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viernes, 26 de agosto de 2011

Scary Movie, por Florencia Peña (para “Tiempo Argentino” del 21-08-11)

Arriba : Los protagonistas del Scary Movie argentino. Las dos omisiones no son casuales, ni olvidos. Son los únicos que muestran alguna seriedad.



Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 21 de Agosto de 2011
Por Florencia Peña




Existe una gran diferencia entre el triunfo de Macri y el de Cristina. Mauricio es el aliado de las corporaciones, incluidos sus socios de la prensa hegemónica.



El domingo nos levantamos temprano. Nos gusta la mañana, el mate, los diarios... Si hay que votar, mejor antes del almuerzo. Y así fue. Primero voté yo. Después lo acompañé a votar a Mariano. Teníamos una extraña sensación. Por un lado este nuevo sistema de primarias obligatorias nos parecía muy acertado, y por el otro sentíamos la incertidumbre de cómo funcionaría. Y sobre todo qué pasaría con el voto y la gente. El último tiempo había sido bravo. Los medios se pusieron muy cruentos y por más que mi pensamiento fuera totalmente discordante, sentía una especie de temor por saber cuánto de toda esa campaña sucia había hecho mella en el electorado. ¡La cancha la embarraron BIENNN! Lo sabíamos.


Cuando arrancó el año y se daban las charlas de política en la familia, todos coincidíamos en lo mismo: Hay que estar preparados... los medios contreras van a dar pelea. Se van a agarrar de cualquier cosa. La van a bajar a Cristina como sea. ¡Y lo intentaron... pa! ¡Cómo lo intentaron! Mosca que volaba... culpa de Cristina. Hasta el torneo de la AFA le intentaron encajar. Era como un Tetris. Para los medios hegemónicos opositores todas las piezas encajaban con todas. ¡¡¡Qué plomardos!!!


Debo reconocer que nos marearon tanto, que hasta yo, que les veo los hilos porque a mi también me han dado para que tenga y guarde, llegué a dudar de cómo influiría toda esa mezcla en el momento de poner el voto. Después de votar salimos a caminar con los chicos. Hicimos calesita, tobogán, le dimos de comer a las palomas, vimos pelis... y la tele la prendimos recién a las 21. No estábamos seguros de que el triunfo sería tan aplastante.


Después... la alegría fue inmensa. Un gran, gran alivio y una emoción enorme. Sentí muy dentro de mí que se había hecho justicia. Que no hay construcción mediática que pueda contra la realidad. Cristina arrasó. La gente le dio su voto de confianza y le agradeció su lucha permanente. Su no rendirse jamás. Su perseverancia y su contundencia a la hora de defender este proyecto de país con uñas y dientes.


Me quedé sentada frente al televisor haciendo zapping por todos los canales. Quería escuchar lo que decían aquellos que tanto se habían llenado la boca vaticinando el ocaso del kirchnerismo. Una vez más no supieron entender que la Argentina está atravesando un cambio de paradigma. Que hay una presidenta con una gran gestión que pudo contrarrestar más de “8 tapas de Clarín”.


El mito se destruyó. Y ahí radica la gran diferencia. Cristina ganó con el apoyo de la gente. De todos los que creemos que sobre este camino hay que seguir profundizando. Los medios más leídos de la Argentina la criticaron despiadadamente. Se metieron hasta con su salud mental. ¡¡¡Pero el amor es más fuerteeeee!!! Es importante poder leer con claridad lo que pasó a nivel país y a nivel Ciudad. Porque existe una gran diferencia entre el triunfo de Macri y el de Cristina.


Mauricio es el aliado de las corporaciones, incluidos sus socios de la prensa hegemónica. Él contó con el apadrinamiento de los que se encargaron de invisibilizar lo erradísimo de su gestión. Sin embargo, a nivel nacional, la presidenta ganó en la Ciudad sin problemas. Y así pasaban las horas y la oposición se iba transformando... ¡ja ja! Majul y Grondona no encontraban consuelo. ¡Ay, ay! Tantos libros para nada. Y mi amigo Lanata... que se fue exiliado una semana a Boston... mi vida... ¡cómo debe andar...!


Lo habían intentando todo: trataron de restarles importancia y pronosticaron que las primarias tenían poco valor o interés. Pero votó el 78% del padrón, y más del 50% eligió a Cristina.


El saldo positivo nos dejó varias cosas que vale la pena destacar. Por ejemplo, que el Frente de Izquierda, que pedía con desesperada sinceridad que los ayudaran a conseguir los 400 mil votos, los superaron por mucho, y casi dejan atrás a otros partidos con mayor exposición mediática.


Es destacable el espacio que se les dio a todos los partidos para emitir sus spots: creo que eso achicó la brecha entre los que tienen más recursos y los que menos.


Otro hombre con poca presencia en los medios, pero que hizo una buena elección, fue el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner. Yo lo atribuyo a que mostró bastante coherencia: su frente es de centro izquierda y el haberse negado a pactar con De Narváez (lo que a Alfonsín le costó caro), le dio credibilidad a los ojos de muchos votantes, progresistas e incluso radicales.


