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martes, 7 de junio de 2011

KIRCHNERISMO REVISITADO, por José Guillermo Godoy (para joseguillermogodoy.com y Diario24)




Publicado el 06 de Junio de 2011 por el diario digital tucumano Diario24.


“Toda la oposición, incluido el espacio liberal al que pertenezco, debería hacer una re-lectura del kirchnerismo”. Por José Guillermo Godoy.


“La pureza es una idea de fakir y de monje. A ustedes, los intelectuales, los
anarquistas burgueses, le sirve de pretexto para no hacer nada.
No hacer
nada, permanecer inmóviles, apretar los codos contra el cuerpo, usar
guantes”.Jean- Paul Sartre

Parto del punto de que en tanto existan políticas alternativas y no se imponga la unanimidad totalitaria, una de las opciones deberá estar a la izquierda relativamente de la otra y viceversa.
Desde muchas ópticas, de la izquierda no oficialista, de la socialdemocracia encarnada por el radicalismo y sus socios, y hasta de algunos sectores liberales, se considera al kirchnerismo como un movimiento, en menor o mayor medida, reaccionario y hasta de derecha.
Disiento con estas aseveraciones por motivos diversos, relacionados a su vez, con la enorme variedad de motivaciones que llevan a esos sectores a negar el carácter de izquierda al kirchnerismo.
Para definir un proyecto político puesto en práctica, es necesario atenerse más a su contenido (fin) que a su forma (medio), pues esto último, más que lo primero, está determinada por “el ambiente”.
En Argentina el ambiente es el peronismo, que más que una realidad en el espectro político, es el espectro político en si. Y sobre esto, se ha escrito demasiado.
La mayor crítica al concepto del Kircherismo de izquierda, se sustenta en el desfasaje entre el modelo teórico de izquierda y la realidad kirchnerista. Esta crítica proviene de sectores que comenten el error de caer en la predisposición propia de los intelectuales, de sobrevalorar la influencia de las ideas a los acontecimientos políticos. Una interpretación más realista, nos permite afirmar que éstos son motivados por una configuración de factores entre los cuales está el peso de las ideas, pero éstas solo pueden actuar en determinada situación que no depende exclusivamente de ellas.
Estoy lejos de creer, como lo creen los deterministas, que las ideas son solo producto de esas circunstancias y factores. Por tanto considero que las ideas ejercen una acción por si mismas, pero a su vez hay que reconocer que son inevitablemente deformadas, tergiversadas y hasta corrompidas por las condiciones en la que se desenvuelven y los propósitos de quienes las difunden. Las ideas interactúan con y por los factores no ideológicos, y el resultado de esta interacción va a ser algo totalmente nuevo o distinto a lo que se propuso el individuo o el grupo que las creo.
Toda crítica al kirchnerismo desde la izquierda, es un apoliticismo lindante con la “torre de marfil”. La realidad kirchnerista muestra un conjunto importante de realizaciones que bien pueden enmarcarse dentro de ideario de la izquierda tercermundista. La particular política exterior, una enorme cantidad de estatizaciones, un Estado activo e intervencionista, la reforma de la ley de medios, la nacionalización de las AFJP, el matrimonio igualitario, el Futbol para todos, el subsidio universal a la niñez. Por nombrar algunos ejemplos.
La forma de llevar a cabo su fin, es totalmente coherente con la realidad con que le toco lidiar. De allí su éxito. De allí que no puede ser juzgado ideológicamente por sus métodos. El kirchnerismo no se limitó a un mero pragmatismo. Se ha ensimismado y ha endureciendo su postura en los momentos políticos más adversos, e incluso a costa de su performance electoral. Néstor Kirchner no es el Perón que firma el contrato con la Standard Oil de California
La irrupción del kirchnerismo en la escena nacional fue un extraordinario intento de terminar con años de movimientismo, ocasionados por el pernicioso protagonismo de los dos grandes movimientos nacionales: el radicalismo y el peronismo. Fue el intento más exitoso de dar contenido a un movimiento. Planteó un debate político en términos ideológicos, de proyectos, de paradigmas económicos y modelos sociales, con una particular visión de la historia. Alguien que toma esa actitud es por que se considera una parte, y no el todo.
Del otro lado, ningún sector estuvo a la altura del desafío histórico. La mal llamada oposición, ha burlado sistemáticamente la discusión ideológica bajo el paragua del pragmatismo, la aplicación y la gestión, en el caso macrista; bajo la chicana moral en el caso de la UCR y sus socios.
Por tanto el mayor aporte del kichnerismo se encuentra en el plano discursivo y místico. Es Carta Abierta, el intelectual orgánico al servicio del partido. Son las madres de plaza de mayo y su particular visión de la historia. En este sentido, “y nada más ni nada menos que en este sentido”, el kircherismo es la superación del peronismo. Es un actor con una enorme vocación de poder, pero con una identidad definida y coherente.
En la perspectiva histórica, el kirchnerismo es progreso, y la actual oposición es reacción.
Para finalizar, vale recordar que en “Martínez Estrada, una rebelión inútil”, Sebreli rescata, de la filosofía de la ambigüedad weberiana- merleaupontyana, el problema de la contradicción entre los fines y los medios y el complejo calculo político para que la dosis de mal, inevitable en toda acción, no supere el bien propuesto o haga peligrar su realización. Del mismo modo que el fin no justifica los medios, éstos, por más honorables que sean, no se justifican si llevan a fines desastrosos aunque no queridos.
El principal deber de un político liberal, es luchar para que la población cuente con mayores espacios de libertad. Pero esa lucha política esta condicionada al ambiente. Prometer a la población mas libertad desde una posición solitaria y testimonial, es comparable a un hombre que le promete a una mujer la mejor de las noches siendo él un impotente.
Toda la oposición, incluido el espacio liberal al que pertenezco, debería hacer una re-lectura del kirchnerismo, y por tanto, una re-valorización de su función histórica. Una alternativa real debe ante todo diferenciarse, por tanto no puede ser otra cosa que de derecha. Debe tener capacidad política para hacer realidad sus proyectos, por tanto debe estar a la altura del nivel político del kirchnerismo.

por José Guillermo Godoy



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