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jueves, 26 de mayo de 2011

BEATRIZ SARLO EN 678, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")











Una de las más reiteradas críticas que se le ha hecho al programa 678, quizás la estrella de la TV Pública (aunque, según las empresas que miden la audiencia televisiva, no lo ve absolutamente nadie), es que todas las voces que aparecen en él tienen posiciones similares, que no se da espacio a expresiones claramente opositoras.
En respuesta, la producción de 678 ha invitado públicamente, en diversas oportunidades, a políticos e intelectuales vinculados al universo opositor a concurrir como invitados al programa. Y nunca habían obtenido respuesta, Hasta ahora.
Debemos reconocerle a Beatriz Sarlo que es una mujer muy inteligente, y que ha tenido la predisposición a concurrir a un ámbito donde todos los demás participantes le iban a resultar política e intelectualmente hostiles –aunque fue tratada con muchísimo respeto-. Creo que es casi lo único que le podemos reconocer.
El programa arrancó con un informe sobre los “indignados” españoles. Se mostraba allí a manifestantes que acusaban a los medios de deformar y ocultar, y a los periodistas de someterse a la línea editorial de los dueños o directores de los medios. Se mostraba también a periodistas e intelectuales españoles manifestarse con posturas de un primitivismo refulgente, a veces con aires macartistas, y otras adjudicando alegremente a presidentes latinoamericanos como Evo Morales o Hugo Chávez una condición casi subhumana.
Evidentemente la intención del programa era poner a Sarlo frente al ejemplo internacional de dos de las muletillas del programa : la manipulación mediática y el primitivismo de la derecha neoliberal.
Sarlo contestó con la misma actitud que tuvo en todo el programa : tiró la pelota fuera de cancha, es decir, corrió el eje de la discusión (probablemente porque no tenía argumentos en los términos en los que le plantearon la misma). Sarlo comenzó con una crítica formal al informe, que dijo que adolecía de los mismos defectos que todos los informes de 678. Afirmó que las declaraciones se sacaban de contexto, que no se mencionaban fechas ni fuentes (y cuando le señalaron que la no mención de fuentes era común en la TV contestó que ella opinaba del informe, no de la TV en general) y que los medios gráficos o digitales europeos trataron distinto (sin aclarar cómo) y de mejor manera la cuestión, y mencionó el ejemplo de la BBC y de Die Zeit.
No emitió un solo juicio sobre lo que los españoles en cuestión, manifestantes y profesionales de los medios, decían en el informe. Salvo señalar que considerar que los medios influían políticamente era una idea propia de los años ’60 y ’70, y que eso no era así porque el setenta por ciento de la gente no habla de política –argumento que fue discutido por Ricardo Forster, quien señaló que existe un creciente grado de politización de la sociedad argentina-.
Sandra Russo, por su parte, le señaló a Beatriz Sarlo que los expertos en sacar declaraciones de contexto eran los periodistas y zocaleros de TN, afirmación sobre la que la mencionada crítica literaria no emitió juicio.
Evidentemente, Sarlo prefirió correr el eje de la discusión porque no estaba en condiciones de argumentar de otra manera. Y sorprende que se negara siquiera a considerar como tema de discusión cual puede ser el efecto político y social de una estructura mediática completamente controlada por un puñado de empresas periodísticas oligopólicas con capacidad para fijar agenda, estigmatizar figuras y “construir” sentido común.
Que en nuestra época, la era de la información, un intelectual vinculado a los medios se niegue a discutir cuál puede ser el influjo de la estructura mediática sobre la población me parece algo muy poco serio, que no muestra una disposición a debatir auténticamente sino que refleja un diálogo de sordos, una disposición a repetir un libreto prediseñado sin escuchar al otro –ni siquiera para rebatirlo-.
Luego pasaron en el programa un informe sobre el premio otorgado por APTRA al conductor de Radio Mitre (Grupo Clarín), Samuel “Chiche” Gelblung . El informe incluía declaraciones pasadas y actuales de Gelblung acerca del proceso militar, que lo dejaban realmente muy mal parado.
Sarlo comenzó haciendo un análisis largo y bastante oscuro acerca de las distintas salidas democráticas, en la década del ochenta, en América Latina. Señaló que Argentina fue el único país que optó por juzgar a los genocidas (cosa con la que ella acordaba), y que más allá de algunas marchas atrás de Alfonsin y Menem, esa política seguía vigente con este gobierno. Criticó de paso a Italo Luder, por haber apoyado en algún momento la autoamnistía de los militares.
