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miércoles, 2 de marzo de 2011

MATRIX, por Adrián Corbella (para "Tiempo Argentino" del 02-02-11)



En 1999 se estrenó Matrix. La película planteaba una humanidad controlada por máquinas que hacían vivir a las personas en un mundo virtual. Mundo inexistente que tenía la apariencia de la realidad.
Una parábola de este mundo globalizado donde accedemos a muchísima información, pero mediatizada por empresas y poderes que no son dulces e inocentes palomitas …
La Argentina de 2011 muchas veces me parece un auténtico Matrix. Uno lee y escucha las cosas más insólitas : que las miles de personas que fueron a despedir a Kirchner y a manifestarle su apoyo a Cristina Fernández eran actores contratados por Fuerza Bruta ; que los dirigentes de La Cámpora sólo militan para obtener algún carguito ; que los militantes K recuerdan a las Juventudes Hitlerianas ; que los intelectuales de Carta Abierta, la mayoría de los actores, y los periodistas de medios no “independientes” son mercenarios detestables vendidos a un poder omnímodo ; que los cientos de blogueros nac & pop (incluyéndome supongo) están a sueldo de Aníbal Fernández ; que los muchachos de la Mesa de Enlace son filántropos de indiscutible espíritu patriótico ; que estamos aislados del mundo ; que los Kirchner van a dejar el país peor de lo que estaba en 2003 ; que Clarín es la última muralla que defiende a la democracia argentina ; que Néstor está vivo ; que el tomate cuesta 14 pesos el kilo, los limones 20 y … ¡ 4 lápices negros 22 pesos !...
Y esta película, que no tiene nada que envidiarle a Matrix , se escucha con una continua música de fondo : los cantos de sirena de Elisa Carrió (perdón a todas las sirenas por compararlas con semejante personaje).
Este es el universo virtual en el que viven muchos argentinos. Y son felices de vivir en él. Les encanta escuchar que todo está mal. Que todos son corruptos y hacen rituales satánicos al son del bombo populista (comprado “con nuestros impuestos”). Son aquellos que están atrapados por los mensajes de ciertos medios monopólicos que crean su propia realidad, con independencia de lo que sucede fuera de las pantallas de la TV, y de las páginas del diario.
Uno podría rebatir uno por uno estos curiosos argumentos, pero quiero recurrir a algo mucho más claro y objetivo.
El kirchnerismo obtuvo un 22% de los votos en 2003; un 30 % para la elección de diputados y un 45 % en la de senadores en los comicios de 2005; un 47 % en las presidenciales de 2007; y un 30% en las legislativas de 2009. Hoy , a ocho meses de las elecciones, Cristina Fernández tiene un imagen positiva del 60% y una intención de voto que oscila, según la cara del encuestador, entre un 35 y un 45% .
Fíjense que no hablamos de un resultado aleatorio en una elección, sino de una continuidad a lo largo de 4 elecciones en las cuales obtiene un promedio de 35% de los sufragios… Eso es mucha gente … Es un piso muy alto …
¿Cuesta tanto creer que una fuerza política que a lo largo de ocho años mantiene un peso electoral superior a un tercio del electorado, pueda tener entre sus seguidores a intelectuales, artistas, periodistas, blogueros y personas comunes y corrientes?...
¿Cuesta tanto creer que algunos miles de esos votantes hayan concurrido a Casa Rosada a solidarizarse con la viuda de su líder desaparecido?
¿Cuesta tanto creer que tengan militancia, gente que dedica su tiempo y pone su cuerpo en defensa de una idea, de un proyecto político?
¿Cuesta tanto creer que, por primera vez en la historia, “no nos clasificamos” para una crisis económica mundial, y tuvimos que verla por televisión?
¿Cuesta tanto creer que estamos empezando a revertir décadas de decadencia?
Yo comprendo que hay gente que trabaja para Matrix. Gente cuyo laburo es justamente crear esa realidad virtual. Pero muchachos, seamos un poco serios.
Una cosa es fabricar ese oscuro mundo paralelo, ese universo casi lovecraftiano que alimenta las fantasías nocturnas de aquellos que necesitan creer que en la sociedad en que viven es Todo Negativo…
Otra cosa muy distinta es creerse su propio engaño…


Esta nota fue publicada en el Correo de Lectores de TIEMPO ARGENTINO el miércoles 2 de marzo de 2011, pag.16


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