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lunes, 14 de febrero de 2011

CRIS-PASIÓN VERSUS CRISPACIÓN, por Marcelo Duhalde (para "Tiempo Argentino" del 13-02-11)


De sentimientos

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 13 de Febrero de 2011, por Marcelo Duhalde

Periodista. Dirigente del FpV.


Es un sentimiento genuino, autónomo, individual y a la vez colectivo que se ha generado en millones de argentinos, que se multiplica día a día como una garantía que demuestra la confianza con su conductora.


El idioma nos permite algunas licencias que sirven para expresar ideas de manera rápida y contundente.Cualquier ciudadano, por desprevenido que esté, hoy puede conocer la diferencia que existe entre la pasión que despierta la presidenta como co-fundadora y actual conductora del modelo nacional y popular que está transformando la Argentina y la crispación en la que viven los dirigentes de la oposición que sólo tienen como modelo de país volver al pasado.Durante el gobierno de Néstor Kirchner pudo verse con el correr del tiempo cómo fueron incorporándose al nuevo proyecto organizaciones sociales, dirigentes y sectores del pueblo que originalmente no lo habían apoyado pero que fueron seducidos por los cambios que se estaban produciendo. La política de Derechos Humanos trajo justicia, postergada por más de treinta años, y generó la adhesión de muchos militantes y ciudadanos de a pie que siempre apoyaron los reclamos encabezados por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La juventud se sintió interpretada y se sumó con fuerza.El resultado de las elecciones de 2009 sirvió de acicate para muchos indecisos. Ver que por diferencias menores dentro del mismo objetivo se podía poner en riesgo todo el camino recorrido, y lo que es peor, no poder continuar avanzando, despertó en muchas conciencias un sabio temor. Las marchas de fin de ese año a favor de la aplicación de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales fueron espontáneas y masivas en todo el país. Algunos fenómenos impensados como el programa 6,7,8 apuntalaron este crecimiento. Cuando llegaron las marchas de repudio por el 24 de Marzo de 1976 se pudo ver una participación juvenil inexistente desde el comienzo de la democracia. Sin embargo, a partir de la derrota por pocos votos en las elecciones de 2009, los medios monopólicos intentaron instalar la falsa sensación de que el pueblo ya no apoyaba al gobierno nacional y que esperaba su caída. Al llegar la celebración del Bicentenario de la Revolución de 1810 era un secreto bien guardado lo que iba a suceder, aunque no estaba clara la magnitud de la respuesta ciudadana a estos festejos. Con el correr de las primeras horas se desbordaron todas las expectativas, a pesar de la sostenida campaña en contra de los medios del grupo opositor. Seguramente que ni el más optimista de los organizadores pensó que el resultado sería el que fue. La participación, el interés, el disfrute, la diversión, el acompañamiento y el compromiso fueron los grandes protagonistas de esa inmensa fiesta popular. La comprobación de la identificación de esta identidad popular nadie esperaba que llegara por el motivo que llegó. La triste, injusta e inesperada muerte de Néstor Kirchner motivó a la población en general, y en especial a los más jóvenes, a salir a la calle a manifestar su dolor, su rabia, su bronca y el claro, decidido y manifiesto apoyo al modelo y a quien lo conduce por derecho propio. Frente a esta demostración horizontal de afecto y apoyo, tenemos a la otra cara: la oposición. Desmembrada, deshilachada, con permanentes enfrentamientos entre sí, y lo que es mucho más grave, sin otro proyecto que no sea volver a una Argentina para pocos. Volver a repetir la exclusión del sistema de los más desprotegidos es una de las bases del modelo que defienden, prometiendo a los pocos, muy pocos, cada vez menos que los escuchan, que se reducirán las conquistas laborales y sociales, que se respetarán los fabulosos beneficios de los empresarios a costa de la explotación de los trabajadores, que habrá lugar en ese proyecto para asesinos y torturadores que no reniegan de su pasado.La firmeza con que la presidenta enfrenta a las corporaciones los crispa. Los crispa el apoyo popular, comprometido y militante que tiene este gobierno nacional. Los crispa ver a una juventud levantando la figura de Kirchner como bandera. Crispa saber que la exigua victoria electoral de 2009, más el favor de los medios monopólicos y las patronales del campo, no asegura como pensaban el triunfo en 2011. La mentira de un supuesto enfrentamiento entre la sociedad y un gobierno crispado se les volvió en contra. Los crispados son ellos. La impotencia reina en la oposición y las peleas intestinas develan que el enfrentamiento a un gobierno cada vez más popular es lo único que los une. Los crispa el rechazo del pueblo. Ante la impotencia, sólo pueden acudir a la crispación. Precisamente las grandes expresiones de identidad con la presidenta Cristina Kirchner es lo que denominamos Cris-pasión. La Cris-pasión es un sentimiento genuino, autónomo, individual y a la vez colectivo que se ha generado en millones de argentinos, que se multiplica día a día como una garantía que demuestra la confianza y la satisfacción del pueblo con su conductora. El altísimo porcentaje de apoyo que resulta de las encuestas en todo el país, no hace más que certificar técnicamente lo que se palpa, huele y percibe todos los días en la calle.La opinión popular ya se ha pronunciado, y lo ratificará en las urnas, quiere a Cristina para que en otros cuatro años en la Presidencia siga profundizando las políticas que inició junto a Néstor y que han demostrado que es posible un país mejor, en crecimiento, más justo e igualitario. La identidad entre el pueblo y Cristina se puede sintetizar en la existencia de una auténtica CRIS-pasión.


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