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martes, 23 de agosto de 2011

LEALES, TRAIDORES Y ANGELITOS, por Horacio Verbitsky (para "Página 12" del 21-08-11)



El candidato triunfante a gobernador de la provincia de Buenos Aires obtuvo menos votos que la fórmula presidencial en su distrito. Esto ocurre por primera vez desde que los generales volvieron a sus guarniciones, en 1983. Siempre que ambos cargos se eligieron al mismo tiempo había sido a la inversa. Esto se explica, entre otras cosas, porque el padrón presidencial no incluye a los extranjeros, que sí pueden elegir gobernador. Aun corriendo en ese terreno empinado, en 2011 Cristina invirtió la tendencia. En el año cero de la democracia argentina, Raúl Alfonsín atrajo 0,5 por ciento menos votos que su candidato a gobernador Alejandro Armendáriz; en 1995 Carlos Menem quedó más de cinco puntos atrás de Duhalde; en 1999 Duhalde reunió 5,5 por ciento menos que Carlos Rückauf y en 2007 Cristina quedó 2,2 puntos por detrás de Scioli. El domingo pasado, en cambio, según el escrutinio provisorio, CFK obtuvo el 53,09 por ciento de los votos válidos emitidos para esa categoría y Scioli el 50,24 en la suya, con una diferencia de 3 puntos. Pero en realidad la presidente dejó atrás al gobernador por 6 puntos. Los votos de Scioli no pasaron del 46,9 y fue el ministerio del Interior el que le agregó el 3,3 por ciento que corresponde a Mario Ishii, porque ambos integran la Alianza Frente para la Victoria. Además, CFK obtuvo su porcentaje sobre un padrón de 10,8 millones, es decir 300 mil votantes menos que los 11,1 habilitados para la categoría gobernador, que incluye a extranjeros. Pero el porcentual de Scioli sube porque sus votos se miden sobre 6,9 millones de positivos emitidos y el de Cristina sobre 7,7 millones. Esto se debe a que para gobernador hubo 810.000 votos en blanco y para presidente apenas 457.000. Esta es otra medida significativa del mayor entusiasmo electoral por Cristina que por Scioli. En los análisis habituales se atribuye la ventaja de Cristina a las candidaturas de Ishii, quien compitió con Scioli dentro del FpV, y de Martín Sabbatella, que enfrentó a ambos desde el Nuevo Encuentro. Esta es una verdad a medias: Cristina fue votada por 4.129.046 bonaerenses, esto es 220 mil más que la suma de los que eligieron a Scioli (3.265.285), a Ishii ( 231.662) y a Sabbatella (402.665).
La diferencia neta entre Cristina y Scioli es de 900.000 votos, y podría reducirse a 670.000 si los que esta vez optaron por el cazador de traidores de José C. Paz se inclinaran por el leal de Benavídez. Los porcentajes de cada uno son 53,1 por ciento para Cristina frente a 46,9 por ciento de Scioli, con una diferencia de 6,2 por ciento, la más alta desde que se vota en democracia. También son impactantes los resultados de CFK si se los coteja con los de los candidatos a intendente que la acompañaron en la misma boleta. Sólo el de Tigre, Sergio Massa puede jactarse de haber recibido más votos que Cristina.
El otro dirigente justicialista que tuvo una actitud hostil hacia la presidente fue José de la Sota. El domingo 7 fue electo gobernador de Córdoba y lo celebró con la fundación del cordobesismo, anunciada como un desafío al gobierno nacional. Los cordobesistas dejaron en libertad a su fuerza para votar por Cristina, a Duhalde o a Rodríguez Sáa. Una semana después, Cristina llegó al 34,2 por ciento, contra 13,7 del puntano y 11,9 del gran timonel de las pampas chatas. Además, la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente para la Victoria avalada por Cristina se impuso con el 29,6 por ciento, contra la que auspició De la Sota, que ocupó el sexto lugar, con 6,7 por ciento. Ambos batieron récords: Cristina por la primera victoria justicialista en una elección presidencial en Córdoba desde 1983, y De la Sota como líder del movimiento político más efímero de la historia provincial: el cordobesismo nació el 7 y pasó a mejor vida el 14 de agosto de 2011. Pobre angelito.


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