El Alberto Rodríguez Saá también hizo una buena elección sin gozar de mucha cobertura mediática. Enemistado con Duhalde y el Grupo Clarín, fue el único que, en su distrito, superó a Cristina. No vamos a entrar en detalles sobre cómo gestiona su feudo, pero hay que reconocerle que a diferencia de la mayoría de los opositores, basó su campaña en propuestas concretas: lo que ofrecía era gestión y la intervención de un Estado fuerte.


Pino Solanas fue uno de los grandes derrotados. Me da pena por Alcira Argumedo, pero en fin... El hombre de Proyecto Sur pagó caro su personalismo, su incapacidad de poner el ego a un costado y construir un proyecto más plural. Y ahí anda llorando por los pasillos de los canales.


Alfonsín y su alianza con De Narváez son la fábula del pianta-votos. Moraleja: hay sumas que restan. O “mejor solo que mal acompañado”. Y qué barullo en la UCR. Ya vienen avisando que en octubre les van a dar prioridad a los legisladores. A ver si logran salvar algunas pilchas de este gran mamarracho llamado UDESO. Sanz, Morales, Storani se quieren matar: no consiguieron los resultados que esperaban, y su histórico partido quedó como una Sociedad Anónima con acciones de bajísimo valor.


Lo de Carrió... bueh, ¿qué decir de Carrió? Ni siquiera salió a dar la cara el domingo, del veneno que tendría. En vez de hacerse cargo de la peor elección de su ya larga carrera, lo mandó al frente al joven Pérez. Recién al día siguiente salió a reconocer que el pueblo la había mandado a su casa, que ya no quiere más pronósticos catastróficos ni denuncias funcionales a los medios hegemónicos.


Y Duhalde. Ufff. Qué rabieta. Ya le salió toda la mierd... que tiene adentro y empezó por atacar a las “banderas que flamean” de agrupaciones de los ’70. Añora los desastres y la represión, y al no tener como en otros tiempos tanta capacidad de generarlos, empezó a buscar causar miedo e inquietud comparando este momento con el fin de los ’90. Internate en un museo, Duhalde, porque le perdiste la pista a lo que ocurre en el mundo.


Los “periodistas independientes”, los editorialistas de los medios corporativos, no les perdonaron su rotunda derrota a los candidatos opositores que ellos mismos buscaron inflar. Les salieron a tirar con todo. Y me parece una canallada. Cuando se hunde el barco, las ratas corren por los tirantes.


Pero lo que queda en evidencia es que hay un País Real, en el que viven más del 50% de los votantes argentinos, y un País Virtual, que cada día nos quieren vender Clarín, Perfil, Biolcatti y todos sus aliados. Que ahora están más “nervioshos” que nunca.


Lo de Biolcatti es patético. Salió a decir que la gente mira a Tinelli, sólo le interesa pagar el plasma, y por eso vota a Cristina. Pero hasta dentro de la misma Sociedad Rural salieron a frenarle el carro y bajarlo del caballo. Tuvo que reconocer que “al Campo” le va muy bien, cada vez le va mejor, y admitió que mentía por conveniencia cuando afirmaba lo contrario. Ojalá este nefasto personaje siga los pasos de Carrió (Llambías y De Angeli) y se llame a silencio.


Algo para destacar también es que tras el triunfo aplastante, Cristina no hizo como Macri, que se tomó vacaciones (la llamó desde un crucero en Italia): por el contrario, arrancó una semana a plena actividad. Como era de esperar, puso segunda y siguió adelante. El lunes pidió aprobar la ley de tierras. El miércoles entregó la netbook número un millón, y anunció que se entregarán 800 mil más. Eso es apostar al futuro verdaderamente. Igual que la decisión de que la ANSES maneje los fondos jubilatorios, e impulsar la Asignación Universal por Hijo y la asignación por embarazo. Lo mismo que la Ley de Medios, con Pakapaka, por ejemplo. Lo mismo que Tecnópolis, que sigue hasta fin de año. Y la propuesta del Ministerio de Educación de que los estudiantes de 4º y 5º tengan descuentos en cines, teatros, CD y DVD. Eso es construir desde abajo un país distinto con destino de grandeza. Y eso es parte de lo que elegimos la gran mayoría en las elecciones primarias. Este domingo es el Día del Niño. Todavía hay mucho por hacer para ellos. Pero a diferencia de épocas recientes, muchos niños y madres estarán festejando. Seguramente, cada vez más.


Y la alegría se hace más grande cuando muchos la compartimos. A todas y todos, ¡muchas felicidades!





2 comentarios:

  1. Me sorprendió lo bien que escribió Florencia Peña. Nunca me gustaron sus obras en la TV. Ojalá se dedique mas a cumplir una función social que a las novelas "cómicas" en la pantalla.

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  2. Bueno, yo publiqué varios artículos de ella que salieron en Tiempo y son todos muy interesantes. Y tienen siempre el mismo estilo un poco informal e intimista, pero a la vez combativo e irónico. Vale la pena leerla.

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