Arriba : Cristina y Florencia Kirchner festejando emocionadas.
Un 50% de los votos a nivel nacional. Casi un 38% de diferencia con el segundo. Ganando en todos los distritos menos en San Luis, donde igual Cristina Fernández hizo buena elección, orillando el 30% de los votos.
Una oposición que se encuentra en el peor escenario : Cristina con la mitad de los votos, y las fuerzas opositoras desperdigadas, empatadas en un segundo puesto que comparten 3 candidatos, con perfiles personales e ideológicos bastante distintos. Sin siquiera poder definir un claro segundo lugar para procurar la titánica, olímpica, tarea de polarizar la votación de primera vuelta intentando adelantar un ballotage.
Fuerzas y candidatos que fueron adalides de la “oposición mediática”, tal como la diputada Elisa Carrió o el partido de Pino Solanas, Proyecto Sur, que terminaron pulverizados.
Con Ricardo Alfonsín saliendo quinto en una ciudad de tradición radical como la Capital Federal, y obteniendo menos votos que su candidato a gobernador, Oscar Aguad , en Córdoba –otra provincia de rancia estirpe radical-.
Con Eduardo Duhalde, que se presenta como peronista “de Perón y de Eva”, ganando en coquetos barrios porteños como los de Recoleta, Palermo y Barrio Norte, y también en la antártica Base Vicecomodoro Marambio. Y llamando “subversivos” a los simpatizantes de la fuerza política a la que votó medio país.
Por supuesto que se trata de una elección primaria, casi de un ensayo antes del estreno de la obra, pero obviamente si una encuesta con una muestra de 4 o 5 mil personas es muy representativa, y establece tendencias a veces irremontables, una con 20 millones de votantes debería ser casi definitoria…
De todas maneras, deben evitarse los triunfalismos. Faltan unos 70 días para las elecciones de Octubre, las de verdad, y un gobierno rinde examen todos los días, varias veces al día.
Pero, del mismo modo, no podemos evitar sacar algunas claras y concretas conclusiones.
La primera pasa por la complejidad del voto popular, de la múltiple y a veces misteriosa motivación que puede llevar a un votante santafesino, en las recientes elecciones provinciales, a votar a Miguel del Sel (PRO) como gobernador, a María Eugenia Bielsa (FpV) como legisladora, y a un intendente socialista… Para aquellas personas que votan ideológicamente, que, cualquiera sea su ideología, buscan al candidato que más se acerque a ella, este votante es casi incomprensible. Pero existe y es muy numeroso.
Queda claro, eso si, que no es lo mismo una elección legislativa que una ejecutiva, una local que una nacional. Que muchos ciudadanos encuentran natural y lógico votar sucesiva o simultáneamente, para distintas categorías, a partidos o candidatos casi opuestos.
La segunda conclusión es que la mitad de los votantes a nivel nacional, y en muchas provincias cifras cercanas a los dos tercios de los mismos ( en Catamarca, Corrientes, Chaco, Formosa, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán ) reconocieron una labor de gobierno con logros muy salientes, así como hicieron un guiño, una caricia, un mimo, a una dirigente política altamente comprometida con su tarea, que ha superado obstáculos políticos y personales enormes, y que ha mostrado una capacidad pasmosa , a la que sus contrincantes ni siquiera se acercan.
El pueblo ha hecho un acto de justicia hacia una dirigente política que ha mostrado un compromiso cívico como hacía mucho que no se veía en nuestro país.
La tercera conclusión pasa por la flagrante desnudez en la que queda el país mediático, ese país que existe en ciertos diarios, radios y canales de televisión que se asumen como “independientes”, pero que reflejan una realidad ultraopositora que sólo ellos ven, donde todo es negativo, todo está mal, todo es oscuro y corrupto. E inseguro.
Hace algunos meses, el veterano historiador Norberto Galasso, icono de la llamada “izquierda nacional”, dijo en un programa de televisión que si uno lee las primeras veinte páginas de Clarín, en la página 21 siente unos irrefrenables deseos de suicidarse, porque acaba de leer dos decenas de hojas con noticias dantescas, apocalípticas, tenebrosas, y sólo espera la llegada del Armageddon.
