CRISTINA Y LA SALUD DEL JUSTICIALISMO, por Eduardo Anguita (para "Miradas al Sur" del 22-05-11)

Arriba : Foto tomada por Agencia Telam

Miradas al Sur. Año 3. Edición número 157. Domingo 22 de mayo de 2011
Por
Eduardo Anguita
eanguita@miradasalsur.com


Muchos analistas opositores se habían convertido, repentinamente, en médicos. Fue la semana pasada, tras el discurso de Cristina Kirchner en José C. Paz. No sólo vaticinaban el duro enfrentamiento entre CFK y CGT, sino que sólo les faltaba recetar fármacos.
Una semana después, queda claro que la salud presidencial es tan buena como la del peronismo y sus aliados. El miércoles, Daniel Scioli y Hugo Moyano se mostraron juntos, haciendo la V. El primero es presidente del Consejo Nacional del PJ. El segundo, presidente del PJ bonaerense. Ese mismo día, Scioli acompañaba a Estela de Carlotto y a los dirigentes de La Cámpora y la Juventud Sindical en el Teatro Argentino de La Plata.
El jueves era el turno del pleno del Consejo Nacional que convocó al Congreso Justicialista, que será el sábado próximo y que albergará a los 800 delegados de todo el país. El tema excluyente es la consagración de la fórmula presidencial de cara a octubre.
Antes del sábado, la Presidenta viajará a los actos del 25 de mayo en Resistencia y el anfitrión será el gobernador Jorge Capitanich, vicepresidente del PJ nacional.Está claro que la otra pasión de estos analistas –además de prescribir recetas médicas– es detectar candidatos a vices. Por eso les dedican larguísimos artículos a los intentos –por ahora vanos– de descifrar fórmulas opositoras. Lo que les cuesta entender es que existen los cuerpos orgánicos justicialistas. Desde ya que las tensiones existen y que las diferencias están a la vista y a los oídos de quienes observan de cerca –o protagonizan– la política. La muerte de Néstor Kirchner dejó vacante la presidencia del Justicialismo. Es preciso recordar cuántos años esperó el ex presidente hasta decidirse a ocupar ese lugar. Fue recién en mayo de 2008, cinco años después de ejercer la Presidencia de la Nación y lo hizo después de transitar por la construcción de distintos espacios transversales y frentistas, así como de evaluar las reacciones que provocaría esto en los movimientos sociales y fuerzas sindicales.
Basta entrar en la página web del PJ para entender el vacío que dejó la muerte de Kirchner. Basta cliquear en Autoridades para ver que dice: “Presidente: Vacante. Vicepresidente: Daniel Scioli”. Luego están, por orden, las siguientes cuatro vicepresidencias, la de Hugo Moyano (Buenos Aires), Jorge Capitanich (Chaco), Beatriz Rojkes (Tucumán) y Sergio Urribarri (Entre Ríos). Entre las secretarías y los apoderados hay otros 15 nombres de peso, con miradas tan distintas como la que pueden tener Carlos Zannini y Juan Manuel Urtubey.
Entre los politólogos se hizo un lugar común hablar de la pérdida del peso de los partidos en la vida democrática. Esa premisa es un favor explícito al desconcierto de quienes pretenden urdir la llegada de los legisladores y presidentes de la mano de las corporaciones privadas. Es probable que despierte más la curiosidad conocer una fórmula presidencial. Seguramente es más entretenido adivinar cuál es la fragancia de un perfume.
Para entender la historia del peronismo, es bueno recordar un texto de Raúl Scalabrini Ortiz, a propósito del 17 de octubre de 1945. Lo tituló El subsuelo de la patria sublevado y dice así: “Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes iban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los Talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones de acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas... Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de tambo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba”.

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