Hizo además una declaración que resulta históricamente muy discutible, pues se subió a la vieja teoría que exagera la importancia de Malvinas en el proceso de recuperación democrática. Al respecto, Gabriel Mariotto le puntualizó muy acertadamente la importancia del paro general del 30 de marzo de 1982, impulsado por Saúl Ubaldini, con un enorme grado de movilización, y que obligó a los militares a reprimir. En otras palabras : los militares se lanzan a la aventura de Malvinas porque la situación social era insostenible, y buscaban una salida desesperada al problema, se juegan todo a una sola carta porque no les queda otra opción. El paro general del 30 de marzo era simplemente un clarísimo reflejo de esa condición ya “terminal” de la Dictadura.
En su única declaración concreta sobre el tema del informe, señaló que ella no veía bien las declaraciones de Gelblung, pero que éste era un “efecto de mercado”. Destacó que el Grupo Clarín tenía también periodistas con otra orientación como Tenembaum y Zloto. Puntualizó además que ella no dependía del Grupo Clarín (aunque reconoció participar en algunos programas de Radio Mitre y publicar notas en La Nación, su aliado), y que no era quien para salir en defensa de Clarín (aunque reconozcamos que tampoco lo criticó, y si se puso a analizar y criticar los informes de 678).
Es decir : Sarlo hizo una larguísima declaración, al final de la cual se abstuvo, o se autocensuró, de criticar a Radio Mitre por contratar a semejante personaje , se inhibió también de considerar al menos “un error” el hecho de que APTRA le concediese un premio…
Lo que hizo Sarlo es una vieja estrategia de todo debate : si uno no puede ganarlo en los términos planteados, “corre el eje de la discusión”, le preguntan sobre fútbol y contesta sobre literatura, para llevar la puja a un terreno donde uno se siente más cómodo, donde tiene algún argumento más o menos presentable.
El último tema que se trató fueron las internas abiertas en Santa Fe y la definición de las candidaturas en Capital. Le preguntaron su opinión como analista política. Allí Sarlo celebró la alta participación popular en Santa Fe, remarcó el crecimiento de la figura de Binner, y criticó la metodología por la cual se eligieron los candidatos kirchneristas para la ciudad autónoma, así como algunos aspectos del discurso de Cristina Fernández en la ocasión.
No resulta sorprendente el hecho de que buscara aspectos positivos en los opositores y negativos en los oficialistas. Si me parece sorprendente que no haya realizado un análisis de la excelente elección de Agustín Rossi, firme defensor de la 125, en una provincia tan agropecuaria como Santa Fe. Como tampoco parece lógico que se abstuviera de comentar las bondades o defectos de la fórmula Filmus-Tomada (sólo dijo al pasar que eran, al igual que la de Pino Solanas, “fórmulas de centro-izquierda”).
El único piropo dirigido a un sector no opositor que Sarlo se permitió fue reconocer que el fenómeno del Facebook de 678 es muy interesante tanto por su magnitud como por su capacidad de movilización.
En definitiva, la participación de Beatriz Sarlo en 678 parece haber sido muy pobre. Corrió todo el tiempo el eje de la discusión, se negó a debatir sobre los temas planteados o incluso sobre la estructura mediática y su influjo en el universo político-cultural, y se limitó a repetir algunas muletillas prediseñadas. No fue a debatir, discutir o intercambiar ideas : fue a repetir su discurso, sus ideas, las mismas que publica en tantos lugares de tan alta penetración , sin siquiera tomarse la molestia de escuchar al otro para rebatirlo.
Beatriz Sarlo es probablemente la más inteligente y capaz intelectual vinculada al mundo mediático opositor. Si eso es lo mejor que tienen, están en serios problemas.

Adrián Corbella, 25 de mayo de 2011.







2 comentarios:

  1. Estuvo muy bien que haya ido, porque además lo que demuestra es que el resto de los personajes que están en la vereda opositora no se animan a ir, cuando de alguno manera nadie se los impide, y muchas veces son invitados.
    Por otro lado, es muy dificil discutir temas en los que no tenés elementos para defenderlos, sólo queda correr el eje para otro lado, uno que sea más cómodo para dar la discusión.
    Por último, a la Coca Sarlo le molesta, o más bien, critica la metodología para elegir el candidato del fpv para la ciudad, pero nada dijo de macri o pino solanas, que en principio también fueron elegidos como candidatos 'unilateralmente'....

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  2. Y si. Salvo estas internas en Santa Fe, todos los candidatos se van a terminar eligiendo a dedo o en internas de una sola lista... Alfonsín Jr., retirados Sanz y Cobos, ¿Con quien compite?... ¿Y Pino?... ¿Y Macri?... ¿Y Duhalde?... ¿Y Carrió?...
    A Sarlo el árbol le tapa el bosque ...

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