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lunes, 22 de agosto de 2011

Un milagro para mí (que supe cantar por la UJS), por Claudio Zeiger (para “Miradas al Sur” del 21-08-11).

Miradas al Sur. Año 4. Edición número 170. Domingo 21 de agosto de 2011
Por
Claudio Zeiger, escritor
octubre@miradasalsur.com


Cuando tomé conciencia de que mi voto coincidía con el del 50,07 de un país llamado Argentina, tuve varias sensaciones. La primera, el vértigo que se considera lo contrario de la claustrofobia: el exceso de oxígeno de los espacios abiertos llegaba a mis pulmones, acostumbrados por años y años a los ambientes más bien cerrados y contenedores de las minorías intensas. Y conste que en 2003 voté a Néstor Kirchner.
O sea, participé de ese 22 por ciento tan intenso como incierto del frustrado ballottage.Y conste que la había votado a Cristina en 2007, y si bien entonces no era la mitad más uno, era bastante; así y todo tuve la sensación de que el mapa social que emergía de esa elección era muy rígido, algo faltaba, iba a traer problemas.Loco, mas no tonto, no había votado a la Alianza en 1999.
En dicha oportunidad, regresé a las fuentes: había vuelto a votar a mi primera escuela de militancia, ¡ay!, el Partido Obrero, al que –me gustaría confesar aquí– contribuí a formar en 1983 desde las huestes de la UJS (Unión de Juventudes por el Socialismo. “U-jota-ese, el socialismo crece”, cantábamos), afiliando a mansalva en Ciudad Oculta, Los Polvorines y la Plaza Flores.
Claro, no había Twitter y Altamira no era un milagro sino el fundador del partido Política Obrera, y nosotros éramos más jóvenes que la juventud y el peronismo eran Herminio, Luder y –algo es algo– Bittel.
Me fascinaba cuando los peronistas (yo, en secreto, quería ser comunista para reconciliarme con mi padre, y peronista, para estar cerca del pueblo) cantaban “traigan al gorila de Alfonsín, para que vea, que este pueblo no cambia de idea, lleva las banderas de Evita y Perón”; me imaginaba que “el gorila de Alfonsín” era un muñeco parecido a Carozo (el de Carozo y Narizota).
Otra sensación frente al 50,07: yo, muchacho citadino y nostálgico que desde la contratapa de Miradas al Sur aún trata de convencerlos de las virtudes de Borges, de Sábato y Ezequiel Martínez Estrada, me sentí no un barón del conurbano, ojo al piojo, sino un varón del conurbano.
Un varón que vota a una mujer de la que se confiesa público cautivo.Cuando Beatriz Sarlo estuvo en 6-7-8 dijo que conocía trotskistas que habían derivado al kirchnerismo. Fue lo único de lo que dijo que me sobresaltó.
En síntesis: me alegra mucho de que haya entrado el Frente de Izquierda. Por fin, mostraron humildad y ductilidad, dos virtudes que seguramente perderán después del 23 de octubre.
Pero así como sigo sintiéndome orgulloso de haber contribuido a construir un partido obrero y marxista contra la dictadura militar, así como me siento orgulloso de haber sido un trabajador telefónico contra la privatización de los ’90, me siento orgulloso de formar parte de una mayoría a la que creían muerta y que hoy exhibe una mezcla tan explosiva como irresistible de pasión y razón.

por Claudio Zeiger



Publicado en :
http://sur.elargentino.com/notas/un-milagro-para-mi-que-supe-cantar-por-la-ujs




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