Este es el mismo Estado “sovietizante”, manejado por la misma mujer, que primero quiso aplicarles retenciones a las ganancias extraordinarias, introdujo en debate el reparto de riquezas y ahora le impuso directores públicos a empresas como Techint.

Sin embargo, hay sectores que creen que el vuelco empresario en IDEA responde a un hipotético giro a la derecha del kirchnerismo en 2012. Esta lectura es antojadiza, basada en prejuicios, no en hechos. En deseos y no en realidades efectivas. La adopta tanto un sector del establishment, que necesita justificar su no oposición a un modelo que adoptan con el bolsillo y detestan con la cabeza, como cierto grupo sindical incapaz de valorar las paritarias plenas, el aumento en la ocupación y el fuerte apoyo estatal al consumo y al mercado internos. Los primeros necesitan creer que hay un kirchnerismo dócil que viene a sepultar al kirchnerismo confrontativo para que sus mujeres los domingos en el country no los aturdan con sus quejas por las supuestas carteras “que se compra Cristina con la plata de todos”. Los segundos están desesperados por acreditar de una vez por todas que el kirchnerismo es la identidad patronal camuflada que tarde o temprano va a criminalizar la protesta social, mostrando su verdadero rostro carnicero. Es mucho pedirle a la realidad. Es probable que el kirchnerismo los termine decepcionando a ambos, una vez más.

Unos y otros deberían releer la experiencia concreta de los últimos años. Si algo importante hicieron Néstor y Cristina Kirchner es suplantar el paradigma empresariocéntrico que regía a la Argentina por otro democrático e inclusivo, donde el Estado interviene en beneficio de las mayorías sociales, articulando demandas muchas veces opuestas y en tensión, desde una perspectiva policlasista con eje en los más desprotegidos. Desde lo simbólico y también desde la práctico.

En siete días, las urnas dirán lo único que a esta altura importa saber: qué tan bien lo hicieron.

Publicado en :

http://www.elargentino.com/nota-162458-Coloquio-de-IDEA-cambio-Cristina-o-los-empresarios.html

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