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martes, 6 de septiembre de 2011

EL TANGO DE LA RECUPERACIÓN DE ARGENTINA, por Ian Mount (para “The New York Times" 01-09-11)

Arriba : La imagen NO es la que acompaña al artículo original de "The New York Times".




"Argentina puede parecer como uno de los últimos países de la tierra para ofrecernos lecciones de cómo manejar los problemas económicos. Alguna vez una de las ocho más importantes economías del mundo, se deslizó por una pendiente a lo largo del siglo XX, gracias a décadas de dictaduras represivas e inconsistentes experiencias de mercado.
Esto terminó ignominiosamente en 2001, cuando cayó en default por más de 100 billones de deuda soberana, hundiendo a la mitad de sus 35 millones de habitantes en la pobreza.
Esta, es la Argentina que la gente conoce. Desde entonces, se ha logrado una vuelta en U económica –un logro ampliamente desconocido fuera de América Latina, pero que el Presidente Obama y el Congreso deberían mirar como inspiración.
Argentina sigue teniendo problemas, pero sus recientes estadísticas económicas hablan por sí mismas : la economía ha crecido por encima del 6% anual en siete de los últimos ocho años, el desempleo ha sido reducido desde 20% en 2002 a menos del 8 % hoy, y el nivel de pobreza ha caído a casi la mitad a lo largo de la década. La calles de Buenos Aires están atestadas de autos, ya que los argentinos están en camino de comprar alrededor de 800.000 vehículos este año ; Mendoza, la capital de los vinos, está llena de salones para la cata de muy alto nivel, hoteles y restaurantes ofrecen la alta cocina regional ; y los blackberrys y los plasmas se han transformado en productos comunes y corrientes para la clase media urbana.
Argentina ha basado su prosperidad parcialmente en pura buena suerte : el boom de los precios de las commodities ha beneficiado bastamente su soja, sus granos y su producción de carne. Pero también ha prosperado gracias a inteligentes medidas económicas. El gobierno intervino para mantener el valor de su moneda bajo, lo que ayudó a la industria local haciendo a las exportaciones argentinas más baratas en el exterior, mientras mantenía las importaciones extranjeras caras.
Entonces se gravaron con impuestos aquellas importaciones y exportaciones, usando el dinero para pagar un “New Deal” –como costosas obras públicas, incrementando el gasto gubernamental del 14% del PBI en 2003 a un 25% hoy. Como resultado, el país tiene 400,000 nuevas viviendas de bajo costo, así como una largamente demorada autopista de 376 km que une las norteñas ciudades de Córdoba y Rosario.
Han fortalecido su red de seguridad social : la Asignación Universal por Hijo, comenzada en 2009 con el apoyo del partido gobernante y de la oposición, da a 1.9 millones de familias de bajos recursos un estipendio mensual de 42 dólares por hijo, que ayuda a incrementar el consumo. Debido a que el monto depende en parte de cuan a menudo el niño concurre a la escuela, es también probable que mejore a largo plazo el rendimiento escolar.
Los resultados han sido también pagados políticamente : la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganó recientemente con el 50% de los votos en una primaria abierta contra otros nueve candidatos presidenciales.
¿Por qué los argentinos se propusieron fortalecer al gobierno?. En parte porque la anterior era mostró cuan pobremente las medidas de austeridad –la clase que ahora son impulsadas por los conservadores en Estados Unidos- promueven el crecimiento. Al final de la década del noventa, Argentina cortó drásticamente sus gastos gubernamentales en el marco de sus pagos al Fondo Monetario Internacional. Previsiblemente, entre 1998 y 2002, la economía argentina se contrajo en casi 20%. Fue sólo después de que Argentina dio marcha atrás con estas demandas de austeridad, y mandó al default su deuda, cuando comenzó la recuperación.
Por supuesto, Argentina está lejos de la perfección : los impuestos sobre importaciones y exportaciones han alejado algunas inversiones extranjeras, mientras los altos gastos han impulsado la inflación por encima del 20%. Hay también problemas con el camino que Argentina está tomando : corrupción, falta de transparencia gubernamental, tendencias autoritarias, impuestos confiscatorios y la tentación de ocultar desagradables estadísticas de inflación. Y sería risible sugerir que los Estados Unidos siguieran su ejemplo y dejen de pagar sus deudas.
Pero Argentina aún ofrece valiosas lecciones. Por un lado, extremas reducciones de gastos durante un período de escasez económica sólo puede inhibir el crecimiento. Y los gastos del gobierno para promover la industria local, programas de infraestructura generadores de trabajo y beneficios para los desempleados no transforman a un país en una especie de parodia de la Unión Soviética. Pone dinero en los bolsillos de los ciudadanos promedio, quienes entonces lo gastan y estimulan la economía. Se puede necesitar hacer recortes en los gastos cuando los tiempos mejoran –un imperativo con el que Argentina está luchando ahora-, pero no antes.
Argentina difícilmente sea un perfecto paralelo de los Estados Unidos. Pero la fuerte diferencia entre sus austeras políticas y bajo crecimiento de fines de la década del ’90, y las políticas de incremento del gasto y el alto crecimiento de la década del 2000 ofrece caso testigo de cómo mover de nuevo a una economía. Washington haría bien en prestar atención."



Por Ian Mount para “The New York Times”.



Ian Mount es el autor del libro “The Vineyard at the End of the World: Maverick Winemakers and the Rebirth of Malbec.”



Traducción de “Mirando hacia adentro”. SE HA TRADUCIDO EL ARTÍCULO EN SU TOTALIDAD, SIN OMISIONES DE NINGÚN TIPO. LA IMAGEN NO ES LA QUE APARECE EN "THE NEW YORK TIMES".




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