Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 14 de Febrero de 2011
Por Moisés Resnick Brenner
Por Moisés Resnick Brenner
Centro Argentino de Ingenieros.
La Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI advirtió sobre la incapacidad del organismo financiero de preanunciar la situación económica mundial, y en especial la de los Estados Unidos. Dominique Strauss Kahn, su director gerente, admitió nuevamente “la incapacidad del Fondo para prevenir la posibilidad de una crisis sistémica de forma precoz, aguda y eficaz”.
La Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI advirtió sobre la incapacidad del organismo financiero de preanunciar la situación económica mundial, y en especial la de los Estados Unidos. Dominique Strauss Kahn, su director gerente, admitió nuevamente “la incapacidad del Fondo para prevenir la posibilidad de una crisis sistémica de forma precoz, aguda y eficaz”.
La OEI es la misma que años atrás produjo un lapidario informe crítico sobre la actuación del FMI en la Argentina, desempeño que el propio Strauss Kahn reconoció en su visita a Buenos Aires, al decir “la intervención que ha tenido el FMI en los temas particulares de la República Argentina fue catastrófica y dejó consecuencias terroríficas sobre la vida de millones de personas”.
En sus 30 años como auditor de la Argentina, el FMI defraudó a la comunidad internacional, porque, a pesar de que los índices de solvencia y liquidez surgidos de los balances del país mostraban una situación financiera grave, seguía dando su famosa luz verde para que bancos y “brokers” del mundo continuaran operando con los bonos del país, haciendo que numerosos inversores fueran arrastrados a sufrir las pérdidas ya conocidas, basadas en que el organismo decía que todo estaba bien, cuando en realidad todo estaba mal.
Estos antecedentes tienen plena vigencia. Actualmente, a nuestro país se le pide que pase por el examen del FMI para acceder a los mercados internacionales, mientras que los EE UU lo hacen sin la auditoría de sus cuentas. Si se la hiciera, grande sería la sorpresa. Una comparación de cifras con nuestro país indica que la deuda de los EE UU es de 14,3 billones de dolares, o sea 71,5 veces más que la supuesta deuda argentina. Deberá ser pagada por los 300 millones de habitantes a razón de 47.600 dólares per capita, es decir 9,5 veces más que los 5000 dólares para cada argentino, considerando la supuesta deuda de 200 mil millones de dólares y 37 millones de habitantes.
La deuda de los EE UU ya supera a su PBI (todo lo que ese país produce en un año) mientras que la nuestra estaría entre el 50% y el 65%, según si la información es oficial o es calculada por consultores independientes.
Además, altas autoridades del gobierno estadounidense han dado a conocer planteos que hacen temblar al mundo. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, advirtió que
“EE UU está al borde de la quiebra”, y requirió al Congreso de los EE UU la inyección urgente de más fondos, con lo que se incrementaría la deuda. Y Austan Goolsbee, asesor económico del presidente Barack Obama, advirtió por la cadena ABC que en caso de no concederse los fondos solicitados “las consecuencias serían catastróficas para la economía de los EE UU, y mucho peores a lo visto desde 2008”.
A pesar de todo, para tener la liquidez necesaria y no paralizar su economía, los EE UU siguen emitiendo bonos que son admitidos por todo el mundo por existir confianza en el país que los emite. ¿Será porque no tienen el riesgo país? El indicador riesgo país es la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de los Estados Unidos, y es calculado por distintas entidades financieras y calificadoras internacionales de riesgo, como Standad & Poor’s y J.P. Morgan. En el caso de los EE UU, la relación con la tasa es 1, que es el numero más bajo.
La confianza en el dólar no depende de su relación con el PBI u otros parámetros -actualmente peores que los nuestros producto de la formidable emisión para el salvataje tras la crisis de 2008- sino en la potencia del país emisor. Esto se refleja desde 1971, cuando el presidente Nixon lo desvinculó de la garantía en oro o plata y remplazó la leyenda impresa en el borde superior del frente del billete, donde decía Silver Certificate, por Federal Reserve Note y en el reverso se le agregó “In God We Trust”, lo que demuestra que la gente confía en la economía más importante del planeta con independencia de las relaciones técnicas.
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Gracias, recién estuve ojeando el tuyo. Se ve interesante. Voy a ver si el sábado los escucho.
ResponderEliminarAdrián