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viernes, 2 de septiembre de 2011

EL ESTADO DEL ESPECTADOR, por Francisco Perrone Coronel (para "Redacción Popular")



El estado del espectador es la concepción íntima que el pensamiento neoliberal tiene de la sociedad: el de un gran rebaño al que hay que mantenerlo tranquilo, o desinformado, mani-pulando la información. Este estado fundamenta su dominación a través de los medios de comunicación difundiendo un consenso de opinión previamente creado tras bastidores y repetido por destacados intelectuales reconocidos por su frecuente presencia en los medios a los que se les atribuye el carácter de analistas, especialistas o técnicos en determinadas materias.Esto está ocurriendo con el asunto de Libia y el consenso que se quiere crear, la opinión que se quiere que sea aceptada como verdad de los hechos ocurridos en el norte de África, es que haber intervenido en Libia para impedir un genocidio y de paso liberar al pueblo libio de una inaceptable dictadura de cuarenta y dos años son cosas totalmente legítimas. ¿Es esa la verdad? ¿Se siguió el debido proceso para determinar las intenciones reales de genocidio? ¿Se oyó alguna defensa del gobierno libio? ¿El saldo a la fecha de cincuenta mil muertos no es acaso un genocidio mayor?

Walter Spurrier, en su artículo del domingo del 28/08/11 afirma que hay tres razones para que Venezuela, Ecuador y Nicaragua, apoyen al gobierno libio y la primera es porque los tres gobiernos nombrados siguen el “modelo autocrático petrolero”. Con el perdón de la interjección pero ¿Qué carajos es ese modelo? Como segunda causa argumenta que la amenaza de Gadafi de masacrar a la población de Bengazi es la razón por la que la ONU da luz verde a la intervención extranjera para impedir tal masacre. Pero esa es la verdad prefabricada que Spurrier repite y que circuló profusamente por todos los medios, y unas fotos que mostraban el supuesto bombardeo de la aviación libia sobre civiles, y esas son las “pruebas” con las que el Consejo de Seguridad basó su resolución de “No fly zone”, es decir, impedir cualquier vuelo de aviones libios con excepción de los humanitarios. La pregunta de cajón que uno se hace es por qué la ONU no actuó así con la masacre que hicieron a los palestinos en la operación “plomo fundido” a finales del 2008. Y por último ¿por qué debemos aceptar lo que la ONU decide como si no supiéramos que este organismo está fuertemente dominado por los intereses de las transnacionales? La tercera, es el legítimo temor que este método de esquilmar los recursos naturales se aplique en un país como el nuestro, o contra otro del mundo en desarrollo, según Spurrier debe ser un temor remoto porque aquí no hay genocidios.

No hay que olvidar que esa es la acusación de Lourdes Tibán co-ntra Correa y esa fórmula querían utilizar para deshacerse de este molesto presidente si se tomaban la presidencia de la Asamblea.Simón Pachano, el lunes 29/08/11 inicia su artículo casi de la misma manera interrogativa que el de Spurrier, y coincidentemente también encuentra tres razones, totalmente peregri-nas, que según el articulista, han motivado la posición ecuatoriana ante este despojo a plena luz del día, razones que por su escasa fundamentación es ocioso refutarlas pues se caen por sí solas. En cambio es necesario aclarar que la primavera árabe a la que hace alusión Pa-chano, se ha visto más bien detenida por los sucesos ocurridos en Libia.

La intervención extranjera en la Jamahiriya frenó el efecto mariposa que se estaba dando a comienzos de año y evitó una verdadera revolución que enfilaba a expulsar del Medio Oriente y del Norte de África a todas las transnacionales que operan en esa región. El gobierno nacional y la cancillería, detectaron este acto contra revolucionario y lo han condenado al igual que con-denan los planes que se tiene sobre Siria. Al leer el artículo de Pachano se cae en cuenta que repite la misma cantaleta de la dictadura de Gadafi y la falta de democracia y omite decir las verdaderas razones económicas que ha motivado este asalto a plena luz y con ale-vosía, con la autoría coadyuvante de la ONU y de los medios de comunicación en manos de las transnacionales.

El mismo día lunes, Alfonso Reece repite como loro la misma desinformación que se oye en casi todos los medios, lo mismo que han dicho sus colegas en artículos semejantes. Argumenta que no es verdad que haya sido el petróleo libio el motivo de la intervención por-que hace “más de cincuenta años que eso no pasa” y además porque es imposible que lite-ralmente se lleven el petróleo sin pagar nada. Se olvida míster Reece que de lo que se trata es de controlar los recursos para controlar el mercado, o ¿se ha olvidado cómo subió el pre-cio del petróleo luego que Bush entregara el control del petróleo de Irak a las transnaciona-les petroleras?No es verdad que haya sido el pueblo libio quien ha derrocado a Gadafi; fueron más de siete mil (7.000) misiones de bombardeo, dato suministrado por el reportero de CNN José Levi, con el costo de cincuenta mil muertos, datos del Consejo de Transición, y la destruc-ción de la infraestructura libia lo que ha presionado la salida de Gadafi.

El articulista repite también los lugares comunes que vienen de las fuentes extranjeras y parece que le ocurre lo que él sabiamente señala: “Hay personas que a fuerza de repetir consignas perdieron el sa-ludable hábito de pensar.”Mañana continuarán otros analistas “profundizando” el tema. La mentira se repetirá hasta que lo de Libia se convierta en olvido. Pasado mañana saldrán nuevas pruebas que avalarán la intervención, algún disco duro de alguna computadora personal de Gadafi donde se en-cuentren planes de invasión a Francia, o actos de terrorismo diseñados para Alemania. Cualquier cosa. Habrá entrevistas a personas hablando árabe y a un traductor en off diciendo las maldades del dictador, subrayando el estado de terror con el que esta persona denuncia.

Habrá muchos detalles prefabricados que saldrán a la luz que ocultarán las verdaderas razones por las que murieron cincuenta mil seres humanos, mientras el resto de los especta-dores, nosotros, el rebaño aburguesadamente satisfecho, seguiremos pastando el consenso que nos fabrican, sin hacer mucho ruido, tranquilos que esas maldades pasen tan lejos de nosotros.



Francisco Perrone Coronel

Guayaquil, Septiembre 01 de 2011

Publicado en :
http://www.redaccionpopular.com/articulo/el-estado-del-espectador


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