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lunes, 18 de abril de 2011

CAPITALISMO DE MERCADO VERSUS NACIONALISMO ECONÓMICO, por Carlos "Chino" Fernández (para "Agencia Telam")





Capitalismo de mercado versus nacionalismo económico, por Carlos "Chino" Fernández*


El gobierno nacional a través del decreto 441, decidió ampliar su participación en unas 32 empresas privadas a través del capital accionario que heredó con la nacionalización de las AFJP, (Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones).

El decreto elimina una restricción que tenía el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) para designar directivos en las empresas donde tiene acciones en consonancia con la participación que posee.

Después de más de dos años en manos estatales se comprueba que en muchos casos el porcentaje de participación estatal supera largamente el 5 % que se tenía en cuenta a la hora de designar representantes del Estado.

El Anses posee en el Banco Macro el 30,9%, en Edenor: 26,4%, en Siderar: 25,9%, y en Molinos el 19,9%.

Esta modificación de la norma permite al estado nacional participar no solo de la distribución de los dividendos, sino que también le permite ampliar la participación política en la toma de decisiones del plan de negocios de cada empresa, según el porcentaje de acciones con el que participa.

Esto habilita al estado el nombramiento de directores. Situación que fue tomada por las empresas como un enfrentamiento, que se ve con algunas empresas líderes como SIDERAR o Molinos, negándose éstas a incorporar a los funcionarios nombrados por el Estado.

Raúl Scalabrini Ortiz solía decir que el pueblo no cuenta directamente con el poder económico, que sólo cuenta con la posibilidad de acumular poder político.

Este proceso de acumulación de poder político en beneficio del pueblo argentino es interpretado por el gobierno nacional a través de la profundización de las políticas de Estado, que desembocan en mayores niveles de integración y realización colectivas.

Este recalentamiento de la tensión con las empresas privadas de primera línea se produce en un momento en donde vuelve a discutirse la conveniencia o no de una nueva Junta Nacional de Granos, en un momento en donde se está preparando un plan nacional de seguridad alimentaria, otro de desarrollo agrario e industrial, con el objetivo de distinguir en lo posible las necesidades del mercado externo, de las necesidades del pueblo trabajador que consume gran parte de los bienes que se comercializan en el exterior.

Un momento este en donde se está avanzando en un nuevo ordenamiento legal del trabajo en el campo y en una nueva ley de quiebras, para normalizar las fábricas tomadas y el trabajo en las cooperativas.

Estas medidas, junto a otras implementadas, van en dirección del fortalecimiento del capitalismo productivo, en donde el Estado nacional recupera parte de las funciones que fueran perdidas en las décadas 80 y 90.

El campo político opositor, hasta el momento rechaza el decreto, al mismo tiempo que no deja de disgregarse cada día más.

Se juntan para firmar documentos -acuerdos discursivos-, abstractos e incumplibles, pero cuando tienen que suscribir acciones concretas que llevan a una recuperación o a una ampliación de la autonomía del Estado, miran para otro lado, o sostienen argumentos espurios y pusilánimes.

El destino del PJ Federal está condenado al fracaso, ante la suspensión de las primarias de las primarias de las primarias, en
este fin de semana. Al liberalismo capitalino, solo le resta diagramar una nueva senda para bicicletas pero bajo forma de bici-autopistas que una, por ejemplo, el Jockey Club con el Golf Club, y el Hyatt con el Hilton en Puerto Madero.

También desde esta cosmovisión tan particular se está evaluando la opción de un subte-bici, que una el obelisco con el velódromo; o un heli-bici que conecte Ezeiza con el Aeropuerto. ¿Qué te pasa Wall Street?.

El nacionalismo en el Bicentenario

Retomemos a Scalabrini Ortiz, ya que siempre es prudente saber cómo nos ven nuestros enemigos históricos o aquellos intereses económicos que sintetizan las principales amenazas para nuestro desarrollo independiente.

En este sentido decían en Gran Bretaña, allá por 1936, que “el peligro de la Argentina para nosotros es la expansión del nacionalismo económico”.

Ayer con Gran Bretaña, hoy con Wall Street como expresión del poder de dominación imperial, nos encontramos ante el mismo desafío: ampliar las bases de un nacionalismo económico que de cuenta de las necesidades argentinas de desarrollo en un marco más amplio de integración sudamericano.

Este renacer del nacionalismo, ahora de patria grande, nos lleva a mencionar la necesidad de retomar la senda de nuestros grandes pensadores patriotas, que unos cien años antes se detuvieron a pensar en el camino recorrido desde 1810.

Es así que entre los grandes hombres traemos al papel a Manuel Ugarte, un gran estadista muchas veces olvidado. Su extenso viaje por la América profunda de principios del siglo anterior fue un viaje por el interior y por la raíz de un pensamiento originario de nuestra raza hispano-americana.

Un viaje necesario en la búsqueda de ser original que nos define a nosotros mismos, en el mismo acto de una distinción esencial con el “otro”.

Hoy, como ayer, es central retomar el camino de los grandes desafíos: la búsqueda de una nueva identificación con el ser nacional de patria grande. El reconocimiento propio como pueblo suramericano, más allá de las 20 repúblicas, y el planteo una vez más de la necesidad de la consecución de la soberanía plena para todos nuestros pueblos. Como decía Manuel Ugarte: "lo que nos ha perjudicado hasta ahora ha sido la noción que tenemos de nacionalidad".

"Las fronteras están más lejos de lo que suponen los que sólo atienden a mantener dominaciones efímeras, sin comprender que por sobre los intereses del grupo están los de la patria, y por sobre la patria los de la confederación moral que forman los latinos dentro del Continente”.

Si realizamos una recorrida a vuelo de pájaro por sobre los grandes pensadores y hombres de acción, que han hecho de nuestra patria una gran nación, veremos que todos, en su gran mayoría, cuando piensan en un proyecto de país autónomo, piensan en el control de la Banca (tasa de interés, sistema de crédito), y en el Comercio Exterior exportaciones, importaciones). Veamos entonces, cómo se traducen estas premisas en los inicios del Bicentenario.

(*) Carlos "Chino" Fernández es asesor IAJ-CGT.


Publicado en :
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&dis=1&sec=1&idPub=219288&id=415798&idnota=415798

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