Ese país del juicio final, crispado, furioso, si debemos evaluarlo a partir de los resultados de estas PASO, o de otros acontecimientos como los festejos del Bicentenario en 2010, existe sólo en la febril imaginación de algunos comunicadores y dirigentes políticos a los que no les fue demasiado bien el 14 de agosto. Pero surge sobre todo de la mente de algunos empresarios mediáticos que ven peligrar su dominio del poder real, del poder detrás del trono –un poder profundamente antidemocrático pues no se somete al voto-, por parte de un gobierno que no se amilana, no los obedece, y les hace frente. Un gobierno que piensa más en sus votantes y en el futuro del país que en lo que aparecerá al día siguiente en la tapa de algunos prestigiosos diarios, que se vanagloriaban de poder voltear un gobierno con “tres tapas”... Hoy no pueden ni con tres ni con trescientas...
El 14 de agosto vivimos una auténtica fiesta cívica. Una interna abierta, simultánea y general, con alta participación popular.
Esta vez, como nunca, el veredicto de las urnas fue claro. Las cosas marchan bien. Y la mayoría votó para que sigamos por este camino. Sólo falta que ese mandato popular se confirme el 23 de octubre.
Y si esto sucede, como parece casi inevitable, sería muy bueno para todo el país que aquellos dirigentes que no acuerdan con la opción política mayoritaria adopten una actitud más seria y constructiva . En todo sistema democrático existe oposición, pero la idea de que la oposición debe tener una postura de rechazo universal a toda medida gubernamental es un concepto sacado de alguna mente febril que no ha terminado de entender que significa democracia.
Adrián Corbella, 15 de mayo de 2011.
Hola Adrián.
ResponderEliminarCoincido con tu mirada, y en el punto de lo que fue la participación popular me parece lo más significativo. Me tocó ser presidente de mesa y ya lo he sido en otras tres oportunidades. Fue la primera vez que conté con siete fiscales de mesa, más otros diez generales, todos cuidando que el comicio se desarrollara con normalidad. La cantidad de electores fue impresionante, había alegría en la gente que tal vez tuvo que esperar para poder ingresar al cuarto oscuro. Se tomaron su tiempo para cortar boleta los que así lo decidieron y no hubo errores, las boletas estuvieron muy bien cortadas. Tuve el honor de recibir el sobre de una persona de 91 años que se acercó a votar, digno, vestido como antes se vestían los domingos para ir a misa y con muchas ganas de volver en octubre.
Durante el escrutinio, en nuestra mesa, hasta festejamos todos la presencia del único voto de uno de los partidos vecinales y el milagro por Altamira.
Lo que parece que el pueblo tiene que enseñar es a los docentes, presidentes de mesa, a vivir esta fiesta de la participación democrática con alegría.
Comparto el comentario... yo fui fiscal general (por Nuevo Encuentro), y sinceramente me sorprendió la cantidad de gente que votó... todo en perfecta normalidad y sin sobresaltos. Estuve en una escuela con 13 mesas, y con no menos de 30 fiscales de mesa y otro tanto de fiscales generales. En todas las mesas se desarrolló el recuento de los votos con absoluta franqueza y 'fair play', todos a favor de la voluntad del votante...
ResponderEliminarMás allá de las 17 horas que me tomó la tarea, la verdad que me encanta participar de la fiesta de la democracia, y así lo haré otra vez en octubre...
Para terminar profe... tu nota es una maravilla, como siempre.
Un abrazo.
BUENISMO COMPA!!!!CREO QUE NOS SORPRENDIMOS HASTA LOS CRISTINISTAS DEL VOTO DE LA GENTE. DEBO CONFESAR QUE HASTA QUE NO DIERON LOS PRIMEROS NUMEROS TENIA MUUUCHO MIEDO....
ResponderEliminarCREO QUE LA OPOSICION CREYÓ QUE CON LOS MEDIOS MONOPOLICOS Y SIN DAR UNA PUTA PROPUESTA (O MEJOR ESCONDERLA)YA GANABA....FLOR SUNAMI LES PASÓ POR ARRIBA...JAJAJAJA